Takemichi

Buenas noches.

CAPITULO #1

—¡Mikey! Ya estoy aquí- saludé llendo donde se encontraba.

—Takemichi, ¿Que te parece?- pregunta sonriendo.

—Creo que es perfecta, veámoslo por dentro.

—Es muy hermosa, está será nuestra casa y el comienzo de nuestro amor...

—Takemichi. ¿Estás ahí?- me llama Mitsuya sacándome de mis pensamientos, por un momento había olvidado donde me encontraba. El recuerdo de cuando visitamos la casa donde ahora vivíamos llegó a mi mente.

—Lo siento, ¿Decías?- respondo sentándome derecho.

—Te decía que Emma ya se probó su vestido de Novia, se veía tan hermosa- menciona suspirando con alegría.

—Me lo imagino, su boda será dentro de do meses!. ¡Estoy más emocionado!.

—Tendremos casamiento doblee- bromea sacándome un pequeño sonrojo.

—Estoy muy emocionado y nervioso... ¿Seré buen... Esposo?- me cuestiono jugando con mis dedos ante el nerviosismo que provocaba cada pregunta insegura que mi mente soltaba.

—Seras el mejor, tienes un gran corazón y por eso Mikey aceptó ser tu novio y pronto serán esposos.  Felicidades por tu matrimonio Takemichi- me dice Mitsuya apretando mis manos, sus palabras lograron tranquilizarme un poco.

—Muchas gracias Mitsuya, aunque eso ya pasó hace 3 meses. Ahora me tengo que ir, Mikey llegará y tengo que tener la comida lista - me despido con un fuerte abrazo.

Dentro de unos meses sería la boda de Emma y Draken-kun, eso también me alegraba bastante, después de estar detrás de Emma casi por 3 años, por fin se harían uno.

Ahora dentro de un año aproximadamente yo también estaría casado con la persona que amo.

Me sentía tan feliz, tan pleno y lleno. Sé que el destino tenía esto para mí y se lo agradecería por el resto de mi vida.

Había pasado 3 meses desde que Mikey pidió mi mano y fue una celebración en grande, la señora Tada era la más feliz de todos.

Al llegar pude visualizar una casa de dos pisos, no eran tan grande pero tampoco pequeña.

Un cálido sentimiento llegó a mi cuerpo, podía decir que estaba en casa.

Entré y me dispuse a preparar la sena, sé que Mikey llegaría cansado y hambriento.

Haría su pasta favorita.

Me cambié a un atuendo más cómodo y comencé.

Cuando ya estaba listo serví un poco y me senté para esperarlo.

No sabía que hora era, quizá se le hizo tarde otra vez. Últimamente había llegado un poco tarde, no importaba, seguiré esperando.

Había escuchado algunos comentarios malos y fastidioso por parte de los vecinos de por aquí, incluso habían algunos que pensaban que Mikey y yo éramos amigos viviendo juntos.