Capítulo 9. Nemi...

41 3 4
                                    

POV Narrador

Aunque esa noche intentó dormir no pudo moverse del sofá pensando en su hermano, aunque también le resultó muy divertido que Uzui tampoco se fue a dormir.

—Te ha dicho Gyomei algo de cómo ocurrió.

—Si —por como el más alto le miraba sabía que quería saber más —el bastado comenzó a insultar y golpear a mi madre, Genya había llegado a la casa cuando ese capullo cogió un cuchillo para atacar a mi madre, Genya se puso en medio para defenderla... y ya el resto te lo imaginas —por cada palabra que iba diciendo se iba hundiendo más en el sofá.

—¿Quién avisó a Gyomei?

—Sumi, una de mis hermanas pequeñas, cuando Genya entró defendiendo a mi madre, cogieron el teléfono de mi madre, se metieron todos en el baño y mientras Hiroshi y Shuya bloqueaban la puerta del baño, ella llamó a Gyomei.

—¿Qué va a pasar con tus hermanos?

—Ahora mismo están con mi abuela, dependiendo lo que el juez dicte así ocurrirá.

—¿Tú te los traerías?

—Son mis hermanos, solo lo haría si sé que mi madre buscará ayuda para dejar de enamorarse de cabrones maltratadores —a Uzui le era imposible no reírse internamente al darse cuenta que Sanemi nunca había dicho el nombre de su padrastro—.

—¿Vas a ir al juicio?

—Tengo que ir, aunque para ese bastardo yo no soy su hijo, Genya es mi hermano pequeño y si tengo que aguantar ver su maldita cara lo haré por Genya.

—Entonces aunque me quede fuera iré yo también.

—¿Por qué?

—Quiero ver cómo te muerdes la lengua por tus hermanos.

—Jajaja, vete a la mierda Uzui.

—¿Quieres otro café?

—No.

—Yo voy a por otro —Uzui se levantó del sofá y fue a la cocina, el otro levantó sus piernas para dejarlo pasar y las apoyó en el sofá acercándolas a su cuerpo, cuando el más alto volvió se asustó al ver al otro chico con la cabeza entre sus brazos sobre todo cuando lo escuchó llorar—tío, ¿estás bien?

—Como voy a estar bien, soy el hermano mayor y no lo he protegido, Genya está en el hospital y podría perderlo y el resto de mis hermanos están con mi abuela, siempre que los veía mis hermanos me contaban que ese capullo maltrataba a mí madre, y mientras ¿yo que hacía?

—Vivir en la calle y meterte en peleas —al decir eso Sanemi se sorprendió—.

—¿Cómo lo sabes?

—El día que nos vinimos a vivir, Shinobu me contó que fue su hermana la persona que te sacó de las calles, Sanemi no te castigues, antes de conocernos es cierto que no pudiste hacer nada, pero desde que vivimos juntos, sé que todos los meses les das dineros a Genya para tus hermanos, en unos días todo habrá acabado.

—Solo quiero que ese tipo no se acerque más a ninguno de ellos, solo quiero protegerlos.

Uzui estaba sorprendido, era la primera vez que veía a su amigo en tan mal estado, solo hizo lo que creía mejor, soltó la taza en la mesa y abrazó a su amigo, este solo siguió llorando, llegó un punto que escuchó que las lágrimas se pararon, al mirarlo se dio cuenta de que se había dormido, suspiró, lo tumbó en el sofá y fue a un pequeño armario que había en el salón de donde sacó una manta con la que tapó a su compañero

—Descansa Sanemi, mañana iremos con tu hermano.

A la mañana siguiente tras ducharse los dos rápidamente y vestirse se fueron al hospital. Al llegar Gyomei les dijo que se esperaran, los médicos estaban con el y la única persona que podía estar era su madre, mientras Uzui estaba sentado Sanemi caminaba de un lado para otro.

—Si sigues caminando así te vas a marear y vomitarás.

—Estoy nervioso o hago esto o vuelves calentito para la casa —dijo mirándolo levantando su mano, dando señal de que le iba a golpear—.

—Sanemi —ambos albinos miraron hacia quien hablaba —Genya está despertando, me han dicho que puedes ... —no pudo terminar de hablar ya que el más bajo de los tres corrió hacia la habitación de su hermano, al llegar su madre estaba hablándole mientras le acariciaba la cabeza, Sanemi solo se quedó mirando desde la puerta—.

Aunque la mujer le hablaba, la mirada del hermano menor de los Shinazugawa se dirigió a la persona que estaba en la entrada de la habitación.

—Nemi...

Continuará...

Eres mi musaWhere stories live. Discover now