Cap IV

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Mientras Merlina tomaba una ducha rápida, Enid decidió desvestirse y maquillarse un poco para estar más presentable, perfumó su cuerpo con loción que olía a fresas y chocolate blanco. Sabía que a Merlina le encantaba.

Se quedó sentada sobre la cama esperando pacientemente a Merlina. La pelinegra se daba un baño muy rápido, una vez terminó, comenzó a secar su cuerpo. Tomó unas sandalias y salió del baño. Encontrándose con una imagen encantadora. Enid estaba arrodillada sobre la cama, solamente con su lencería, observó su maquillaje y le encantó. 

Se acercó a la orilla de la cama y comenzó a besarla. Besó sus labios, comenzó a bajar por su cuello, subió nuevamente hacia sus labios y se separó de ella para tomar su miembro.

Enid sabía lo que quería Merlina, así que tomó la goma que tenía en su mano y amarró su cabello, se acercó más a la orilla y comenzó a masturbar a Merlina. La pelinegra echó la cabeza hacia atrás comenzando a gemir. Enid se inclinó para dar pequeños besos sobre su abdomen mientras su mano seguía masturbando a Merlina.

Luego comenzó besando la punta del miembro de Merlina, le daba pequeños besos como si se tratara de sus labios, sacó su lengua y comenzó a lamer la punta. Cuando levantó la vista se dio cuenta de que Merlina la observaba fijamente. Le acariciaba el cabello.

Enid metió una parte del pene de Merlina, mientras la otra chica comenzaba a empujar su cadera hacia adelante metiéndose completamente en su boca. Comenzó a mantener un ritmo firme y lento fallando la boca de su esposa. Enid tenía los ojos llorosos y las pupilas dilatadas, sin mencionar que ya se encontraba muy mojada.

Merlina estaba a punto de venirse y finalmente lo hizo, descargando todo en el interior de la garganta de Enid para finalmente salir, salpicando un poco su barbilla y mejillas.

Enid intentaba recuperar su aliento, mientras Merlina acariciaba su miembro aún erecto. Cuando vio que la rubia se había recompuesto, le pidió que se acostara, lo cual Enid hizo de inmediato, comenzó a besar sus pechos, chupando, mordiendo, lamiendo sin parar mientras la rubia sólo gemia de placer y un poco de dolor por las mordidas y chupetones.

Una vez que Merlina terminó con sus pechos, siguió mordiendo su abdomen, pasó sus manos por las piernas de la rubia, hasta que finalmente las abrió y observó la parte más privada de Enid, sonrió y susurró "Solo para mí" se acostó en medio de sus piernas comenzando a rozar el clitoris de Enid con su erección, la chica se retorcía de placer, finalmente Merlina se colocó en la entrada y comenzó a empujar.

Para Enid siempre era doloroso cuando Merlina entraba por primera vez, por lo que su cuerpo comenzó a moverse queriendo escapar, la pelinegra la sujetó fuerte por las caderas y siguió empujando hasta estar dentro de la chica.

Soltó un jadeo y Enid un grito un poco fuerte. Salieron un par de lágrimas de sus ojos. Merlina dio muchos besos alrededor del rostro de Enid, besó su boca.

—Ya ha pasado tiempo y aún no puedo entrar con tanta facilidad—murmuró Merlina sobre el oído de la chica.

—La doctora me dijo que probablemente era por el tamaño, yo soy demasiado estrecha y tú demasiado grande. Pero cada vez duele menos y por menos tiempo.

Merlina comenzó a salir y luego entró, lentamente, los primeros minutos siempre era así. Una vez que Enid se acostumbró, la mayor comenzó a embestir rápidamente. Enid gemia el nombre de Merlina, se sentía perdida por el placer.

Merlina trataba de concentrarse en lo que estaba haciendo, estaba haciendo el amor con su esposa y esto le encantaba pero no podía dejar de estar enojada y pensativa sobre todo el dinero que había perdido. Sin notarlo comenzó a embestir a Enid con enojo y sin pausas.

—¡Auch! Merl... para, me duele.

Merlina salió de su trance inmediatamente, según ella no iba tan rápido y pensó que Enid exageraba las cosas.

Salió de la chica y comenzó a masturbarse, terminó derramando todo sobre las piernas y abdomen de Enid.

—Sí no querías tener sexo conmigo hoy Nid, pudiste haberlo dicho desde el principio. No te forzaría a nada...

Se levantó para buscar unos boxers y colocarselos. Enid la observaba muy soprendida y  confundida.

—¿De donde sacas eso Merlina? Por supuesto que quería hacer el amor contigo, pero estabas siendo muy brusca y me dolía.

Merlina no dijo nada y entró al baño para cerrar con seguro. Enid se quedó cabizbaja, tomó unos cuantos pañuelos de la mesita de noche y comenzó a limpiar sus muslos y abdomen.

La chica mayor salió del baño, se puso la pijama y se recostó en la cama, apagado su lámpara. Se cubrió con el cobertor y le dio la espalda a Enid. La chica rubia aún desnuda, se sintió herida y confundida por la actitud de Merlina, se levantó para cambiarse y recostarse de nuevo en la cama. Sintió unas enormes ganas de llorar y así fue, comenzó a derramar lágrimas y soltar pequeños sollozos.

Quería ser lo más silenciosa que pudiera, no quería molestar más a Merlina. La Alfa de dio cuenta, estaba molesta pero decidió darse la vuelta y guiar a Enid hacia su pecho. La omega se recostó ahí, sin decir nada, hasta que su llanto se calmó y se quedó dormida.

Al día siguiente se levantó sin Merlina a su lado y no encontró una nota ni un mensaje, se sintió muy decepcionada pero debía ir a la universidad, así que decidió alistarse.

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