8: Toji, ¿el riesgo vale la pena? [+18]

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— ¿Y si vuelve a llamar? —Lo miró con preocupación, acariciando el abdomen trabajado del hombre desde arriba hacia abajo inconscientemente— ¿Qué haremos si llega aquí para ver si estoy bien?

— Tranquila —Rió acariciándole la mejilla y besando su nariz de forma fugaz— Debe estar ocup-...

Nuevamente la canción Kaikai kitan sonaba en una melodía de 8bit remix, interrumpiendo la frase de Toji. Con un suspiro, el hombre le entregó en teléfono a la joven y le permitió contestar, podría retomar luego lo que hacían.

— ¿Gumi? ¿Todo bien? —Observó a un punto aleatorio en la habitación, esperando que no fuese nada grave.

Papá no contesta el teléfono, ¿Sabes a dónde se fue? ¿Dónde estás? —Interrogó él. Sonaba preocupado, aún cuando no solía mostrar interés en su progenitor y apenas hablaban en casa.

Aki buscó la mirada de Toji, quién sonrió malicioso y ella arqueó una ceja sin comprender sus intenciones. Tardó unos segundos en contestarle a su amigo— Creo que se fue con una compañera de su trabajo, no estoy segura... Ya sabes, debe estar ocupado... Yo estoy por irme a la cama —Dejó escapar una risa nerviosa.

Ya veo... —No sonaba muy satisfecho con esa respuesta, pero decidió no insistir, no quería interferir en las horas de sueño de su amiga— Está bien, si llegas a saber algo, por favor, llámame. Descansa.

— Cla-¡Ah! —Gimió al momento en que Toji la embistió con fuerza y sin aviso previo. Lo fulminó con la mirada, sus mejillas ardían por la vergüenza de haber hecho ese lascivo sonido en el teléfono.

¿Ah? —Cuestionó Megumi al otro lado de la línea— ¿Estás bien? Eso sonó bastante serio... ¿Quieres que vaya?

— ¡N-No! —De inmediato rechazó la oferta, Toji se movía entre sus piernas, haciéndole saber que su cuerpo aún ansiaba llegar al clímax y derretirse junto al hombre— Sólo me golpeé el dedo pequeño del pie, ya sabes cómo duele.

Megumi dejó escapar una muy leve risa tras imaginárselo— Tienes razón, ten cuidado la próxima vez. ¡Nos vemos mañana!

— Nos... Nos vemos —Usó todas sus neuronas para concentrarse en no soltar más gemidos o darle alguna pista a Megumi sobre lo que estaba haciendo. En cuanto cortó la llamada, Toji comenzó a penetrarla con fuerza e intensidad, hundiéndose por completo en ella mientras estimulaba sin parar su botón rosado, aún así ella lo regañó— ¡No vuelvas a hacerlo!

— ¿La princesa se siente avergonzada? —Mordió su cuello antes de volver a besar sus labios, sentía que pronto iba a llenar a la joven con su semen, y esa era apenas la primera ronda.

Ella intentaba hablar, pero ninguna palabra se articulaba y no era capaz de ordenar sus ideas, no cuando tenía ganas de no soltar más al pelinegro. Cuando ya no pudo más soportarlo, lo besó profundamente y de manera afectuosa, dejando que su cuerpo se liberase de toda tensión.

Tras el primer orgasmo, su vagina aún se hallaba sensible y las penetraciones de Toji seguían, podía sentir el miembro palpitando en su interior— Voy a correr...me

— Hazlo dentro... Lo quiero dentro —Su voz suplicante volvía loco a su acompañante, haciendo que le apretase la cintura para poder meter todo, sin dejar un centímetro afuera.

Sin más, llenó el interior de Aki con aquel líquido caliente, haciéndola tener otro orgasmo. Ambos se besaron, sintiendo que era lo mejor que podía existir en la tierra. Cuando el hombre quiso salirse para cambiar de posición, la chica se aferró a él y frunció el ceño mirándolo con algo de molestia.

Toji: La fruta prohibida || Fushiguro TojiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora