...Amor Mortal...

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Todo el lugar se encontraba en una situación que era a la vez alarmante y siniestra, las personas ahora no estaban de un lugar a otro, sino que se encontraban en una especie de ritual macabro para algunos, las velas se podían escuchar chasquear con la cera ya derretida mientras un suave balbuceo de sus acompañantes le ayudaba a iluminar a aquel ahora almanaque de pura muerte y soledad, no era otra cosa que un funeral, uno que conmemoraba de forma casi satánica a una mujer no tan grande ni tan joven de un bello y bien cuidado cabello marrón.

A los lados las personas rezaban mientras intentaban aguantar las insaciables ganas de llorar y gritar a los 4 vientos: ¡¿Porque Dios!?, y mientras esta gente trataba de consolarse unos a los otros en vano una joven de aspecto destrozado y de vestimenta formal y elegante intentaba salir lo más rápido de su hogar para no ver más el cadáver de su familiar que en un pasado no muy remoto tuvo la oportunidad de llamar... Tia Lucia.

No puedo... ni siquiera puedo respirar bien en este sitio por tantos presentes y ese maldito ataúd que insistieron de abrir para dar ese "Último Adiós"- Comentó entre dientes de forma sutil aquella chica quien entre miradas ciegas a su alrededor y llantos lograba escapar del lugar de una forma en que nadie se percató de que su presencia se había desvanecido como las velas que acompañaban a su tía.

Y estas emociones encontradas quienes no paraban de sacudir sus pensamientos y recuerdos no eran mas alla que un intento desesperado de darle sentido a todo aquello que había perdido en cuestión de 1 dia y media noche a lo mucho, y todo por ese conductor borracho que provocó el fallecimiento de su tía Maria Lucia, una mujer más que audaz y astuta en la hora de manejar y de expresar su apoyo incondicional a su familia y de así mismo darle un breve respiro a su sobrina para hacerla sentir el que no estaba sola en este mundo de porquería, pero ahora ella como todos sus recuerdos de amor estaban en su casa rodeado de altares con la cruz griega y latina, un montón de personas conocidas o no dando llanto a su despedida y de un cura quien trataba de dar una explicación con sabor amargo de lo que le esperaba en el otro lado de esta hoja llamada vida.

No había obstáculo alguno para que ella no pudiese irse corriendo a cualquier lugar, pues el recinto en donde yacía devastada emocionalmente no tenia mas alla de una puerta de metal sin seguro que acompañada de un zaguán y de ladrillos cubiertos en cemento separaba su casa de la calle, pero no tenía a donde ir, ahora que no había nadie en este mundo que pudiese hablar con ella y tomando en cuenta de que sus padres no eran más que unos fiesteros que poco se preocupaban de su hija no contaba con muchas opciones de consuelo

Tia Lucy... por favor... dame una señal, que es lo que debo de hacer para estar... juntas de nuevo... haré lo que sea con tal de estar juntas y abrazadas de nuevo- La pobre chica se preguntaba a sí misma mientras aguantaba las ganas casi masivas de llorar hasta caer desmayada o en los brazos de la muerte, pero algo se interpuso a su plan de desconsuelo y dolor, y no era más que un silbido... un silbido imitando la canción de "Here Comes the Sun", aquella que con su amada madrina llamaba a su encuentro e ida a algún lugar divertido con ella, pero era demasiado extraño el escucharlo ahora, en ese momento, en ese lugar y en esas circunstancia de dolor interno

Poco a poco la curiosidad se apoderó de la chica, ya que aquel silbido en lugar de parar solamente repetía la primera parte de aquel éxito de los Beatles, y esto hizo que poco a poco abriera la puerta principal dando a conocer aquel auto color gris, con vidrios cubiertos de plástico opaco y un hombre de vestimenta casi parecida al de un abogado y con un cigarro en su mano derecha cantaba una y otra vez aquellos acordes.

Disculpe, porque está estacionado enfrente de mi hogar y está cantando aquella canción?- La joven, entre asustada y confundida por la presencia poco familiar o siquiera visible de aquel misterioso sujeto preguntaba esperando no recibir una sorpresa, noticia o algo parecido que aumentará más ese sentimiento de desesperación en su corazón

Relatos del Señor "Kan"- | 1er Recuerdo| -Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum