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Mientras tanto en los recuerdos de Damián.

El se encontraba acostado en la cama de Lilian esperando a que ella regresara cuando de pronto escucho un sonido que provenía de la ventana que estaba en el balcón, así que en silencio se acercó a ella y pudo distinguir la sombra de una persona subiendo hacia la habitación, sin pensarlo mucho tomo la daga que Lilian guardaba debajo de su almohada.

Por otro lado, Evan se encontraba subiendo la pared hacia la habitación de Lilian, tenia planeado dejar el brazalete que recogió en un lugar cercano sin hacer ruido ya que no sabia que decirle a la princesa si se lo daba en persona, pero este acto le haría sentir como su vida pudo haber terminado. Cuando llego al balcón y abrió en silencio la ventana, se dirigió la poner el brazalete la pequeña mesa cercana a este, sin embargo, cuando estaba por irse sintió algo filoso muy cerca de su cuello.

-¿Quién eres y quien te envió?, será mejor que hables rápido si no quieres morir-amenazó la persona que sostenía la daga más cerca de su cuello.

-Solo vine a dejar el brazalete, no me envió nadie, soy Evan Caurely-contestó Evan un poco conmocionado, puesto que no había podido sentir el momento en que esta persona se posiciono detrás de él, dedujo que era un profesional en los asesinatos, aunque para su sorpresa la persona que lo había amenazado era "Lilian".

-A pesar de que estemos oficialmente comprometidos no puede venir a mi habitación a estas horas de la noche si lo hubiera asesinado habría tenido varios problemas-comentó "Lilian" retirando la daga del cuello de Evan.

-Entiendo y perdone mi imprudencia solo quería devolverle el brazalete que se le cayó-indicó Evan señalando el brazalete que estaba en la pequeña mesa.

Damián vio el brazalete y de inmediato lo tomo aturdido, preguntándose como era posible que Lilian lo hubiera dejado caer.

-Le agradezco sus intenciones es algo muy importante para mí, pero pudo haber esperado hasta el día de mañana-mencionó "Lilian".

-La verdad es que pregunte a algunas personas acerca de su horario para devolvérselo, pero me respondieron que estaría ocupada toda la mañana-respondió Evan evitando mirar a Lilian.

-Es verdad, pero será mejor que no haga lo mismo en un futuro-comentó "Lilian" dirigiéndose al joyero y guardando el brazalete.

-Al parecer le gustan los zafiros y las esmeraldas-comentó Evan tratando de disminuir su incomodidad.

-Se podría decir que si, ¿Por qué la pregunta?-preguntó "Lilian" con curiosidad.

-Solo lo dije por las joyas que la he visto usando-expreso Evan nervioso.

En ese momento Damián recordó que Lilian podría regresar en cualquier momento y seria peligroso que el estuviera aquí, así que busco una forma de hacer que se fuera sin levantar sospechas.

-Como ya sabrá tengo varios asuntos que arreglar el día de mañana, así que le quisiera pedir que se retirara, necesito descansar apropiadamente-declaró "Lilian" con firmeza.

-Es verdad ya es muy noche y estoy aquí evitando que descansé, lamento las molestias que he causado espero y tenga una linda noche-respondió Evan haciendo una leve reverencia, dirigiéndose al balcón salió de la habitación sin hacer ruido.

Damián se sentía aliviado, había logrado que se fuera antes de que regresara Lilian, solo faltaba decirle lo que había pasado por ser tan descuidada.

Mientras tanto Evan había descubierto algo más de ella, parecía ser una persona con grandes habilidades, sus manos no eran como la de otras jóvenes y eso le llamaba la atención hasta el día de hoy donde pudo ver la razón, finalmente estaba entendiendo las palabras que le había dicho Cayden acerca de ella.

Después de ver los recuerdos de Damián, Lilian se despertó dándose cuenta que ya era de día las cosas de su baño estaban preparadas, se levanto y se fue a bañar. Cuando salió de bañarse se puso su ropa para equitación y trenzo su cabello.

