× Pervert × kookmin Os

Único

Estamos de nuevo con una nueva historia kookmin pollitos 🐣

Disfrútenla y dejen su voto♡

— Aún no entiendo cómo es que podemos ser amigos.

— Porque yo así lo deseo. —respondió— Es más, si ahora se me da la puta gana te arrastro hacia el infierno.

— Ya me llevaste el año pasado, Kook. —se rió— No hay nada sobre ti o tus padres que me asuste.

— Hay cosas que no he probado aún contigo. —dijo con doble sentido para después rodearle la cintura con su brazo mientras seguían caminando por la acera.

Sin embargo, Jimin no lo entendió.

— ¿En serio? Deberías mostrarme. —se volteó a mirarlo con ojos brillosos.

Que no se note lo enamorado que estaba de Jungkook.

— Más rato, si quieres. —lo atrajo más hacia si mismo.

Siguieron caminando juntos un rato más hasta que frenaron para comprar algo de beber en una tienda.

— Bien, ahora podemos ir a mi hogar si quieres. —dijo Jimin— Porque te puedo asegurar que el tuyo está hecho un desastre.

— Estás en lo correcto, pequeño. Pero hagamos el corto camino a tu casa un poco más entretenido. Aunque ya estemos a unos pasos.

— Uhmmm... ¿Cómo? —preguntó con un puchero.

— Escucha porque sólo te lo diré una vez. ¿Okay?

— Sip.

— Si no te regalan un chupetín en aquella despensa... —apuntó hacia el local— Vas a comerte el mío esta noche, ángel.

Jimin se quedó estupefacto. Jungkook sonreía como un desquiciado.

— Lo que escuchaste.

— B-Bien... —susurró el rubio para luego separarse del mayor— Voy a pedir el chupetín.

Caminó hacia la despensa pensando en que probablemente era una de las pesadas bromas de su amigo. Hablaba así todo el tiempo y jamás era verdad.

— Uhm, disculpe... —habló a la chica que estaba atendiendo.

— ¿Qué busca?

— ¿No podría regalarme uno de esos chupetines? Los que son más baratos.

— Uh, no. ¿Qué clase de pregunta es esa?

— E-Es que hice una apuesta c-con mi amigo y... —comenzó a susurrar y fue interrumpido.

— Pues ve y cumple tu castigo, si mi abuela ve en las cámaras de seguridad que falta algo definitivamente ella va a golpearme con su bastón. —susurró la chica de vuelta— Lo siento, rubio.

— N-No, está bien... —le sonrió— Es su tienda después d-de t-todo...

Se dió media vuelta y salió del local, caminando a paso muy lento hasta su mejor amigo. Todo su cuerpo se sentía pesado y una muy extraña sensación se extendía por su sistema nervioso.

— ¿Vamos a casa?

— V-Vamos...

Lo peor fue cuando el camino se hizo mucho más corto de lo que era y en pocos minutos ya estaban entrando a su hogar. Pudo sentir las manos del mayor en su cintura y supo que no estaba bromeando cuando había hecho aquella apuesta.

— Hora de cumplir con la apuesta, mi pequeño ángel. —susurró en su oído dándole escalofríos.

Tomando aire, tomó la gran mano de Jungkook entre las suyas mientras que éste comenzaba a caminar hacia su habitación. Todo era real y cayó en ello cuando estuvo arrodillado frente al castaño, desabrochando el cierre de sus jeans.