-cap. catorce

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Toda esperanza de que Bianca le contestara los mensajes que le había mandado después de que ella aceptara su solicitud para seguirla en Instagram, se habían esfumado.

Había pasado una semana más y no había recibido nada por parte de la rubia. Todos los días stalkeaba su perfil en Instagram para ver si subía algo por más de haber activado sus notificaciones para estar al tanto.

— Me canse — el sevillano habló llamando la atención de todos su amigos.

Se encontraban en la casa de Pedri después de uno de los entrenamientos con la intención de relajarse un poco antes del último partido que tenían de la temporada.

— ¿Que? — Ansu lo miró confundido cuando vio que el menor se levantaba y agarraba sus llaves.

— ¿Que haces? — Ferran le preguntó también confundido al igual que los demás presentes.

— Hace casi un mes que no se nada de ella, solo me ha aceptado la solicitud en Instagram y ni me siguió devuelta — Gavi les dijo mientras abría la puerta principal y salía de la casa.

Los demás se miraron entre sí antes de levantarse todos de golpe y seguir a Gavi para que no cometa una locura.

— Gavi, espera — Pedri corrió hacia él y le cerró la puerta del auto antes de que el sevillano pudiera subirse —. Piensa las cosas dos veces antes de actuar... te lo pido por favor.

Gavi lo miro sin saber que decir. Él estaba consiente de que podría salir mal, pero tenía una pequeña esperanza de que Bianca lo escuchara una vez que lo viera. Tenia que intentarlo.

— Gavi — Ferran le hablo haciendo que el menor dirigiera su mirada hacia él —. Piensa las cosas, no sabes como ella está ingiriendo todo esto.

— No quiero ser esa persona, pero — Balde hablo haciendo que todos lo miraran —, si no te ha mandando ni un mensaje en casi un mes, es por algo.

— Tío — Pablo Torre le dijo por lo bajo por lo bruto que había sonado.

Esas palabras que Balde le había dicho se sintieron como si un cuchillo le hubiese atravesado el pecho. Pero Gavi no podía pasar ni un día más sin tener noticias sobre la rubia, necesitaba verla y que lo dejara explicar.

— Me la suda — dijo finalmente para después abrir la puerta del auto y marcharse lo más rápido posible.

Por el espejo retrovisor pudo ver como sus amigos se quedaban parados sin saber que hacer.

Hizo el recorrido, que ya se sabía de memoria, hasta el edificio de Bianca. Cuando llego, se bajó del auto y entró rápidamente para llamar al ascensor. Pero como tardaba mucho, decidió ir por las escaleras y agradecía estar en un buen estado físico ya que el departamento de la rubia se encontraba en el piso diez.

Cuando llego al piso, aunque tardo más de lo que le hubiera gustado, se armó de valor y tocó el timbre con los nervios a flor de piel. A los pocos minutos le abrió una chica que no había visto pero que si conocía. Maia, la mejor amiga de Bianca.

— Vos sos Gavi — Maia lo apunto con el dedo y le dio la mejor cara de orto que le salió —. El pelotudo que le mintió a mi amiga.

Gavi trago saliva sin saber que hacer en ese momento. Él estaba confiado de que Bianca le iba a abrir la puerta y hablarían, pero se equivocó.

— ¿Está Bianca? — preguntó con la voz temerosa.

— No puedo creer que tengas el descaro de venir hasta acá después de que le hayas mentido — Maia lo miro de arriba a abajo, inspeccionándolo, poniendo a Gavi aún más nervioso —. Bianca esta, pero no voy a dejar que hable con vos.

— Se que estuve mal, créeme — Maia lo miro incrédula —. Pero todo tiene una explicación y necesito hablar con ella — si hiciera falta, Gavi se arrollaría, él sólo quería poder hablar con Bianca y que puedan recuperar lo que tenían.

— Ella leyó lo que la gente dice sobre vos — Maia hizo caso omiso a lo que el sevillano le había pedido —. Y también sabe lo de las chicas que han salido a hablar — eso hizo que Gavi se pusiera pálido.

— Escucha, nada de eso es verdad, yo-

— ¿Que te hace pensar que te voy a creer? — la castaña lo interrumpió —. No, no... la pregunta es, ¿que te hace pensar que Bianca te va a creer?

— Deja que hable con ella, por favor — decir que Gavi se estaba desesperando era poco.

Maia abrió su boca para, probablemente, mandarlo a la mierda pero una voz detrás de ella no la dejó. Esa dulce voz con ese acento tan característico que Gavi conocía muy bien.

— Maia — se escucharon unos pasos acercarse —. ¿Quien es?

— El portero — su amiga le mintió —. No es nada importante, no te preocupes — le dijo con la intención de que la rubia no se acercara pero era demasiado tarde.

— Pablo — la rubia soltó en un suspiro sin poder creer que él estuviera ahí.

Gavi, por poco, casi se cae cuando la vio después de cuatro semanas. Semanas que se le habían hecho eternas. No pudo no ver las ojeras que Bianca tenía debajo de sus ojos, sintiéndose como la mierda porque sabía que él era el causante de eso.

— Bianca — Gavi dijo de la misma forma que la rubia.

— Yo me encargo, Maia, gracias — Bianca le dijo a su amiga, quien no se veía muy convencida.

— ¿Estas segura? — Maia le preguntó un tanto preocupada —. Si queres llamo a la policía o algo.

— Está bien — la rubia le aseguro eh logro que su amiga volviera adentro del departamento, dejándola sola con Gavi —. ¿Que haces acá? — le preguntó con un tono un tanto frío y distante que no pasó de desapercibido para el sevillano.

— ¿Podemos hablar? — le pregunto Gavi ya con los ojos llorosos y la voz entrecortada.

Bianca parecía tener un debate mental con ella misma, seguro preguntándose a sí misma si ya estaba lista para escuchar lo que el sevillano tenía para decirle.

— Acá no — dijo finalmente para después cerrar la puerta del departamento.

Comenzó a caminar hacia el ascensor con Gavi siguiéndola. Los dos se adentraron a este y la rubia presionó el botón que los llevaría hacia la terraza del edificio.

Cuando llegaron, Bianca camino rápidamente hacia unos sillones que había y se sentó, indicándole a Gavi que hiciera lo mismo.

— Habla.

Gavi soltó un suspiro y se preparó mentalmente para cualquier cosa que pudiera pasar, y solo rogaba para que todo saliera bien y poder recuperar a quien él consideraba como el amor de su vida.

yo la amo (maia) y la voy a defender ante cualquier cosa

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yo la amo (maia) y la voy a defender ante cualquier cosa. ella mata a alguien (gavi) y yo voy a decir "bueno, algo habrá hecho"

𝐃𝐄𝐋𝐈𝐂𝐀𝐓𝐄 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora