Tics and Scratches

Capitulo 2

Bakugō estaba convencido de que el tiempo se había ralentizado. Talvez Dios era realmente real y disfrutaba tanto de su sufrimiento que decidieron hacer de esta la semana más larga que jamás haya existido. En una nota más brillante, finalmente había terminado con esa tarea. Sabía que las respuestas que había escrito eran poco fiables en el mejor de los casos, pero bueno, la cantidad sobre la calidad ¿verdad? Siendo realistas, Aizawa iba estar enojado... ¿o preocupado? Katsuki no había entregado un trabajo fallido desde que comenzó la U.A, la escuela primaria, de hecho, y Aizawa lo sabía muy bien. Sin embargo, Katsuki tenía cosas mejores de las que preocuparse por una vez. Desde que aparentemente 'arrojó ' esa silla de 'diseñador', Mitsuki había hecho todo lo posible para asegurarse de que "pasaran tiempo en familia". Katsuki no estaba comprando ninguna de sus tonterías, esto era más sospechoso que el L.O.V. Desafortunadamente, no era como si pudiera ignorar a su madre innecesariamente ruidosa cuando ella estaba apostando en la puerta de su habitación y así fue como se encontró en la sala de estar, una vez más, viendo una película de mierda. Al menos era mejor que los juegos de mesa cada vez más violentos que habían estado jugando las últimas noches. Con toda honestidad, Katsuki no tenía idea de que película estaban viendo y estaba seguro de que Mitsuki tampoco tenía idea. Estaba demasiado absorto en la presión hormigueante que se había abierto camino hasta su cuello y los ojos que podía sentir ardiendo en su alma. Sabía que ella estaba esperando a que se moviera para poder regañarlo.

Todo su cuerpo había estado completamente tenso durante unos buenos minutos en un intento desesperado por detener el escalofrío entrante. Maldita sea, odiaba este sentimiento. Se estaba poniendo peor y peor, mierda. Finalmente sintió alivio cuando su cabeza se estremeció antes de golpearse tan abajo que prácticamente se dobló por la mitad. Katsuki, con una combinación de entrenamiento de héroe y ser el hijo de puta más suave de la vida, considero que lo menos sospechoso que podía hacer era simplemente quedarse doblado. Tal vez podría lograr sentirse enfermo... ¿calambres estomacales? ¿fatiga abrumadora? No, no, no, abortar, podía ver las pantuflas ridículamente esponjosas de Mitsuki a solo unos centímetros de él. Tomo algunas respiraciones profundas y temblorosas. Tal vez si de repente comenzaba a tener arcadas, ella se iría en un intento de salvar  sus preciados zapatos. Desafortunadamente, por una vez no había ejecutado su plan lo suficientemente rápido.

"¿Estás realmente hambriento de atención que sientes la necesidad de lanzarte? ¿Qué quieres? ¿Simpatía? Bueno, ciertamente no la obtendrás después de ese espectáculo de mierda de secuestro". Estaba casi moralmente  tranquila mientras hablaba. Tenía su nariz prácticamente tocando a la de Katsuki, desafiándolo a intentar y realizar una de sus acrobacias habituales. Podía sentir los escalofríos una vez más, pero Mitsuki tenía un agarre tan férreo en su cabeza que sabía que no sería capaz de moverse. A medida que pasaban los segundos, el agarre de Mitsuki se hizo más y más fuerte, si no respondía pronto terminaría regresando a la U.A luciendo una calva muy de moda.

"Te dije que no puedo evitarlo, vieja bruja, ahora déjame ir", dijo furioso.

"Por supuesto que puedes evitarlo"
Su voz de estaba volviendo cada vez más fuerte para acompañar el agarre que se apretaba lentamente en su cabello. "No es como si tuvieras tics, Katsuki, deja de burlarte de los niños que lo tienen. Dios, realmente estás jodido, ¿no?"

Todo el cuerpo de Katsuki ardía con la necesidad de moverse en este punto. Sus ojos se estaban humedeciendo sospechosamente, pero estaba decidido a no llorar por esto frente al mismísimo satanás. Ella lo había agarrado del cabello tirando y gritando tantas veces antes, ¿por qué esta tan enojado ahora? Para entonces, Masaru se había ido hace mucho tiempo, una vez más se escapó para esconderse en el dormitorio para escapar del floreciente alboroto de Mitsuki. Nunca había intentado ayudar a Katsuki cuando Mitsuki fue un poco demasiado lejos con sus castigos. Para ser justos, Katsuki no lo culpó, sería mucho más problemático de lo que valía la pena.