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*Fuaaaa, la historia ya llegó a los 18! Ya te la podés fo--

-Pero te dije que aún no era momento para hacerlo!- Fue lo primero que escuchó nuestra protagonista al abrir sus ojos por la mañana. Wally estaba dando vueltas en la sala, intentando calmarse mientras la casa soltaba diversos sonidos por todas partes para explicarle lo necesario.

Adormilada, la chica se acomodó en el sillón, sintiéndose más pequeña de lo que se sintió al sentarse allí la noche anterior. Buscó con su mirada al propietario de la casa, ganandose una mirada algo preocupada, sorprendida, y hasta emocionada...pero que raro reaccionaba el chocorrol.

-Está todo en orden, señor Darling?- Preguntó con inocencia la chica, dejando que el mencionado le tomase de las manos para ponerla de pie.

Todo se veía mucho más grande ahora, se sentía extraño ser más alta que Wally solo por una cabeza de diferencia; e incluso su cabello se había vuelto un poco más corto y claro de lo normal.
Nerviosa, se acercó al baño para verse al espejo, sintiendo su cuerpo temblar ligeramente.

-COMO QUE TENGO 14 AÑOS OTRA VEZ!?- seguro ese grito se escuchó hasta la ciudad. Fisicamente solo su cabello había cambiado tanto, su rostro y lunares se mantenían en su lugar. -Santo patrono de mis ojos, dime porfavor que no tendré que pasar por la pubertad de nuevo...- yo no se si es que estaba esperando alguna respuesta, pero a su mente llegaron las palabras "no, no pasarás por eso de nuevo"; la chica se estaba volviendo loca seguramente.

-estrellita, estás bien?- el de tez amarilla tocaba un poco la puerta, intentando darle su espacio ante tal revelación. Al ser abierta la puerta de golpe, cayó sobre la chica, acorralandola por error en el piso.

-Estoy bien, señor Darling. Es solo...creo que fue un error quedarme a dormir,- la joven desvío la mirada, tenerle encima suyo le traía vagos recuerdos. Con cuidado se sentó en el piso, tomando a la marioneta por la cintura para no alejarlo demasiado, antes de mirarlo algo decaída. -pero supongo que ahora no puedo regresar, lo...lo siento.-

Wally la vio cerrar sus ojos con impotencia mientras temblaba (amenazando con empezar a llorar), mirando las paredes a su alrededor para intentar que Home le dijiese que hacer. Sin saber realmente si estaba en lo correcto, se levantó un poco y pegó el rostro de la chica a su pecho, antes de empezar a jugar con el cabello de la misma para intentar tranquilizarla.

Fue raro, era un abrazo sin poder escuchar algo en el pecho de la marioneta, pero no le molestó. Pasaron unos minutos, donde la chica logró dejar de temblar; con cuidado se separó de su mayor y se le quedó mirando unos minutos.

De pronto Flash~ la chica de la piel azul~!

Un par de imagenes llegaron a su mente como flechas, en las 4 podía ver a Wally con una pequeña sonrisa y algo orgulloso de haberla tranquilizado con su intento de abrazo, y aunque cambiase el fondo, no parecía importarle el contexto.

'¿Cuándo fue la última vez que hizo eso?' pensó la joven, levantándose del piso junto al de peinado curioso. Esa última le mostraba en el bosque con un aura roja, aunque la marioneta le tranquilizase. Intentó recordar el contexto completo, pero solo logró que le doliese la cabeza.

-Tranquila, ¿que tal si invitamos a todos a un Picnic para que comamos tu pastel de manzana?- cierto! Ya me había olvidado del pastel.

Salieron del baño con eso en mente, disipando cualquier mal pensamiento de la protagonista.
Al llegar al comedor, el pastel estaba sobre la mesa, con una pequeña hoja de papel encima que mostraba un dibujo de un corazón azulado.

Decidieron dejarlo un minuto, pues ahora la ropa que tenía puesta la niña era demasiado reveladora. Por alguna razón, Wally, tenía en su armario una versión femenina de su propia ropa que le prestó a la joven; esta última solo le miró con algo de duda.

-Me empieza a dar miedo que tengas ropa femenina.-

-Solo tengo buenos gustos, ahora cámbiate.- en esta ocasión el chaparrito si que se dió la vuelta para no mirarla, como si ser de una altura similar le diese vergüenza verla.

Se vio en el espejo con su nueva ropa: una camiseta blanca y una falda de lineas coloridas verticales. Con cuidado se estaba colocando los zapatos que le prestó la marioneta, cuando levantó su mirada al mismo.

La mirada de él estaba sobre su postura para ponerse los zapatos, apoyando su pie en la cama estando sentada. Puede parecer extraño, pero era obvio que no tenías ropa interior, por lo que rápidamente cambiaste de posición para terminar de prepararte.

-Te ves linda con mi ropa.-

-ahora soy una niña, obviamente me veré bien con tu ropa.- se levantó de la cama y se puso en la puerta, lista para salir.

Un impermeable fue puesto sobre la chica, quien vio a Wally con uno propio. -Es porque te pareces a mi, estrellita. Siempre te has parecido a mi.- realmente se estaba sintiendo confundida por las palabras de él, recrear los momentos en los que se conocieron hasta el presente le hacía ver que siempre hizo referencias al pasado, pero no siempre las entendía.

Amarrando su cabello en 2 trenzas, tomó la mano del de peinado curioso y salieron de la casa.

Afuera se veían multiples nubes grises, pero ya había dejado de llover. Entusiasmados, se dirigieron a casa de cada uno de sus vecinos para invitarles a un "Picnic vecinal".

Por otro lado, un par de pelones estaban en la cima de unos árboles, viendo a la chica con su nuevo cambio.
Para uno de ellos era como volver en el tiempo y sentir mariposas en su inexistente estómago, mientras que para el otro era como ver un poco del pasado de esa chica de la que estaba enamorado, "es tan tierna..." pensaban al unísono.

-Normal que quisieras cuidarla, se ve tan frágil~- Peter no intentaba decirlo con perversión, pero para el esqueleto eso sonó muy enfermo. -Pero...¿porque luce así? ¿Qué fue lo que hizo esa marioneta?- fuera de todo lo malo con lo que se puede relacionar a nuestro poste con patas, estaba muy preocupado por lo que se le pudo haber hecho a su chica.

-Supongo que es por convivir con algo de este lugar, desde ayer empezó a mostrar cambios con solo convivir con ese tipo,- Sans tenía sus propias deducciones, supongo que trabajar con Alphys le llevó a tener pensamiento analítico de repente.- Supongo que te lo perdiste, ella con su pelo brillando ligeramente por las calles de la ciudad. Que pena.- oh no, tono sarcástico enfrente del novio.

Constantemente se repetía mentalmente que tenía aue controlarse para no delatar su posición, pero si le lanzó una mirada asesina al esqueleto.

-¿Qué?-

-Nada, nada. Esqueleto estúpido.-

-estúpida tu mamá.-

-Concuerdo.-

Pues igual...yo creo que estos 2 también empezarán su rivalidad-amistad solo por la chica.

╰☆☆ La niña de las estrellas ☆☆╮Where stories live. Discover now