𝗣𝗮𝗿𝘁𝗻𝗲𝗿𝘀 𝗶𝗻 𝗰𝗿𝗶𝗺𝗲 ⭒ 𝗦𝗵𝗮𝗺𝗲𝗹𝗲𝘀𝘀

𝐄𝐈𝐆𝐇𝐓

𝐏𝐀𝐑𝐓𝐍𝐄𝐑𝐒 𝐈𝐍 𝐂𝐑𝐈𝐌𝐄 | 𝐬𝐞𝐚𝐬𝐨𝐧 𝐬𝐢𝐱

❛𝐈'𝐌 𝐆𝐎𝐈𝐍𝐆 𝐓𝐎 𝐊𝐈𝐋𝐋 𝐘𝐎𝐔, 𝐁𝐈𝐓𝐂𝐇!❜

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Una campana empezó a sonar en el piso de abajo, haciendo que todos en la casa de los Gallagher bajasen a la cocina.

—¡Tribu! ¡Desayuno! —gritó Queenie mientras los Gallagher y Lia bajaban las escaleras.

Todos se quedaron sorprendidos al ver la mesa puesta en el comedor, ya que usualmente comían en la cocina.

—Buenos días —dijo ella con una amplia sonrisa en la cara.

—¿Por qué estamos aquí? —le preguntó Debbie confusa.

—Comemos en el comedor, como gente civilizada —le informó la mayor.

—¿Desde cuándo? —le preguntó Ian mientras todos se sentaban alrededor de la mesa.

—Desde Queenie. Toma asiento —le dijo ella y así lo hizo Ian—. Aquí están vuestras pastillas de aceite de linaza. Bueno para el corazón —le dijo a Ian dándole la pastilla—. Bueno para el pelo —a Liam—. El colon —a Chuckie—. Papi —dijo antes de dejar un puñado en el plato de Frank—. Próstata —le dijo a Carl—. El estrés —a Lia—. Tú bebé —terminó diciéndole a Debbie antes de darle un beso en la mejilla.

—Pancakes de quinoa y yuca frita —anunció Frank dejando varias bandejas en la mesa, haciendo que todos mirasen la comida con asco.

—¿Qué coño en una quinoa? —preguntó Ian por todos.

—La yuca frita suena juck —dijo Chuckie, haciendo referencia al sonido de asco.

—¿Quieres ir a por Donuts? —le preguntó Carl a Lia.

—Nunca digo que no a Donuts —le respondió ella mientras ambos se levantaban de la mesa, intentando huir de aquel asqueroso desayuno, acción que todos imitaron.

—Yo voy a ir a estudiar a casa de mi novio —anunció Ian levantándose.

—¿Lia, Carl, me podéis acompañar hasta la tienda de bebés? —les preguntó Debs levantándose también de su silla, pero todos se detuvieron en cuanto Queenie golpeó la mesa con fuerza.

—¡Volver ahora! —les ordenó firmemente—. Mirad, vuestro padre ha hecho un gran esfuerzo para prepararos este desayuno para vosotros, incluida tú, Natalia. Con amor. Así que vais a sentar vuestros pequeños culos y vais a disfrutarlo —les ordenó y, sin decir una sola palabra, todos volvieron a sentarse—. Tenéis que tener un poco más de respeto por este hombre, aquí.