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Se encontraba sumido en sus pensamientos mientras su vista se fijaba en dirección al balcón del departamento. Estaba muy preocupado, pues no paraba de pensar en aquello que había comentado SeokJin la noche anterior. Temía que su amado se encontrara en una situación peligrosa al deberle dinero a personas.

Con sólo haber visto su reacción al llegar al departamento, presentía que algo no estaba bien y que SeokJin podría estar en problemas. Es por eso que toda la mañana había estado rondando por su mente la idea de salir a buscar trabajo, a pesar de que SeokJin se lo había prohibido a toda costa.

Pero estaba desesperado, su mente no paraba de hacerle malas jugadas y pensar en situaciones catastróficas que podrían suceder si SeokJin no pagaba lo que debía.

Fue entonces que tomó la decisión de salir a buscar empleo. Después de haber desayunado cereal con leche, se colocó una sudadera negra, junto a unos jeans de igual color. Antes de salir, se puso sus tenis blancos y después salió del departamento, no sin antes llevar consigo las llaves que abrían y cerraban de forma mágica la puerta.

Si bien, no tenía experiencia fuera del departamento, por la poca que tenía al haber acompañado a SeokJin, sabía perfectamente a dónde ir.

Avanzó hacia el ascensor, con pasos dudosos. Sentía la culpa inundar su ser al desobedecer a su amado, sin embargo, cada paso que daba trataba de convencerse que lo hacia por él y por su bienestar.

Una vez que se encontró en el vestíbulo del edificio, con una pizca de emoción y miedo comenzó a caminar por las calles de la cuidad a la que nunca había pisado solo, a excepción de aquella vez que había escapado del departamento, pero en ese entonces no sabía lo que hacía. Ahora sí, sabía que tenía que encontrar un trabajo para poder ayudar a su amado y eso es lo que iba a hacer.

Comenzó a caminar entre la gente y disfrutando pasar por los diferentes lugares y las diferentes tiendas, donde cada cosa que veía le parecía increíble y quería tenerla, sin embargo, SeokJin le había explicado que el mundo consistía en que si querías algo tenías que pagar por ello con dinero y lamentablemente dinero es lo que le faltaba. Si bien, no se entristeció, pues si lograba encontrar un empleo podría tener dinero para él y para comprarle obsequios a SeokJin.

Justo como el que acaba de ver.

Se trataba de un hermoso collar dorado con un pequeño corazón en medio. NamJoon de inmediato imaginó lo bien que le quedaría a SeokJin, logrando que su meta por encontrar empleo se triplicara. Quería darle un detalle a SeokJin que le dijera lo mucho que lo amaba y lo mucho que significaba para él…

Con emoción se dirigió hacia el local de Kai. El mismo chico que le había cortado el cabello tiempo atrás y que le había agradado. No le agradaba el hecho de que vería a el idiota, pero si quería tener dinero tenía que soportar hasta la idea de trabajar con él.

Después de unos minutos más, llegó su destino. El local seguía igual que la última vez que había entrado. Las frases neón que adoraban el lugar le fascinaban y que decir con que cada área había sido diseñada por el toque único de los chicos, pero manteniendo su estilo rockero. Al momento de entrar, se dirigió hasta donde sabía que Kai se encontraba, quien se encontraba cortándole el cabello a un chico, pero que paró un momento al ver quien se encontraba en el local.

—Ey, eres el chico de SeokJin, ¿No es así?—preguntó con entusiasmo, para después continuar con su labor, sin perder de vista al pelinegro a través del gran espejo frente a ellos.

NamJoon asintió con un sonrojo en sus mejillas, pues se encontraba sonrojado y emocionado por ser reconocido por el hecho de estar con SeokJin, por otro lado, estaba algo apenado del show que había causado la última vez.

ஓMY SWEET CAVEMANஓ [KNJ & KSJ]Where stories live. Discover now