Secret Love ♡ || Minchan

♡ 14.

'Recientemente tengo alguien a quien le intereso, y justo ahora...'

El equipo de Chris decidió empezar el juego sin él; había pedido un pequeño descanso ya que se sentía un poco cansado y ya en su límite, claro era mentira, la verdadera razón de Chris era aprovechar esa oportunidad de 'cansancio' y poder pasar un rato más sentado a lado de Minho. Pero eso a nadie le interesaba saber.

Chris al beber hasta la última gota de agua en su botella, escuchó a su lado los gritos de ánimo de Minho y su amigo, al voltear para verlo pudo ver como se esforzaba para que lo escucharan sus compañeros de equipo, haciendo que sus mejillas se colorearan de rojo por el esfuerzo.

'Quiero hablar con él'

Se veía tan lindo a los ojos de Chris, dando apoyo a su equipo, aunque estaba un poquito celoso ya que esos gritos de ánimo no iban dirigidos a él.

Y de nueva manera al darse cuenta de sus pensamientos, sus mejillas se pusieron tibias. Bajó la vista a sus tenis y al suelo tímido.

'Claro...está muy cerca...'

'Quiero hablar con él'

'Yo...'

—Presidente

—¿Qué pasa?

Minho volteó su cabeza y dirigió toda su atención a Chris. El pelinegro por supuesto sintió de nuevo las mejillas calientes, tratando de respirar tranquilo y hacer que su voz saliera normal. Obviamente fallando.

—Eh...tú...

La cara de Minho se ladeó hacia a un lado, Chris pensó que parecía un cachorrito esperando a su dueño a que dijera algo.

—Ah

Pero cuando por fin, Chris estaba por decir algo vio un bicho volar cerca del cabello rojo de Minho, después para aterrizar allí mismo; parpadeó y se acercó para ver que bichito se había aparcado en el cabello sedoso de Minho. Era una mariquita.

—Eso es...

—¿¿Eh?? ¿Tengo algo en la cabeza?.—Minho miró hacia arriba para poder lograr ver que tenía en su cabello, moviendo sus brazos hacia a la mariquita para quitarla.

—¡Espera un minuto! ¡No lo toques!.—detuvo las manos de Minho agarrándolas para que no tocara, ya que se decía que era de mala suerte.

Pero Chris no se dio cuenta de que había quedado demasiado cerca del rostro de Minho.

'Oh dios, mi cara debe de parecer tomate'