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Esta no es la noche que esperaba, pero la vida una vez más me pone en esta situación.

Me vas a dejar entrar?

- La casa ha cambiado.

- No creo que hayas venido a ver mi decoración, Frida.

- No, por lo menos ofréceme algo de tomar - ganas no me falta de decirle que no, pero soy un caballero.

Me dirijo a la cocina y le traigo un vaso de agua - Toma, ahora dime ¿qué haces aquí?

- No me trates de esa manera, Connor. No es educada ni agradable.

- Lamento que a su majestad no le guste mi trato, ¿Cómo quiere que le hable?

- ¿Podemos hablar cordialmente? Recuerdo que nos llevábamos muy bien.

- Frida, estoy ocupado y agotado, dime a lo que viniste y retírate.

Me mira con toda la soberbia y arrogancia que la caracteriza.

- Te he estado llamando y no me respondes, eso es grosero y la alcahueta de Elena no te pasa mis llamadas, ni mis mensajes.

- No quiero hablar contigo, creí que lo habías entendido cuando no te respondí las primeras cinco llamadas y luego cuando ignore tus mensajes.

- Connor, eso no es propio de ti, siempre me respondías las llamadas.

- Soy educado, pero tengo un límite que pasaste hace mucho, y no debe ser tan importante si no le dejaste ningún mensaje a Elena.

- No voy a hablar con la secretaria de cosas personales entre tú y yo.

- Entre tú y yo, todo termino cuando me engañaste; no hay nada más que hablar.

- Connor, nunca me dejaste explicarte, solo golpeaste a Damián y te fuiste. Debías escucharme, eso hace una pareja.

- ¿Es que hay una explicación para justificar que estabas en la cama con Damián? Se supone que debía escuchar como te burlabas de mí mientras te reconciliabas con tu exnovio.

Se queda sorprendida cuando le menciono ese detalle.

- No sabía que... Damián y yo teníamos una relación que no superábamos, tal vez la costumbre, quedaba mucho que decir.

- Y que hacer.

- Connor, yo no quise que las cosas terminarán así, pero tampoco quería lastimarte.

- Las cosas se dicen, si estabas y estás enamorada de Damián no juegas a la enamorada con su primo y lo sabías, me lo ocultaste. Además, de saber cómo era nuestra relación.

- Yo te quise, Connor. De hecho, aún lo hago, extraño nuestras conversaciones, tu manera de inventar cosas para alegrarme el día, extraño como solías mirarme, tu manera de tratarme, extraño lo nuestro, siempre lo he hecho, me hacías feliz.

- Mira que extraño porque recuerdo muy bien que me dijiste que debía esperar que me engañarás porque nadie quiere a un payaso despreocupado sin inspiraciones en la vida, que tú no eras una mujer para estar con niños inmaduros - me aparta la mirada.

- No eran las palabras que quería usar, yo solo me deje llevar, Damián sabe envolver y yo caí como una tonta.

- Frida, ¿Qué quieres? Escuchar tus excusas no me interesa, mucho menos a estas alturas.

- ¿Ya no me quieres? Solías decirme que era tu paz en medio del caos, que jamás habías querido a alguien tanto como a mí, que no veías tu vida sin mí.

- Ya ves que si la pude ver, y se ve muy bien, tanto que no te quiero en ella; y tú misma lo dijiste, era un inmaduro, por lo tanto, cualquier cosa me daba paz y te quise, pero eso es muy diferente a amar y agradezco que Damián y tú evitarán que cometiera un grave error en mi vida.

Bajo la lluvia de estrellas.Where stories live. Discover now