𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟯

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Taehyung se para justo delante de Jungkook en el ascensor, su playera y pantalón abraza perfectamente su delicioso cuerpo. Taehyung es un chico pequeño, uno que podría volar con una fuerte brisa, Jungkook aún puede sentir la sensación que tuvo cuando Taehyung resbaló y él fue para impedir la acción. Era suave en todos los lugares correctos.

Sin embargo, Jungkook necesita dejar de pensar en Taehyung de esa forma. Él es un trabajo. Uno que puede sacar a Jungkook de esta ciudad infernal. Todo lo que el rizado tiene que hacer es encontrar a su acosador y estrangularlo. Fin del problema.

Pero mientras Taehyung acomoda su cabello con una especie de gracia nerviosa, Jungkook se pregunta si realmente será el final. Porque cuando lo atrapó y lo abrazó, sintió algo que había evitado durante mucho tiempo. Algo de lo que Jungkook pensó que nunca tendría que preocuparse, especialmente no en esta ciudad llena de farsantes.

Pero Taehyung no. Él es auténtico, cada parte del ojiazul lo es.

—Tú... eh... no eres lo que esperaba.

Jungkook se da cuenta de que Taehyung lo ha estado mirando fijamente en el reflejo cromado pulido de la puerta del ascensor.

—¿No lo soy? —responde Jungkook. Tú tampoco. Taehyung es vibrante y hermoso, no cualquier tonto con un hábito de cocaína y necesidad de dinero para mantenerse en marcha.

Tarde sonríe un poco. —No. Los dos últimos chicos eran mayores, tú no pareces mucho mayor que yo.

—No te preocupes. Soy bueno en mi trabajo.

El castaño mira hacia abajo, recatado escrito por todo su cuerpo.

—Dijeron que eres el mejor.

El ascensor se abre, pasan por una serie de pasillos y están en el área de backstage detrás del enorme auditorio. Jungkook mantiene los ojos abiertos, su cuerpo en sintonía con el de Taehyung.

—¿Realmente no sabes quién soy?

—Lo siento, realmente no estoy a la altura de las estrellas del pop estos días.

Taehyung deja escapar una risa pura y aguda. —¿Estos días? Estoy bastante seguro de que nunca estuviste al día con las estrellas del pop en toda tu vida. ¿Qué, sólo Metallica y música de gritos enojados para ti, entonces?

Cualquier persona que mire en su dirección, Jungkook lo cataloga en su mente. Tendrá un manifiesto de todos en el set y detrás de escena en poco tiempo. Nadie va a tocar a Taehyung mientras Jungkook esté cerca, y ciertamente no algún fan enloquecido que cree que es su esposo. El solo pensarlo envía una sacudida de odio a través del rizado.

—¿Metallica? Por supuesto —gira la cabeza hacia un fuerte golpe, pero son solo algunos técnicos trabajando con andamios detrás del escenario. Por lo que parece, su espectáculo está lleno de brillo, glamour y cosas ridículas como animales de peluche gigantes con diseños fantásticos.

—Es un pandacorn —Taehyung señala el más grande que Jungkook puede ver a través de las cortinas del escenario lateral. —Hecho a medida para mí por una dulce mujer que comenzó toda la locura del pandacorn hace un tiempo. Nayeon los hace a mano y le tomó un mes hacer ese.

A Jungkook debería aburrirle de oír hablar de animales de peluche de tamaño descomunal, pero no lo está. No cuando las palabras fluyen de los labios de Taehyung con emoción y asombro. Él es tan puro, una flor inocente en este jardín lleno de espinas venenosas. Las Vegas no es su ciudad, al menos no debería serlo. Pero esa no es la preocupación de Jungkook. Solo necesita hacer el trabajo.

—¿No te gustan los peluches? —Taehyung pregunta.

—No puedo decir que tenga mucha experiencia con ellos, pero si te gustan, supongo que están bien —Jungkook mantiene su cabeza en movimiento, aunque su mirada se detiene en Taehyung más de lo debido.

Taehyung sonríe, sus mejillas se tornan de un rosa claro. Hermoso. ¿Cómo terminó en ese lugar en el cementerio de los veteranos conocidos como espectáculos teatrales en Las Vegas? Taehyung debería estar de gira y entreteniendo a adolescentes hormonales y a sus padres de mediana edad. Aquí hay una historia. Una en la que Jungkook no debería entrometerse, pero una que quiere conocer de todos modos.

—Después del show, necesitaré más información.

Un hombre se acerca cargando con un auricular puesto mientras habla furiosamente por el micrófono, luego sube el volumen aún más cuando ve a Taehyung.

—¿Dónde has estado? ¡Te necesitaba maquillado hace quince minutos!

Jungkook se acerca, interrumpiéndolo antes de que llegue a su chico. No, esperen, no es su chico. Es su cliente.

El hombre le da una mirada exasperada a Jungkook. —Muévete. Soy el director de escena.

—Me importa un carajo quién eres, no te acercas a Taehyung así —da un paso hacia el hombre. —Y tampoco le hables en ese tono. ¿Comprendes? Quiero que te dirijas a él como joven... —se vuelve hacia Louis—. ¿Cuál es tu apellido?

—K-Kim. —los ojos azules de Taehyung están bien abiertos y tartamudea.

—Joven Kim de ahora en adelante. —Jungkook devuelve la mirada al director de escena y saca sus guantes negros de su bolsillo.

—¡Le ruego que me disculpe! No puedes venir aquí y... —su bravuconería se desvanece mientras Jungkook se pone los guantes y flexiona los dedos. —Tú, ah, tú...

—Sigue. Dime lo que no puedo hacer —se cierne sobre él, y de repente el director parece darse cuenta de que empujó al jodidamente más grande y más malo oso en este casino de mierda, tal vez incluso en todos los alrededores, para el caso.

—Bueno, sí. Tú, eh, tienes tanta razón —da un paso hacia atrás. —Taehyu... eh, joven Kim, lo necesitan maquillado.

—¿Ahora mismo o lo antes posible? —pregunta Taehyung, disfrutando del brillo de sus pupilas con cada palabra amenazante de la boca de Jungkook.

—Bien, quiero decir, lo antes posible, por supuesto —traga saliva, el sudor de su frente comienza a rodar por sus sienes —Cuando esté listo. No, ni un segundo antes, sin prisa. No cuando tú eres la estrella.

—Mejor. Mantén esa misma energía cuando se trate de Taehyung. Odiaría que hubiera algún tipo de accidente entre bastidores. Uno que podría dejarte mutilado ó —se encoge de hombros—, peor.

El director balbucea mientras Jungkook se quita los guantes y luego toma la mano de Taehyung. Desliza su pequeña mano en la de Jungkook, y lo lleva más allá del molesto hombre y al vestidor con la estrella dorada astillada en la puerta.

—Hogar dulce hogar —murmura y abre la puerta.

Jungkook conseguirá un duplicado de esa clave, pero por ahora, necesita seguir explorando su entorno. Si este imbécil acosador es lo suficientemente bueno como para pasar a los últimos guardias, no se queda atrás. El rizado sería tonto si subestimara a su oponente, incluso si esos otros tipos no pueden sostener una vela.

—Está bien, no me juzgues —Taehyung mira por encima del hombro a Jungkook.

Esos grandes ojos azules podrían destruir a un hombre como Jungkook.

—¿Juzgarte por qué? —dice Jungkook y empuja suavemente a Taehyung detrás de él y entra a la habitación primero. Al presionar el interruptor, se detiene. —¿Qué demonios...?

Un movimiento rápido de su derecha le llama la atención y se lanza hacia adelante y saca un cuchillo, listo para acabar con la amenaza.

—¡No! —Taehyung grita—. ¡No lastimes a Yeontan!

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Obsesión [ KookTae ]Where stories live. Discover now