Capítulo dieciocho

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🇲🇽📍Ciudad de México | 4:35 p.m. | Intervenciones

—Pase por aquí señorita Márquez—dije encaminándola hacia la oficina que me habían prestado, la mujer venía con su hijo un niño demasiado tranquilo y educado.

—Dime Ayde, tenemos casi la misma edad—dijo riendo y asentí con una sonrisa.

—Bueno, toma asiento Ayde—cerré la puerta de la oficina y me senté detrás del escritorio—Antes que nada deja me presento como debe de ser—carraspee—Soy Alexis Maldonado, abogado internacional, me he encargado de muchos casos familiares como el tuyo y te aseguro que podemos ganar el juicio que quieres abrir en contra del padre de tu pequeño—la mujer asintió y mire al Niño—¿Como te llamas amigo?—me dirigí al hijo de la mujer.

—Emilio—fue lo único que contestó.

—Mucho gusto Emilio, soy Alex—le extendí mi mano y el acepto tímidamente—Hoy vas a hablar un ratito con una amiga mía, ¿Te parece?—el niño miró a su mamá—Ella tiene muchas cosas para que puedas jugar, pintar y divertirte mientras tu mamá y yo arreglamos algunas cosas—el pequeño me miraba con los ojitos bien abiertos, se miraba muy apegado a su madre—No va a pasar nada Emilio, solo quieren charlar contigo—el pequeño asintió y llame a la psicóloga infantil por el intercomunicador de mi teléfono. Pasados algunos segundos ella entró llamando la atención del pequeño—Mira, ella es mi amiga Lourdes, va a enseñarte unos juegos bien padres y después puedes volver aquí, ¿Te parece?—pregunté y el asintió. Lourdes se acercó al pequeño tomándolo ente brazos, no era muy grande, por lo que vi en el expediente tenía tres años apenas.

Cuando salieron de la sala miré a la madre del niño quien habló antes que yo.

—No puedo creer que Emi se haya querido ir con ella, creí que iba a hacerme un berrinche—comentó asombrada—es muy terco, no le gusta la gente desconocida, no se como le hiciste—ambos reímos—serías un gran padre, de verdad, se te facilita hablar con los niños—tense la mandíbula al escuchar eso y solo sonreí.

—Bueno, no lo soy pero es bueno saberlo. Algo me tenía que dejar llevar casos familiares—dije riendo—Ahora Ayde—abrí la carpeta y ella se acomodó en su lugar—Según leo en el expediente Emmanuel no se ha hecho cargo de su hijo desde el nacimiento—ella asintió.

—Si, El no estuvo presente cuando nació Emi, intenté contactarlo pero no contestaba mis llamadas, lo último que supe es que estaba trabajando en Monterrey como pediatra. Irónico porque ni siquiera se preocupa por la salud de su propio hijo—rodó los ojos.

—Tienes tickets de todo por lo que tengo entendido—ella asintió—Mira, necesitamos todos los comprobantes que tengas, de comida, escuela, doctor, zapatos que le compres al Niño, ropa, pañales, productos de necesidades básicas. De todo—ella asintió—Al Niño le están haciendo una prueba psicometríca, podemos demandar por pensión alimenticia, abandono de hogar y probablemente daño psicológico al Niño, dependiendo de lo que diga mi colega—la mujer asentía—Por ser doctor va a pesar un poco más la demanda pues tiene un trabajo fijo donde se le paga bien, es un hospital privado por lo que leí—asintio—Entonces tienes ganado este juicio Ayde, completamente. El sabe que le puede traer consecuencias graves, así que le conviene cooperar—la puerta de abrio y la psicóloga entró.

—Disculpa Alex—negué para que no se preocupara—Hablé un rato con Emilio y tengo que hablar con usted—señaló la mujer.

—Siéntate Lourdes—señalé la silla a un lado de Ayde y ella tomó asiento.

—Bueno, trate al niño y de primera instancia el pequeño tiene características psicológicas de un niño con Síndrome de Asperger—la miré curioso—Hablé un rato con el y pude notar que esta enfrascado en que su padre se fue por su culpa, Emilio no logra definir sus emociones por lo que mencione antes, para ellos son difíciles los temas emocionales, empatía, relaciones sociales, entre otras cosas—la madre asintió—su hijo necesita ir con un psiquiatra infantil para que el logre decirle si padece o no este tipo de autismo, hice algunas anotaciones, es muy difícil para su hijo hablar y expresarse de una buena manera, pero si le preguntas sobre sus gustos, cosas triviales y ese tipo de informalidades es más fácil que se suelte a hablar, está en pleno crecimiento así que si se atiende ahora será más fácil de sobrellevar este tema—la mujer asintió soltando un suspiro.

Otro atardecer; Quackity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora