Hasta que me conoció - La piscina

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Me levanté a las doce de la mañana por culpa de los gritos de Javi, que había por la casa mientras que el suelo retumbaba por culpa de que iba corriendo por el pasillo.

—¡ERIC, ERIC! —gritó abriendo la puerta de mi habitación mientras me gritaba— ¡Ester me ha empezado a seguir en Instagram!

—¿Para eso me despiertas tío? Estoy hasta los cojones de ti, te lo juro hermano. —renegué volviéndome a tumbar.

—Eric tío despiértate que tenemos que hacer... —al instante a Javi le llegó un mensaje a móvil, haciendo que el se quedará mirando la pantalla ilusionado— ¡NO! ¡Eric necesito tu ayuda!

—¿Qué quieres ahora? —me giré para mirarlo y me puso el teléfono en toda la cara.

—¡Me ha dicho que si quedamos para comer! ¡¿Qué hago?!

—Pues dile que si imbécil. Ahora me dejas dormir, ¿vale?

—Ni de coña, me tienes que ayudar con la ropa, que sabes que se te da mil veces mejor que a mí.

Después de un rato decidí levantarme y ayudar a mi hermano ya que habían quedado a la una y media, así que no pude seguir durmiendo. Aunque después de que él se fuera me quedé un rato más durmiendo hasta que llamaron al timbre y, tuve que levantarme de la cama para abrir la puerta, en la cual estaba Nuria vestida con la camiseta del Xbuyer Team, unos Nike Pro cortos y las Air Force.

—¿Qué haces aquí Nur? —pregunté mientras me pasaba la mano por la cara para despejarme un poco.

—Vengo a que me enseñes a jugar al fútbol. Y perdona si te he despertado, es que como Javi estaba despierto pues...

—Que va, tranquila pasa, pasa.

Le dejé pasar y desaparecí por el pasillo para ir a mi armario y ponerme una camiseta. Para después volver al salón y verla hablando por el móvil.

·Si tío las ventas están yendo estupendas. Además Pedrito, si hasta tenemos que ponerlas de edición limitada en serio, se venden como el pan. —se quedó callada durante unos minutos y se rio— Si tranquilo, te llamo si necesito algo, y lo mismo te digo. —volvió a reírse— Adeu, te quiero.

En cuanto colgó siguió mirando el móvil como si no se hubiera dado cuenta de que ya estaba ahí, pero, ¿quién era ese tal Pedrito y por qué le había dicho te quiero? ¿Acaso tenía novio?

—Bueno, ¿y eso que quieres aprender fútbol? —pregunté yendo a la cocina para hacerme un café.

—Si te digo la verdad no tengo ni la menor idea, me ha salido solo, en serio.

—Bueno pues la verdad es raro de ti. —anuncié abriendo la nevera.

Me giré y vi que se había sentado en la encimera de la cocina mientras apoyaba sus pequeñas manos en los bordes de ésta y me miraba sin perder ninguno de mis movimientos.

—Lo sé, pero bueno. ¿Me vas a enseñar o no?

—Si no quisiera te digo que te hubiera mandado a la mierda Nur. —afirmé ya dándole un sorbo al café.

—Muy amable de tu parte. —ironizó ella bajando de un salto de la encimera.

—Vale, ¿y qué quieres que te enseñe exactamente? —le pregunté curioso.

—Pues un poco de todo.

—Bueno cambiando de tema, ¿y eso que Ester y mi hermano han quedado?

—Eso es cosa de Ester, me pidió su Instagram y al parecer le ha escrito.

—Pues a decir verdad pegan los dos. —me sinceré dejando el vaso en la pila.

—Si son muy monos. Oye, ¿tienes balón?

Hasta que me conoció // Eric RuizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora