SECRETOS (Leo)

37 3 0
                                    

El viaje a Mallorca iba a facilitarme acercarme más a Olivia. Tenía claro que iba a aprovechar bien esos tres días de festival para pasar mucho tiempo con ella, bueno, también con los demás.

Había ido varias veces a Mallorca y conocía lugares preciosos. En general, era una isla preciosa. No podía dejar de contar los días que quedaban para irnos. Tal vez este viaje iba a ser especial para Olivia y yo, tal vez volvía a pasar lo mismo que pasó en la azotea de la casa de Helena...

Era un martes por la tarde y Daniel y yo nos encontrábamos en una plaza de Barcelona.

—Buah, qué aburrimiento. ¿Qué te cuentas, Leo?—me preguntó mi amigo.
—Ya sabes, lo de siempre.
—Necesito ir a Mallorca ya—dijo soltando un suspiro.
—Y yo—coincidí.

Lo miré y puso una cara pensativa que me dejó con la duda. ¿Qué estaría pensando? Para quitarme las dudas se lo pregunté.

—¿En qué piensas?
—En Oli... En nada—dijo corrigiendo la frase.
Lo miré extrañado. De repente se había puesto nervioso.
—¿Estás... bien?—pregunté sonriendo. No tenía ni idea de por qué se había puesto así, pero me pareció gracioso.
—Pues claro que estoy bien. ¿Por qué lo preguntas? —Parecías nervioso...—lo miré enarcando una ceja. —¿Yo? ¿Nervioso? Qué va, tío.

Estaba cien por cien seguro de que escondía algo, pero no le quise preguntar. En teoría los mejores amigos se lo contaban todo, pero últimamente nos habíamos distanciado un poco. Y, pensándolo bien, por nada del mundo le iba a contar lo que pasó entre Olivia y yo.

—Bueno, ¿vamos a dar una vuelta?—preguntó cambiando de tema.
—Vale—dije levantándome del banco en el que estábamos sentados.

En fin, paseamos un poco por la ciudad y cuando oscureció nos fuimos cada uno a su casa. Fue un día normal como los otros.

Ya era miércoles. Cuando me desperté no sabía muy bien qué iba a hacer durante el día, aunque no tenía muchas ganas de salir.

Al final me quedé todo el día en casa. Sí, fue un día de verano desperdiciado, pero no tuve ganas de salir. Menos mal que mis padres ya no estaban porque sino hubieran insistido para que al menos hubiera salido a dar una pequeña vuelta para que me diera un poco el aire.

Jueves, siempre en medio. Tampoco tenía muy claro qué iba a hacer. Tenía ganas de quedar con mis amigos, pero al parecer todos estaban muy ocupados. Helena y Olivia estaban de compras, Carlos y Víctor habían quedado con unos amigos de la infancia porque habían venido unos días a Barcelona y Daniel estaba ayudando a su padre en el trabajo.

Cuando menos lo esperaba recibí un mensaje de Daniel. Resulta que tenía la tarde libre y que, si quería, podíamos quedar. Yo le dije que sí.

Pasamos toda la tarde juntos, aunque sentía que las conversaciones que teníamos no eran como las de antes. Era como si toda la confianza que habíamos ido reuniendo todos estos años se estuviera esfumando lentamente. Además, los dos teníamos secretos que no nos queríamos contar.

Nuestra amistad seguía en pie pero no de la misma manera que antes. Era raro de explicar. Es decir, seguíamos siendo mejores amigos, pero nos ocultábamos cosas el uno a otro. Y también la manera en la que a veces reacciona cuando estoy con Olivia es muy extraño. Estaba seguro que algo le pasaba, pero por mucho que insistiera no conseguía que me lo dijera.

Por fin era viernes. Solo quedaba un día para irnos todos juntos a Mallorca. Por ser una isla en la que ya había estado tenía muchas ganas de ir. Sobre todo porque iba con Olivia. Ella dijo que nunca había ido, así que ya tenía una excusa para enseñarle lugares y pasar tiempo a solas con ella.

INALCANZABLE Where stories live. Discover now