Capítulo 69: El Miedo de un Cobarde

38 0 0
                                    

El siguiente enfrentamiento del torneo fue entre Roger, un participante externo, y Lola, una alumna de 1B de Yellowstone. Desde el momento en que ambos magos se pararon en el campo de batalla, la actitud prepotente de Roger era evidente. Su confianza exudaba aires de superioridad, mientras miraba a su oponente con desdén.

El combate comenzó con una ráfaga de hechizos por parte de Roger. Con movimientos rápidos y precisos, lanzó poderosas llamaradas y conjuros con destreza. Lola, por su parte, intentaba defenderse con habilidad, pero estaba claramente superada por la agresividad y destreza de Roger.

Roger continuó atacando con fiereza, sin darle tregua a su oponente. Desplegó una variedad de poderosos hechizos, demostrando su dominio de la magia. A medida que el combate avanzaba, la confianza de Roger crecía aún más, como si estuviera convencido de que ganaría fácilmente.

Lola, luchando valientemente, se encontraba en clara desventaja. A pesar de sus esfuerzos por contraatacar, se veía abrumada por la habilidad y la presión constante de Roger. Sus hechizos no parecían tener el mismo impacto que los de su rival, y eso solo aumentaba su frustración y sensación de impotencia.

El público en las gradas, incluidos los compañeros de Lola en la clase 1B, observaban el combate con asombro. La superioridad de Roger era evidente, y algunos murmullos y expresiones de sorpresa se dejaban oír en la multitud.

Finalmente, el combate llegó a su fin con una victoria abrumadora para Roger. Su actitud prepotente no disminuyó en lo más mínimo al proclamarse ganador. Se acercó a Lola con una sonrisa burlona y un gesto triunfante, como si el resultado hubiera sido obvio desde el principio.

El enfrentamiento dejó una impresión clara en todos los presentes. La actitud arrogante de Roger no hizo que ganara simpatía, y algunos espectadores incluso cuestionaban su necesidad de ser tan altivo. Mientras tanto, Lola demostró su valentía y determinación a pesar de la derrota, ganándose el respeto de algunos en la audiencia.

El torneo continuó con más combates emocionantes y desafiantes, cada uno lleno de sorpresas y demostraciones de habilidades mágicas únicas. Los alumnos de la clase 1C estaban ansiosos por ver cómo avanzaría el torneo y qué desafíos enfrentarían sus compañeros en los próximos enfrentamientos. La emoción estaba en el aire mientras el torneo del primer año de Yellowstone seguía su curso, dejando expectativas y sorpresas en cada combate.

El último combate de la primera ronda finalmente llegó, enfrentando a Max de la clase 1C contra Liam de la clase 1B. Max, visiblemente nervioso, no podía evitar sentir miedo ante la reputación de Liam y su poder misterioso. Mientras se preparaba en el campo de batalla, sus manos temblaban ligeramente y su mirada ansiosa se dirigía hacia Liam, quien parecía estar tranquilo y sereno.

En los vestuarios, antes del combate, Max estaba visiblemente nervioso, y sus manos temblaban ligeramente mientras se preparaba para enfrentar a Liam. Kenny y Tom, sus amigos cercanos, se acercaron para brindarle apoyo y ánimos antes de la batalla.

Kenny, con su típica actitud ruda, golpeó suavemente el hombro de Max y le dijo con determinación: –Vas a dar lo mejor de ti, Max. Sé que puedes hacerlo. ¡Dales a todos una sorpresa!

Tom, con una sonrisa alentadora, agregó: –Tienes el potencial, Max. No dejes que el miedo te domine. Concéntrate en tus habilidades y mantén la calma. Estamos aquí para apoyarte.

Max miró a sus amigos y asintió con determinación. A pesar de su miedo, se sintió reconfortado por las palabras de aliento de Kenny y Tom. Sabía que podía contar con su amistad y que no estaba solo en esa lucha.

En los vestuarios, Liam se encontraba tranquilo, concentrado en su combate por venir. Sin embargo, su tranquilidad se vio interrumpida por la llegada de Roger, quien se acercó con prepotencia y desprecio hacia él.

Roger, con su típica actitud arrogante, se burló de Liam y le soltó insultos hirientes. –No pierdas ahora, imbecil. Seré yo quien te destruya en el campo. Te mereces todo lo malo que te pase, escoria, –dijo con desdén.

Liam sintió cómo la rabia crecía dentro de él al escuchar las palabras de Roger. Sus puños se apretaron con fuerza, mostrando su frustración, pero se recordó a sí mismo que debía mantener la calma y no dejarse llevar por las provocaciones.

Aunque estaba cabreado, Liam tomó una profunda respiración para tranquilizarse. Sabía que no debía caer en la trampa de la provocación de Roger y concentrarse en su combate con Max.

Ignorando a su antiguo compañero de clase, Liam decidió enfocar toda su energía en el combate que le esperaba. Salió al campo con determinación, dejando atrás las palabras de Roger y centrándose en su objetivo.

Liam y Max se encontraban en el campo de combate, listos para enfrentarse. Aunque Max estaba asustado por la fuerza de Liam, este último estaba aún más cabreado por las palabras hirientes de Roger en los vestuarios. La rabia ardía dentro de él, y estaba decidido a sacar toda su frustración en el combate.

Sin dudarlo, Liam se lanzó al ataque con una agresividad sin precedentes. No le importaba la amistad que alguna vez pudieron haber tenido, solo quería desahogar su furia en Max. Sus hechizos y ataques eran implacables, y Max se encontraba completamente superado por la fuerza y ferocidad de Liam.

Max hizo todo lo posible para defenderse, pero era evidente que no tenía oportunidad contra la ira desenfrenada de Liam. Cada golpe y hechizo que recibía lo dejaba aturdido y con dificultades para reaccionar.

Max se encontraba paralizado por el miedo y la cobardía mientras enfrentaba a Liam en el combate. Cada ataque de su oponente parecía multiplicar su temor, y su cuerpo temblaba con cada hechizo lanzado contra él. La ira descontrolada de Liam y su falta de deportividad solo agravaban su sensación de impotencia.

A medida que Liam avanzaba con agresividad, Max retrocedía instintivamente, tratando de evitar los ataques, pero sin la determinación para responder. Su mente estaba nublada por el terror, y no podía pensar claramente en una estrategia para enfrentar a su enfurecido oponente.

Cuando intentaba articular palabras o hechizos, su voz temblorosa apenas se escuchaba, y sus ataques eran débiles e ineficaces. El miedo lo había paralizado, y no podía hacer frente al poder avasallador de Liam.

El público observaba con asombro y preocupación el combate, sorprendidos por la brutalidad con la que Liam estaba atacando a su oponente. La falta de deportividad y la crueldad en sus acciones no pasaban desapercibidas.

Finalmente, Liam logró derrotar a Max sin mostrar ni una pizca de remordimiento. Se sentía satisfecho de haber demostrado su poder y de haber desquitado su ira, sin importarle las consecuencias para su antiguo amigo.

Al terminar el combate, Liam abandonó el campo con una mirada fría y desafiante, sin prestar atención a las miradas de desaprobación que recibía. Estaba decidido a seguir adelante en el torneo, sin importar cuántas amistades dejara atrás o cuántos enemigos ganara en el camino. Su objetivo era claro: ganar a cualquier costo y demostrar su fuerza sin límites.

Continuará...

El Renacer del Fénix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora