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No se habían percatado de que eran los únicos en el departamento y, ¿cómo hacerlo? si sus cuerpos bailaban al ritmo de la música, al igual que sus almas. No fue hasta que la canción que estaba en ese entonces, había llegado a su fin.

Con un poco de emoción de encontrase solamente ellos dos solos en el departamento, continuaron bailando jazz, un género de música tan magnífico que describía perfectamente a través de la melodía lo que sentían en ese momento.

-¿Podemos ir al balcón?- Propusó NamJoon, a lo que SeokJin lo miró con curiosidad.

-¿A qué quieres ir al balcón?-Preguntó, manteniendo una sonrisa boba en sus labios.

-Me gustaría mostrarte algo... -Confesó con emoción, a lo que SeokJin sonrió grandemente, sin siquiera intentar negarse.

Cuando dejaron de bailar, NamJoon tomó con delicadeza la mano de SeokJin, para después guiarlo hacia el balcón, y aunque SeoKJin conocía perfectamente el camino hacia su balcón, se dejó guiar por NamJoon.

Una vez afuera, los ojos de Jinnie se brillaron de brillos debido a el reflejo de las estrellas, pero NamJoon se mantenía firmemente en que verdaderamente las estrellas se encontraban dentro de los ojos de SeokJin.

Una verdadera belleza digna de admirar.

-El cielo está hermoso. No recuerdo cuando fue la última vez que salí aquí a tomar aire fresco. -Mencionó SeokJin maravillado con la luz de la luna y el cielo estrellado.-Este es el mejor cumpleaños de toda mi existencia.-Le miró SeokJin, con una sonrisa radiante. El pelinegro sintió su corazón contraerse ante lo que Jin era capaz de hacerle sentir con tan sólo una sonrisa.

-SeoKJin, mira...-Apuntó hacia el horizonte, donde habían dos estrellas, que a diferencia de las otras eran más grandes y brillaban más, por el simple hecho de estar juntas.-Somos tú y yo.-Comenzó, provocando que el corazón de SeoKJin se sacudiera con una intensidad que nunca antes había percibido.-Las estrellas existen desde hace más de 200 millones de años y siguen siendo las mismas. Es verdad que unas mueren y otras nacen, pero siguen estando en el cielo, siguen apareciendo apenas se mete el sol por los siglos de los siglos...

-¿P-por qué dices que somos nosotros?-Preguntó el castaño con una risa nervosa, intentando no demostrar el gran caos que se llevaba acabo en su interior.

Tontas mariposas.

-¿Ves lo juntas que están?-Apuntó y SeoKJin asintió efusivamente.-A pesar del tiempo, ellas son fuertes porque están juntas, una a lado de la otra. Y yo soy fuerte solamente estando a tu lado.-SeoKJin se dio la vuelta para verlo a los ojos, incrédulo a lo que sus oídos escuchaban.

-Ja, ja, deja de bromear Joon, mejor bailemos.-Dijo, para después enredar sus brazos al rededor del cuello del pelinegro, en un intento de esconder sus nervios.

Después de un par de comentarios y risas, sin siquiera notarlo, sus cuerpos fueron juntándose tan suavemente al ritmo de la música que provenía del interior, hasta el punto en que se habían convertido en uno solo.

SeokJin mantenía su cabeza pegada al pecho de NamJoon, debido a la diferencia de altura, mientras que NamJoon reposaba su mentón sobre la cabeza del castaño, manteniendo una pequeña sonrisa en sus labios.

Lograba escuchar los latidos del corazón del pelinegro y podía jurar que se encontraba tan perfectamente sincronizado con el suyo, pues al momento de escuchar el de NamJoon, podía sentir el suyo latir a la par.

Recuerdos vinieron a su mente, momentos en donde se encontraba solo en su departamento, encerrado en su trabajo con la mente en todas partes menos en él. Hasta que NamJoon llegó a su vida, la iluminó y le devolvió aquella felicidad de niño que la vida adulta le había arrebatado. NamJoon era su mundo ahora y si su cavernicola se iba de su vida, su mundo se derrumbaría por completo.

ஓMY SWEET CAVERNICOLEஓ [KNJ & KSJ]Where stories live. Discover now