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El Dolor Da Amor


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En una habitación, se puede ver y oír a dos jóvenes que se funden en la pasión y lujuria, el mundo exterior para ellos no existe, solo el desenfreno y calor de sus cuerpos abrazándose, deseándose, amándose.


Sus cuerpos dan anuncio de su culminación y se miran fijamente, jadeando de excitación, la sonrisa de la joven se apreció en su rostro y de una mueca de felicidad paso a una un tanto seria, él joven solo la miro, su semblante sereno, tranquilo, estoico prácticamente.


–Higurashi, debemos irnos. –Lo dice alzando a la joven de sobre su regazo y arrodillándola sobre el suelo, él se levanta del suelo, tomando su ropa interior para colocársela, mientras la joven un poco seria se levanta, para quedar frente a el sin importarle como se encuentra.

–Estoy Embarazada... –lo dice, mientras ve el rostro del hombre que ama frente a ella, que no demuestra ningún cambio de expresión, tan característico de él...

–Higurashi... sabes que no me gustan las bromas. –lo dice mientras se abrocha el pantalón y la mira fijamente.

–No es broma, Sesshomaru... –hace silencio un momento antes de seguir hablando. –tendremos un bebe... –pasa sus manos sobre su descubierto vientre, mirando al amor de su vida, que no trasmite nada, ella nunca sabe cuándo está feliz, molesto, triste o alguna expresión hasta escucharle hablar que demuestra sus sentimientos libremente...

Sesshomaru pasa una de sus manos sobre su cabello y respira profundo, una ligera mueca se forma en su labio y sin previo aviso abraza a la mujer frente a él, dándole un beso en los labios que dejo desprevenía a joven, pero le corresponde el beso muy feliz de ver la aceptación de su hijo, al hombre que más ama.

Una hora después de la revelación, los dos amantes salieron de la casa de la joven y se dirigen en el auto de Sesshomaru, a la casa del nombrado, son la primicia a sus padres que serían abuelos.

En las escaleras de la enorme casa los recibe el mayordomo myoga, que hace una reverencia frente a su joven amor.

–Bienvenidos joven amo, señorita Higurashi. –los mira sonriente, recibiendo un buenas tardes de la chica y un asentimiento del platinado.

–Sesshomaru llegaste... –dijo de hablar al ver a la joven agarrada de la mano de su hijo...

–Padre...–Sesshomaru miro al hombre enfrente y luego a su chica, a un lado de él, ella muy sonriente por lo que iba a contar, ella ya conocía al señor de la casa, era casi o más serio que su hijo, pero esto solo con extraños y con ella no era la excepción. –tenemos que contarle algo importante, sentémonos por favor.

Niega. –No hay necesidad de sentarnos, no me voy a desmayar ni nada por lo que me dirán, creo que me lo estoy imaginando. –anuncia todo demasiado serio, casi molesto, aunque sus expresiones eran nulas.

–Tendremos un bebe. –dicen a la vez los dos amantes, la joven se le desbordaba la felicidad de decirle a su "suegro", mientras Sesshomaru solo tenía una ligera mueca en su labio, casi invisible, solo los mas allegados a él lo podían identificar.

–Felicidades chicos, estoy muy feliz...

Él hombre dueño de la casa, lo dijo, pero, su rostro nunca demostraría lo manifestado, los abrazo a ambos, pero trasmitió un frio horrible a la futura madre y le dio con un mal sabor de boca...

Los días pasaron, un mes en realidad, en un parque de la ciudad, se encontraba una joven radiante por su temprano embarazo, en eso se acerca alguien desde atrás y le pasa un sobre sobre ella, la persona solo se va rápido desapareciendo del lugar.La joven tomo el sobre, volteo para ver quien fue el que se lo dio y no encontró celaje de la persona, alzo las cejas y abrió el sobre...

Al día siguiente.

Sesshomaru se encontraba en su salón de clase, como todos los demás estudiantes de administración de empresa de cuarto año, con sus veinte años recién cumplidos y con un bebe en camino, sus metas ahora estaban más marcadas y debía cumplirlas por el bien de su familia, aunque todo lo hizo fuera del orden que su madre hubiera querido, al menos ya estaba comenzando lo que ella quería que él hiciera, una familia.

Las clases de la universidad termino y Sesshomaru al salir de su salón se dirigía a su vehículo, en eso un mensaje le llego, lo reviso antes de subir a su carro y vio que es de su novia, leyó que lo esperaba fuera de su casa muy seco el mensaje, llamando la atención del platinado, ya que ella mandaba muchos emojis antes y después de sus mensajes.

Él lo dejo pasar y abordo su auto, pasaron unos minutos de su universidad a su casa y vio a su mujer con un semblante frio como muerto, nada comparado a ella.

–Higurashi... ¿Sucede algo? –La pregunta del varón está cargada de preocupación, él sabe que su chica nunca es la seria, neutra o monótona, algo pasaba y él lo sabía.

Una lagrima corre de su ojo. –Me hice un aborto, ya no quiero estar contigo...El platinado por primera vez expreso asombro, sus ojos se abrieron, apretó las manos, fuerte, haciendo que sus nudillos se pusieran rojos.

Respiro profundo. –¿Como que aborto? –alzo una ceja componiendo su expresión de hace unos segundos. –¡Si no querías estar ya conmigo, no tenías que matar a nuestro hijo! –La apunta con un dedo.

Las lágrimas salen más de sus pequeños ojos. –Lo pasado, pasado. –Se voltea para irse.Sesshomaru solo la ve irse, sus palabras no salieron y era mejor así, no sabía que diría de todos modos, él volteo y en la entrada de su casa vio a su padre cruzado de brazos, negando con la cabeza.

El platinado se acerca a su padre sin decir palabras, el mayor si habla...

–Te dije que esa joven no era de confiar, tenías que buscar a alguien de tu clase, Kagura Onigumo, era la que te dije y... –No pudo terminar de hablar porque Sesshomaru golpeó con gran fuerza la pared de la entrada asustando a su señor padre.

–PADRE, YA BASTA. –Grito con la furia en la cara. –déjeme tranquilo un momento.

Él hombre se cruzó de brazos con una mueca en su labio y una pequeña carcajada baja, que solo él podía oír, él joven molesto se fue al estudio donde se sentó frente al piano el cual empezó a tocar con mucha fuerza inundando el recinto.

Continuara...

El Dolor Da AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora