𝓷𝓮𝓿𝓪𝓭𝓪

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Después de haber recogido la mayor cantidad de girasoles, Emiliano y Leo regresaron al hospital. Afortunadamente llegaron justo a tiempo, la nieve comenzó a caer para cuando ya estaban en la habitación del hospital.

Emiliano apartó un poco la cobija y se paró de su camilla con algo de dificultad, se acercó a la ventana y se puso a un lado de Leo

El reloj de la habitación marcó las 12:00 a.m,ya era 25 de diciembre.

- Feliz navidad. - dijeron los dos al mismo tiempo sin dejar de ver como la nieve caía en el exterior.

Leo apartó su vista de la ventana y la dirigió al perfil de Emiliano, quien seguía viendo la nieve.

- Gracias por cumplir mi sueño. - dijo Emiliano sin separar su mirada de la ventana.

- Gracias por cumplir el mío.

Emiliano apartó su vista de la ventana y miró algo confundido a Leo-¿Qué deseo te cumplí?

- Siempre quise ir a un campo de girasoles.

Emiliano sonrió y volvió a ver la nieve caer. -¿Quieres saber qué fue lo primero que pensé al verte?

Leo abrió un poco sus ojos, nunca se había planteado esa pregunta, pero sin duda quería saber lo que le respondería. - ¿Qué?

- Que eres hermoso

Leo se quedó un buen rato callado, mordió su labio inferior intentando reprimir sus lágrimas, pero fue imposible. Emiliano era un alma noble, que con un par de palabras hacía sentir conectada a con él. Era increíble, de entre tantas personas en el universo, el mundo le tenía preparado la mejor persona para el

Emiliano observó como las lágrimas de Leo que caían y caían. Él lo sabía, era difícil para el saber que lo perdería a él, él sabía que entre ellos dos había algo, así que era fácil comprender los sentimientos del chico

-No importa que pase, no pienses ni por un segundo que no serás feliz sin mi.

Leo volvió a abrir los ojos como platos, justamente eso estaba pensando, que no sería feliz sin él.

- No estarás solo. Ahora escúchame pequeño, sé que ahora estás dudando de un millón de cosas, estás pensando que el mundo quiere robarte tu vida, tu amor, tú alma, tú felicidad, pero confía en mi, yo siempre estaré contigo, y no solo yo, tienes a más personas que te aman, lo único que puedes hacer para hacerme feliz es ser feliz, quiero verte sonreír.

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1 de enero del 2021

La enfermedad de Emiliano empeoraba rápidamente, las ojeras debajo de sus ojos contrastaban con su pálida piel, las venas en su piel se podían ver fácilmente, y cada vez más y más perdía peso. Para otras personas Emiliano estaba irreconocible, para seguía siendo igual de bello. Mientras sus ojos siguieran brillando y su corazón siguiera latiendo, la belleza de Emiliano jamás de iría.

Leo entró al hospital con un café en mano, se dirigió a la recepción, en donde la recepcionista lo atendió rápidamente.

- Joven ya no es necesario que pases a recepción, todos los días vienes a visitar a Emiliano, eso ya lo tengo bien en claro. - sonrió.

- No es eso. - exclamó algo nervioso.

- ¿Entonces?

- Me preguntaba si a partir de hoy podría quedarme a dormir aquí en el hospital todos los días. Quiero pasar las mañanas, las tardes y las noches con Emi, por favor permítanme hacerlo.

- Esta bien. Emiliano es un paciente muy querido aquí en el hospital, supongo que lo hará feliz verte todos los días despertar junto a ti.

Las puertas del hospital se abrieron, dejando ver el rostro de la madre de Leo

- ¿Mamá?

- Cariño, olvidaste tu maleta, ¿si te dejaron quedarte aquí?

- Oh, es cierto, gracias.

La madre de Leo le pasó la maleta a su hijo, era una maleta algo pequeña, solo tenía lo necesario. unos cambios de ropa y dinero.

- Pero no solo vine a traerte la maleta. - sonrió.

- ¿A qué más que viniste?

- Quiero visitar a Emiliano

Leo abrió un poco los ojos, que su madre viniera a visitar a Emiliano era que nunca se imagino que pasaría.

Pasaron unos cuantos segundos en lo que la recepcionista anotó el nombre de la señora en su libreta y la dejaran pasar a la habitación. decidió quedarse sentado en la sala de espera, prefería dejarlos hablar en privacidad.

- Así que tú eres Emiliano, mucho gusto, soy la madre de Leo

- Buenas noches, mucho gusto.

La madre de Leo tomó asiento en el banco al lado de la cama de Emiliano. - ¿Cómo estás llevando todo esto?

- Es difícil, mi cuerpo no aguanta todo lo que esta pasando, pero si me pregunta como me siento, estoy tranquilo.

- ¿Tranquilo?

- La presencia de su hijo tranquiliza a mi alma.

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Un pequeño niño se sentó al lado de Leo en la sala de espera. Tenía su celular en mano, abrió la aplicación de Wattpad y presionó la portada de una historia para comenzar a leerla.

- Oh, estás leyendo The Galaxy is Endless, es un buen fanfic. - sonrió.

-¿Te gusta Haikyuu? Me esta gustando mucho este fanfic, solo que no entiendo una cosa. ¿Qué es una alma gemela?

- Es como un mejor amigo, pero algo más que eso. Una persona quien te conoce mejor que nadie, alguien que te hace mejor persona. En realidad no te convertirán en una mejor persona... lo haces tú mismo porque te inspiran. Una alma gemela es alguien que tú llevas contigo para siempre, alguien que te acepta tal y como eres, que estará para ti cuando nadie más lo esta, y pase lo que pase nadie puede cambiar eso.

-¡Oh, yo quiero encontrar a mi alma gemela!

- Incluso puede que ya la conozcas, tú alma gemela puede ser tu mamá, tus mejores amigos, e incluso tú mismo

-¿Y tú tienes una alma gemela?

Las mejillas de Leo se sonrojaron completamente, la primera persona en la que pensó al escuchar en la palabra "alma gemela" fue en él.

-Digamos que sí.

-¿Y cómo se llama?

- Emiliano Martínez

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My soul - Lionel Messi X Emiliano Martínez-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora