Hasta que me conoció - Hacia tiempo

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Cuando me giré vi al mismo chico de ayer que se disculpó conmigo por culpa de su sobrino, aunque ahora tenía una sonrisa en la cara, y detrás suya estaba él, el chico que siempre estaba ahí, al parecer los dos se conocían o algo así. Tuve que intentar relajarme y poner mi mejor cara para después contestarle lo más amablemente posible.

—Claro, toma. —le tiré el balón y él lo cogió con dos manos.

—Gracias... Eh, ¿tu nombre? —me preguntó mientras me miraba curioso.

—Nuria, Nuria Álvarez, encantada.

—¿Nuria Álvarez?

La primera vez que escuché la voz del chico que siempre estaba allí me miraba extrañado y con los ojos entre cerrados, parecía como si estuviera intentando recordar si me conocía, como que sería que si, ya que era algo conocida entre la gente, y más si eres la chica que a creado las Stan Smith de Adidas, y que la empresa a recaudado con ellas más de veintiocho millones de euros, y yo obviamente llevándome un poquito menos del cuarto de esa recaudación.

—¿Tu eres la de Adidas, no? —preguntó volviendo a poner sus ojos normales y haciendo que el chico de ayer se girara a mirarle con extrañeza.

—¿Qué dices de Adidas tío? —se extrañó mirándolo con el ceño fruncido.

—Ella es la que creó las Stan Smith, ¿verdad? —volvió a preguntarme, pero esta vez el chico moreno oscuro se giró a mirarme.

—Si, soy yo. —me reí un poco— Veo que me has reconocido enseguida.

—Si, bueno, es normal que te haya reconocido, eres Nuria Álvarez, la chica que creo las Stan Smith. —habló con un tono animado.

Yo solo me limite a reír al igual que el chico de ayer, a decir verdad se parecían bastante, el chico de ayer se puso a tirar un par de canastas mientras que todo estaba en silencio, desvié por unos segundos mi vista a la cancha de fútbol y vi que habían un par de trípodes y cámaras por toda ésta, al parecer estaban grabando algo de fútbol, así que volví mi vista a ambos, me estaba matando de curiosidad el porqué tenían ahí un par de cámaras, hasta que la curiosidad me mató y tuve que preguntarlo.

—¿Por qué habéis traído un montón de cámaras? —le pregunté al chico que siempre estaba en las canchas.

—Pues porque tenemos que grabar un vídeo para Youtube.

—¿Youtube? —me extrañé al escucharle decir eso, ¿cómo que Youtube?.

El chico que estaba con la pelota paró y me miró.

—Si, nosotros tenemos un canal en Youtube donde subimos videos y ahora estábamos grabando uno.

—Ah, bueno. Pues entonces os dejo las canchas libres y así estáis mejor. —les dije con una sonrisa amablemente.

—No tranquila, te puedes quedar. —me dijo el chico moreno devolviéndome la pelota.

—No, tranquilo en serio, además ahora tengo que ir al gimnasio, así que no te preocupes. —le dije mientras me pasaba la pelota de mano a mano.

—Bueno pues... Hasta luego, un placer conocerte Nuria. —habló el castaño oscuro.

—Lo mismo digo Nuria, encantado de conocerte. —contestó un poco vergonzoso, pero educado y amable.

Fui directa hacia la puerta con mi pelota en las manos pero me paré antes de abrirla, tenía una pregunta en la cabeza que no salía de ella, ¿eran hermanos o algo? Así que me giré, y los vi hablando entre ellos en el mismo sitio de hace un par de segundos.

—Una pregunta chicos, ¿sois hermanos o algo? Es que os parecéis mucho y esas cosas, ya me entendéis. —curioseé un poco avergonzada, ya que les estaba preguntado algo que podía ser obvio o todo lo contrario.

Hasta que me conoció // Eric RuizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora