Los Diez Años Que Mas Te Ame(Kainess + kuroness)

Capitulo veintiuno

kurona abrió la tapa de un pesado termo cromado. El ligero aroma a limón acompañado por un toque de hierbas, flotó e impregnó todo el lugar.

—Es un producto naturista, mi amigo trabaja en la farmacia y lo consiguió para mí. Debería saber bien —dijo el médico.

Ness va a recoger los platos cuando escucha

Alexis se echó a reír y bromeó:

—¿Qué tan alto es el salario de un médico ahora como para conseguir algo así? ¿Está relacionado con el estado de ánimo del paciente?

kurona no dijo nada. Firmó un informe médico que tenía a la mano, tomó un taburete y se sentó junto a Ness:

—Vamos a comer juntos entonces.

Ness abrió la boca, aunque no pudo salir nada de ella. kurona se mostraba algo angustiado también. Cuando le entregó los palillos a Ness, murmuró dos frases más:

—No tengo familia y quiero que alguien me acompañe a cenar. No esperaba que te avergonzara tanto.

Se da cuenta de que Ness está moviendo la cabeza:

—Hay médicos que no son tan buenos, así que me siento halagado. —Se rio apresurado. Kurona también curvó levemente los labios y de repente quiso tocar las largas pestañas que sobresalían de los párpados de Ness. Su nariz.

kurona es en realidad una persona muy decidida, supone que es debido a su trabajo. Si quiere algo, hace lo necesario para obtenerlo... Hoy, sin embargo, solo le basta con permanecer en el corazón de Alexis por una noche.

Le cuesta mucho concentrarse en su trabajo porque piensa en él. Tal vez es estúpido por esperar tanto, y mientras piensa en eso revuelve el tazón de su sopa.

—¿No tienes hambre? —preguntó kurona con un tono bajo. Vio que Ness solo había movido sus palillos una y otra vez y no estaba sosteniendo nada con ellos.

Cree que esos palillos son más afortunados que él.

Ness negó con la cabeza.

—No, es así en casa también. No logro tener apetito.

—Estoy buscando a alguien que sea compatible contigo lo antes posible. Ya sabes, hablo de la médula ósea.

kurona cree que la enfermedad de Ness puede curarse. Lo que, es más, cree que puede sobrevivir porque está hablando precisamente de Alexis, y la situación es naturalmente más personal.

La quimioterapia de Ness le está ayudando. El tratamiento actual no es una mejora en absoluto, pero se está esforzando y está decidido a que el otro se esfuerce también.

—Gracias.

He Zhishu no tiene ningún rastro de alegría en su expresión.

—Tu enfermedad... ¿Él lo sabe?

Ai Ziyu continúa luchando con sus emociones e intencional o tal vez involuntariamente, hace preguntas sobre su relación.

Quizá es su imaginación, pero kurona sintió que la cara de Ness estaba más pálida que antes. Sus cejas estaban aplastadas por un gran cansancio. Luego habló, y no hubo ni siquiera una leve oleada de dolor en su voz cuando dijo:

—No quiero decirle.

kurona no preguntó mucho. Él sabe que Ness  debe tener dificultades indescriptibles, y la relación que ellos tienen no da como para indagar todavía tanto.

Pero kurona no tiene sentimientos de culpa por involucrarse. Rara vez quiere a alguien. Tendría vergüenza de sí mismo si no trata de perseguirlo.

—Si te resulta difícil, solo dale pequeños sorbos a la comida de ahora en adelante. Te recogeré mañana para ir a traer la medicina. —kurona  no quería dejar que Ness se sintiera apenado por eso. Se lavó las manos y tomó la ropa de Ness—: Bueno, vamos. Te llevaré a casa.

Ness sabe cuántos problemas le está dando a kurona . Básicamente lo molesta todo el tiempo desde que comenzó su tratamiento, y su corazón no está tan tranquilo. kurona es muy atento, amable con todo. Al final, se lamenta de no regresarle nada.

Cuando estaba en el asiento del copiloto, volteó y le dijo entre risas:

—Las chicas quieren casarse con un médico como tú, ¿cierto? Debes ser muy popular.

—Mmm... A las mujeres les gusta. Lo admito.

Ness se sorprendió y miró a kurona, esperaba que continuara hablando, pero descubrió que no era un tema que le interesara. De todas maneras, no parece el tipo de hombre que juguetea con mujeres en su tiempo libre.

—¿Dejas que me burle de ti un poco más?

Ness sonrió. kurona también se rio y no dijo nada.

No fue hasta que Alexis bajó del auto que kurona volvió a hablar, bajó la ventanilla y gritó:

—¡Espera Ness!

Alexis Ness dio un paso adelante y se volvió en su dirección:

—¿Doctor?

kurona bajó del Ferrari y se quitó la bufanda de sobre sus hombros. Se inclinó, le sujetó y la envolvió con cuidado alrededor de su cuello. Ness aguantó la respiración.

—Sube a casa, te recogeré a las dos de la tarde.

Hasta que el automóvil deportivo se fue, Ness fue consciente de que sus sentidos se ralentizaron. La bufanda en su cuello tiene la temperatura de otra persona. Tiene su olor...

Ness no quiere sacar conclusiones. No cree que a Ranze le gusten las personas de su mismo sexo.

Tal vez, el médico simplemente es una persona muy buena