Capítulo 24: Futuro entrenamiento

387 60 3
                                    

...Narra Joshua...

Eliot ha intentado acostarse con mi amigo, sin duda me resulta gracioso pensar en ello por la forma en la que hasta ahora Leo se ha comportado.

Como he visto que suele acostarse con chicas de par en par, jamás imaginé que pasaría por esa clase de vivencias, lo que al mismo tiempo me da camino libre para molestar un poco a mi amigo quien un poco preocupado se acercó a la cocina queriendo saber el paradero de Eliot.

Parece mantenerse atento con respecto a él, algo que no me sorprende, Leo es atento y justamente por eso nos hicimos amigos. A decir verdad, no me sorprendería si ellos también se hicieran amigos.

Cuando mencioné la situación que había pasado con Eliot, se sorprendió, no esperaba que yo supiera, así que me fue dando más detalles sobre lo ocurrido, algo que me hizo ver sus pensamientos con respecto a esto.

No creo que exista la posibilidad de que Leo vea a Eliot de forma romántica, ya que simplemente tomaba lo sucedido como una tontería, además no especificó si le había gustado o no, algo que también me hacía ver que, en realidad, en ese momento sólo se preocupaba por lo que pudo haber llevado a Eliot a pensar que sería una buena idea acostarse con él.

"Es un Joven al que obligaron a convertirse en adulto, obviamente no me aprovecharía de él, más bien me gustaría enseñarle lo que se siente ser libre"

Eso fue lo que me dijo, además cuando más tarde hablé con el capitán sobre Eliot, él mencionó que en realidad Eliot a diferencia de mí, podía irse si así lo deseaba.

Me gusta que le permitan tomar sus propias decisiones, además comparto el sentimiento de Leo, creo que un chico al que encerraban para hacer atrocidades tiene el derecho de ser libre.

—Me siento celoso— bromeé, viendo como Fredrik me miraba confundido, sin saber qué era aquello que me hacía sentir de ese modo, así que le expliqué— a mí no me dabas la oportunidad de irme cuando quisiera.

Sus labios rápidamente formaron una sonrisa y a los pocos segundos rodeó mi cintura queriendo sentarme sobre sus piernas.

—Si te hubiese dejado ir, habría perdido la oportunidad de tenerte de esta manera—me dijo haciéndome feliz por sus palabras, ya que es evidente que ambos disfrutamos de la compañía del otro.

—Cariño, antes vi a los muchachos entrenar, ¿por qué no me enseñas a utilizar un arma? —pregunté rodeando mis brazos alrededor de su cuello— hasta ahora no lo necesito, pero, ¿Qué tal si en algún momento estoy en problemas y tú no estás cerca? —fui preguntando como un método de convencerlo.

Él se quedó en silencio viéndome a los ojos, parecía que estaba pensando adecuadamente en mis palabras, algo que lo mantuvo durante varios segundos en un completo silencio que corté tras robarle un beso.

—Tienes razón— dijo acariciando mi mejilla— te enseñaré, aunque si hay asaltos, seguirás manteniéndote escondido en mi habitación.

—No hay problema— le dije con una sonrisa.

—Ag... mi vida, eres demasiado lindo— comentó apretando mis mejillas antes de robarme un beso fugaz.

Adoro los momentos en donde pasamos tiempos como estos, no suelen durar demasiado, aunque duran lo suficiente como para hacerme regresar al trabajo con una sonrisa embobada que suelo mantener durante todo el día, hasta que luego de varias horas regreso a su lado para dormir.

El cocinero del capitánWhere stories live. Discover now