𝗣𝗮𝗿𝘁𝗻𝗲𝗿𝘀 𝗶𝗻 𝗰𝗿𝗶𝗺𝗲| "si tú caes, yo caigo contigo"
Natalia es el prototipo de chica perfecta.
Carl un criminal recién llegado a casa.
Ella es de la zona norte y él de la zona sur.
Ambos tan diferentes, pero tan similares a la vez.
Carl...
Hoppla! Dieses Bild entspricht nicht unseren inhaltlichen Richtlinien. Um mit dem Veröffentlichen fortfahren zu können, entferne es bitte oder lade ein anderes Bild hoch.
❛𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐂𝐋𝐎𝐓𝐇𝐄𝐒 𝐒𝐂𝐑𝐄𝐀𝐌 𝐕𝐈𝐑𝐆𝐈𝐍 𝐅𝐑𝐎𝐌 𝐀 𝐌𝐈𝐋𝐄 𝐀𝐖𝐀𝐘❜
˚ʚ♡ɞ˚
—¡Es nuestra cueva! —se quejó Carl, ya que no habían podido comprar la casa en la subasta.
—Ya no —le explicó Fiona por quinta vez.
—¿Quién lo dice? —le preguntó Carl a la defensiva.
—El estado de Illinois —aclaró Ian mientras se servía café.
—No pueden simplemente quitárnosla —dijo Carl.
—No tengo tiempo para explicarte la ley —le dijo Fiona mientras colocaba un plato de huevos revueltos frente a Lia, haciendo que ella le sonriera agradecida.
—Gracias, Fi —le agradeció ella, ganándose un beso en la cabeza por parte de la mayor.
—Esas son las escaleras en las que me rompí el brazo por primera vez —explicó Carl señalando las escaleras que daban a la cocina.
—Sí, y la segunda, y la quinta —añadió Ian, haciendo sonreír a Lia divertida.
—Esa mesa es dónde nació Liam —siguió contando Carl, provocando que, tanto Nick, como Lia, hicieran una mueca de asco antes de dejar en el plato el tenedor con la comida que estaban a punto de meterse en la boca.
—No hay nada que podamos hacer —le explicó Fiona—. ¿Puedes dejar de hacer ruido? —le preguntó a Frank levantando la voz, ya que éste estaba desmontando la casa.
—Las tuberías de cobre no van a quitarse solas —le explicó Frank mientras sacaba el retrete del baño—. Y mientras tanto la torre Eiffel come gofres —se quejó mirando a Nick, quién encogió los hombros.
—¿Vas a desmontar la casa pieza a pieza? —le preguntó Lia confusa.
—Tierra quemada, Natalia. El método preferido de los generales, quienes se negaban a darle la satisfacción a sus conquistadores —le explicó Frank.
—¿De llevarse un vertedero? —le preguntó Carl, refiriéndose a la casa.
—El cobre son dos dólares la libra —le informó Frank mientras dejaba varias tuberías en el suelo.
—No tenemos el lujo de sentarnos y llorar sobre ello. Necesitamos un sitio donde vivir —les dijo Fiona a sus hermanos.
—Fi, podéis quedaros en mi casa hasta que encontréis otro sitio al que ir. A mis padres no les importa y todos tendríais habitación propia —le avisó Lia antes de darle un sorbo a su café.