-Manejaste muy bien la situación, tratare de ser más cuidadosa la próxima vez- comentó Lilian un poco apenada.

-Eso espero, ya que me moría de nervios que nos fueran a descubrir-contestó Damián apareciendo en su forma pequeña.

-Tratare de que no haya mas noches así, pero ayer fue una excepción realmente necesitaba ir-mencionó Lilian a lo que Damián solo suspiro y desapareció.

Lilian bajo hacia la cocina para desayunar debido a que su padre, hermano y cuñada estaban discutiendo una detalles de la ceremonia, al ingresar a la cocina todos la saludaron muy alegremente y ahí se encontraba Annie preparando su desayuno, para Alessandro y Lilian, Annie era como su madre ya que después de la muerte de la reina ella se encargo de su educación y estuvo siempre para ellos cuando más lo necesitaban.

-¿Como están pequeña?¿dormiste bien?-preguntó Annie colocando el desayuno de Lilian en una mesa.

-Muy bien amanecí con un excelente humo ¿y tú nana?-contestó Lilian sentándose a desayunar.

-Para serte honesta aun sigo preocupada por ti como voy a dejarte ir a un lugar desconocido, ellos no conocen tus platillos favoritos, ni tus hábitos, tampoco conocen con que ropa te gusta vestirse o tu forma de ser, ¿no podría ir contigo?-insistió Annie otra vez.

-Nana ya habíamos hablado de esto, no quiero que abandones el reino, me gustaría que te quedaras al lado de Ale y Sil, quiero que los ayudes en especial cuando lleguen a tener hijos, ellos son muy descuidados con los niños, pero sé que con tu ayuda serna grandes padres, por favor te lo pido-expresó Lilian tomando las manos de Annie y conteniendo sus lágrimas.

-Entiendo, la pequeña princesa que crie ya es toda una mujer adulta que se preocupa por su familia, ya no insistiere más solo quiero que recuerdes que estaré ahí contigo cuando mas lo necesites ¿entendido?-preguntó Annie con una sonrisa amable.

-Si entiendo, entonces terminare mi desayuno-respondió Lilian.

-¿Quieres que preparen un caballo?-pregunto Annie a lo que Lilian solo asintió mientras terminaba su desayuno.

Al terminar su desayuno Lilian se despidió dirigiéndose al establo donde Lucas había preparado un caballo para que me fuera tenia planeado realizar la ceremonia de traslado de cargo, pero sería hasta medio día, esto debido a que Adele debía estar presente pero antes tenia que arreglar unos asuntos familiares. Por ello Lilian decidió visitar a unos conocidos, se dirigió hacia el lado oeste del reino atravesando un pequeño bosque se dirigió al cementerio del reino, después de una hora cabalgando llego a la entrada.

Dejó a su caballo en el establo y camino entre los arboles que había, hasta que llego frente a dos arboles uno grande y uno pequeño ambos tenían dos lapidas frente a ellos, estar en ese lugar le traía muchos recuerdos de las vidas que fue incapaz de proteger, aquellas que nunca la culparon por lo sucedido, eran recuerdos que aún estaban gravados en su memoria.

En ese momento Lilian dejo salir todos sus sentimientos, escurrieron de sus ojos gruesas lagrimas que habían estado contenidas por mucho tiempo, nunca dejo que otros la vieran sufrir, pero el estar en ese lugar la hacia sentir indefensa, la hacia querer liberarse de todo, dejo salir todas las lágrimas que había estado reteniendo durante esos tres años todo lo tenia atorado en el fondo de su corazón salió a flote, después de unos minutos finalmente se sintió en paz a pesar de lo rojos que estaba sus ojos se sentía tranquila, rápidamente realizo un hechizo para disminuir la hinchazón, puesto que todavía tenía cosas que hacer.

-Hermana Lili-gritó un niño de cerca de doce años cuando la vio, a lo que Lilian solo sonrió.

El pasado que nos conectaWhere stories live. Discover now