Te presento a...

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Noir miraba con curiosidad a su sobrino, aquel alfa lo había llamado con un apodo cariñoso así que ya sabía por donde iba la cosa.

—¿Y bien?

Miles sonrió nervioso mientras cerraba su bolso y lo lanzaba por la ventana, mirando a Hobie el cual lo había atrapado.

—Espérame en el auto, Hobie.— susurró hacía su alfa.— ya vamos.

El nombrado asintió para irse nuevamente al auto, Mon cerró la puerta con seguro para acercarse a la ventana con intenciones de irse, pero la mano de Noir la detuvo.

—¿Ya se va, señorita?

La omega sentía su cuerpo temblar ligeramente al oír al alfa hablar, le hablaba con tanta calma y calidez, que le causaba intriga aquel trato.

—Si señor...es mejor que hable a sola con Miles y yo lo espere en el auto.

—Llámame solo Noir, me haces sentir muy viejo llamándome señor.

—Eres viejo, tío.

Una carcajada salió de ambos jóvenes al ver a Noir con una mueca de indignación, la voz de Miguel se oyó a lo lejos, alarmando a los mejores amigos.

—Oh no, Miles rápido.

Mon murmuró mientras se soltaba de Noir, sentándose al borde de la ventana para mirar al adulto.

—Miles se esta quedando en mi casa, puede ir luego a verlo y conversar con él, pero ahora debemos irnos.

Noir asintió levemente para ver como la chica se lanzaba por la ventana, Miles se acercó a su tío en el momento exacto cuando trataron de abrir su puerta.

—Nos vemos, tío.

Murmuró abrazándolo con rapidez al más alto para ahora ser él el que se lanzaba por la ventana, Noir se recargó en la ventana para ver como Miles entraba corriendo al auto, y en menos de un segundo habían desaparecido de ahí.

La puerta fue abierta con rapidez y Miguel apareció con un rostro de preocupación, haciendo una mueca al ver a Noir.

—¿Qué haces tu aquí?

—¿Acaso es tu habitación?

O'hara gruñó por lo bajo, mirando con detenimiento a su cuñado, atención que pasó a segundo plano cuando observo el cuarto de su hijo. En la mesita de noche tenía una foto donde aparecía Miles y él, esa foto había sido tomada cuando le regaló el edificio al menor. Luego miró los pósters que habían pegados por doquier y las figuritas en una repisa.

—Vaya, no me digas que nunca habías entrado a la habitación de tu hijo. — Noir comentó con un tono burlesco.— Miles es completamente diferente a Milo, respecto a sus habitaciones.

—Eso lo sé.

—Pues pareciera que no.

—¿Qué insinúas, Noir?

El nombrado sonrió levemente para sentarse en la cama de Miles, mirando con detenimiento a Miguel.

—Peter no quiso contarme que sucedió, pero por la forma en la que Miles escapó de acá al escucharte, me lleva a la conclusión de que tú tienes que ver en esto.

—¿Miles estuvo aquí?

—Lo estuvo.— asintió con tranquilidad.— Pero apenas te oyó se fue.

El alfa más fuerte lo miró en silencio, ninguno de los dos se soportaba en primer lugar.

—¿Sabes, Miguel? Nunca entendí que vió mi hermano en ti, eres un alfa que no es capaz de darse cuenta que ya no estamos en siglos pasados. Peter no es imbécil, si no cambias tu pensamiento y sigues causándole daño a Miles, probablemente termine dejándote.

Omega bonito || PunkflowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora