2•- ¿Quién eres?

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••– Vamos, es parte de tu nueva identidad - repetía el compañero sobre su cabeza con un tono jovial -

••– Es ridículo, ya tengo un nombre y es BOW-SER - le regañaba la chica ante los constantes intentos de Max de bautizarla con otro nombre -

••– Eres Bowsette princesa de los koopa, es parte de las reglas de mi castigo; una nueva identidad trae consigo un nuevo nombre - comento la corona demostrando su gusto por diseñarle aquella identidad al desafortunado -

••– Voy a perder la paciencia de nuevo

••– Lo haces y te paralizó el cuerpo nuevamente - el objeto le recordaba su medida de seguridad en caso de que la princesa perdiera los estribos, cosa a la que a recurrido varias veces en lo que llevan de trayecto -

Ese dueto había avanzado un largo trayecto juntos, habían abandonado las zonas boscosas donde se conocieron y estaban recorriendo un territorio desértico donde se ubicaba el objetivo de la ex rey. Su cuerpo como princesa presentaba debilidades y limitantes mayores a su antigua identidad, sobre todo al tener que resistir al calor solar extremo del lugar, pero aún así no era detenido su avance de ninguna manera.

Ella soportaba dichas dificultades en su travesía, su castigador le permitía manipular algunas de sus habilidades dependiendo de las necesidades de cada situación o peligro que presentaba el arenoso terreno. En diversas ocasiones las bestias del desierto pusieron el punto de mira sobre la mujer, solicitando entonces poder usar su aliento de fuego para mantener a raya a esas amenazas.

Bowsette se divertía erradicando a sus adversarios con sus poderosas ráfagas de fuego, mientras Max presentaba preocupación al ver las risas sádicas de la chica cada que reducía algún morodeador del desierto hasta volverlo cenizas y huesos secos. Esas eran las desventuras que se repetían durante su viaje.

••– Mira, casi hemos llegado - finalmente la villana señalaba un destino a la vista de ambos -

La estructura de grandes proporciones se alzaba en mitad del desolado desierto como si fuera un espejismo entre el territorio baldío que le rodeaba, una torre de altura suficiente para asemejarse a un gran faro en mitad del basto lugar, pero normalmente era oculta de la vista de los viajeros gracias a comunes tormentas de arena que se presentaban en la zona.

El clima estaba templado, nada evito que la némesis pudiera poner su mirada en ese punto de interés. Se formaba una sonrisa en su rostro que mostraba algunos de sus agudos colmillos al saber con entusiasmo que la monarca de los hongos esperaba en una de las salas de esa inmensa fortaleza inexpugnable.

••– Te presentó una de las tantas fortalezas de mi ejército - le comento a su corona con una buena muestra de orgullo - la llaman la guarida del sol seco.

••– Que temible presentación - divagaba el mágico compañero ante la imagen de esa ubicación - por cosas como estas es que ahora ando sobre tu cabeza.

••– ¿No tienes ninguna otra observación que quieras compartir? Un alma tan sabía como tú debería tener algo mejor que decir además de tu palabrería sentimental barata - señaló la tirana en una obvia burla -

El objeto giro sus ojos con un pequeño descontento por la naturaleza de su anfitrión, después compartiría un consejo más sabio de lo que parecía.

••– Opino que es mejor que no te acerques a esa torre

••– Tuviste una premonición o algo del estilo? - interrogó la mujer de vestido negro sin detener su avance -

••– Es por algo más personal, quisieras saber? - explicaba Max listo para iniciar una charla de ese tema -

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⏰ Última actualización: Jan 23 ⏰

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Bowsette: El castigo del rey de los koopaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora