Dos almas (Itanaru)

Capítulo 33

El Uzumaki cargaba a su bebé viendo hacia la ventana en su habitación, mecía al pequeño y lo arrullaba suavemente mientras lo alimentaba, era calladito, no lloraba, en pocas ocasiones lo había hecho, aún recordaba a su Itachi en esa cama de hospital, sufrió todo este tiempo sin él poder estar a su lado, sintió baba caer en su mano, bajó su mirada, el pequeño azabache chupaba buscando comer, el biberón no tenía más leche, Naruto sonrió quedito, salió de la habitación, preparó un nuevo biberón -pensé que te largarías cuando tu bastardo naciera -el Uzumaki apretó el ceño -el único bastardo en este lugar eres tú, maldito mimado -Menma abrió sus ojos bastante, era la primera vez que le respondía el Uzumaki -¿así que sacaste las garras zorra? -Naruto sonrió con sarcasmo -no me ofende que me llames de esa forma, me causa orgullo, en cambio, debe ser difícil ser tú, lo lamento en verdad-

Menma abrió bastante sus ojos, apretó el ceño -¿de qué demonios hablas? -Naruto se puso serio, lo vió con la mirada afilada -¿ya sabes?, que nadie te soporte, tu debilidad, todo el mundo lo sabe -el rubio no estaba de humor, se había atrevido a hablar de su hijo de esa forma, nadie llamaba bastardo a su bebé -Menma apretó sus puños con coraje, Naruto sintió a Kushina llegar -hija de puta, te juro que te sacaré de mi casa, maldita arrimada -Kushina abrió bastante sus ojos, Naruto se dió la vuelta ignorando al chico como siempre, se sentó en el alféizar de la ventana con su bebé en brazos -te estoy hablando maldita sea -Menma corrió a empujar a Naruto por la ventana, pero Kushina con velocidad detuvo su mano, el pelirrojo abrió sus ojos bastante -¿qué demonios te sucede?, cada día me decepcionan más tus acciones, tu chakra se ha vuelto oscuro -

Menma, negó con temor -yo sólo… -Kushina negó -¿ibas a tirar a Naruto con el bebé?, ¿con el bebé maldita sea? -Menma bajó su rostro, arrancó su mano con coraje, corrió a su habitación, todo era culpa de esa maldita arpía -lo lamento Naru-chan -Naruto negó -no sé preocupe Kushina-san, tal vez debería buscar mi propia casa, es mucho abuso estar aquí con mi hijo -Kushina negó con angustia -no no no, tu también eres mi hijo -el Uzumaki abrió demasiado sus gemas, se hicieron aguadas al ver que la señora era sincera, sonrió quedito con vergüenza -gracias -Kushina lo abrazó con fuerza, besó su frente -y este pequeño de aquí es mi nieto, no te lo llevarás definitivamente, menos cuando ya me encariñé ttebane -ambos sonrieron con diversión.

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"Tienes dos opciones, la primera es sencilla, el golpe es un hecho y la aldea ha decidido que tu clan debe desaparecer -el Uchiha apretó el ceño con frustración, su corazón latía con fuerza, tenía miedo -la segunda opción es difícil, pero con ello salvarás la vida de tu pequeño hermano, un inocente -Itachi lo escuchó atentamente -sólo debes hacerlo tú y demostrar tu lealtad a Konoha -el Uchiha analizaba, ¿su pequeño y amado hermano podía salvarse? -¿puede asegurarme la seguridad de Sasuke? -Danzo sonrió ligero -te prometo que el chico será cuidado y su seguridad será prioridad -Itachi levantó su mirada viendo los oscuros ojos del sujeto frente a él -entiendo, como seguro, sabes que llevo mucha información de la aldea conmigo, no lo olvides -Danzo apretó el ceño cabreado, sabía que toda su suciedad y la de Konoha iban con el chico.

El Uchiha sentía que se asfixiaba, su cuerpo temblaba con terror, mientras corría hacia el complejo de su clan las dudas lo embargaban, ¿cómo sería su vida después de esto?, ¿sería capaz de arrebatar su vida a su familia?, ¿su hermano? Los pensamientos oscuros y negativos rondaban al menor con tan solo trece años, lágrimas de frustración salían de sus ojos, mientras analizaba el atardecer llegaba y la hora lo había alcanzado, salió con su uniforme anbu, comenzó a tomar la vida de cada miembro de su clan, su corazón se desgarraba con cada muerte" Itachi abrió sus ojos con terror al ver caer a sus padres por su tanto "yo siempre estaré orgulloso de ti hijo", respiraba agitado recordando las últimas palabras de su padre antes de asesinarlo, no podía controlarse, su corazón latía con fuerza, dolía, limpió su rostro, escurría lágrimas y sudor, giró su mirada cerciorándose que aún siguiera en su cuarto, era de madrugada, era una maldita pesadilla, ¿qué demonios había sido eso?

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-Itachi -el heredero levantó su mirada -la gente habla, comienzan a especular, no es bueno que lleves una amistad con una madre soltera, al inicio no creí que fuera un problema, pero el clan no lo está viendo bien, aléjate de esa chica -el azabache apretó el ceño con molestia, ni siquiera lo había podido ver esos días, sonrió con sarcasmo, cosa que desconcertó a todos, era demasiado taciturno, nunca habían visto esa sonrisa en él -definitivamente no me alejaré padre, tendrán que tragarse su molestia -la familia Uchiha vió con sorpresa al heredero, el mismo Itachi parpadeó con duda, nunca había hecho un comentario de ese estilo.

Sasuke giró su mirada con angustia, Fugaku parpadeó sin reconocer a su hijo -¿qué? -Itachi carraspeó restando importancia -padre, es mi amiga, no me alejaré, es la única amistad cercana que tengo -Mikoto lo vio con cuidado -Itachi, ¿sólo es tu amiga? -el Uchiha sabía que su mamá sospechaba algo, eso no le importaba, ya no estaba el otro Itachi, se quedaría con él, Naruto era "su" pequeño, parpadeó con duda con ese pensamiento, nunca había sido egoísta, ni siquiera en pensamiento, claro que pretendía enamorarlo a su tiempo, pero ¿qué le sucedía?, desde ese día en el otro mundo, sus pensamientos se sentían confundidos, tenía sueños extraños, ¿ahora sus palabras y pretensiones? -sí madre-

Mikoto lo vio con cuidado -ese bebé tiene sangre Uchiha, Itachi, ¿no serás el padre? -Fugaku y Sasuke abrieron sus ojos bastante, apretó el ceño el líder -¿de qué habla tu madre Itachi? -el heredero apretó el ceño, mordió su mejilla al sentirse orillado -sí y no -lo vieron con duda sin entender, Fugaku se estaba enojando -habla claro, no te estoy entendiendo y comienzo a desesperarme Itachi, ¿qué demonios sucede? -el heredero los vió con cuidado -hablaré con Minato-san para pedir autorización y explicar la situación, así entenderán -lo vieron con cuidado, algo escondía esa chica, asintieron.

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"-Olvídalos, sólo tú existirás para mí y yo para ti… -las gemas se abrieron enormes, comenzaron a brillar con emoción -te ofrezco llenarte de amor y cariño el resto de tu vida, te ofrezco mi vida a tu lado, piénsalo pequeño -besó suavemente sus labios -escucha mis palabras, déjame conquistarte, deja que te robe y todo estará a tus pies -Naruto sonrió lindo", la escena cambió radicalmente en una oleada de imágenes y emociones "-¿vendrás conmigo? -el rubio se dejó hacer sintiendo sus besos suaves, su mirada se nubló sin poder negarse, asintió quedito -¿Me prometes que no me dejarás solo? -el Uchiha sonrió -te prometo que estaré a tu lado siempre -Naruto sonrió recibiendo sus besos una y otra vez", los onix del Uchiha se abrieron de golpe despertando de ese extraño sueño, comenzó a respirar agitado, giró su mirada viendo que aún era oscuro, talló su rostro con ansiedad, había tenido sueños con escenas que en su vida  nunca había vivido, se estaba volviendo loco, tal vez el otro Itachi pasó más que sólo su poder, "¿sus recuerdos?"; los últimos días habían sido pesadillas, aún recordaba el rostro lleno de terror de Naruto cuando el otro Itachi lo lanzó a esta dimensión, no había podido dormir un día antes por la angustia y la preocupación, no sólo eran los sueños, sino también las sensaciones.

Giró su mirada a la luna, analizaba con más calma, este último sueño había sido tan irreal, tan hermoso, soñar con el pequeño Uzumaki, su corazón latía con fuerza, suspiró audiblemente, colocó su brazo en su rostro cubriendo su sonrojo a pesar de no haber nadie más en el lugar, se estaba volviendo loco definitivamente. Al cerrar sus ojos la única imagen que recibía era el rostro lleno de amor de su Naruto, se sentía celoso y posesivo, quería esa mirada para él, lo quería para él, lo amaba como estúpido, esas nuevas sensaciones nunca las había tenido en su vida, eran nuevas para él, se sentía aprensivas y al mismo tiempo liberadoras; mordió sus labios con ansiedad, lo extrañaba, era cómo si no lo hubiera visto en meses y esa sensación los asfixiaba.