♠️CAPÍTULO VII♠️

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—¿No te duele la cabeza? —me pregunta Amelia

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—¿No te duele la cabeza? —me pregunta Amelia.

Por obra de un milagro, me dieron de alta el domingo. No, no fue por obra de un milagro, si no porque no sentía el dolor que debería sentir, pero igual me dejaron libre.

¿Obligatoriamente tengo que sentir dolor si no me tomo los analgésicos?. Pues según Christopher sí, pero yo no lo sentía. Christopher se preocupó por eso, pero luego me dió de alta, normal.

Hoy es martes, es de noche y ha sido el día en el que mas me han preguntado "¿Cómo te sientes?" "¿No te duele la cabeza?" "¿No te sientes nada raro?"

Es irritante.

Demasiado irritante.

—No —digo con fastidio.

—Ady si sientes dolor y solo te estás hacie...

—No, no me estoy haciendo la fuerte, simplemente no me duele ¿De acuerdo?

—Pero no has sentido dolor Ady, solo el día de la operación. Es extraño que de ahí para acá, no —dice Adeline fingiendo intranquilidad, pero no parece preocupada —. Tengo que hablar con Christopher.

¡Dios! ¿Qué tiene de malo no sentir dolor? Para mí es una bendición, así no sufro como los demás.

Es una super bendición.

—No lo hagas —habla Amelia, para mí sorpresa.

—¿Eh? —digo al mismo tiempo con mis padres.

Amelia nos mira.

—Christopher le dió de alta porque la vió bien en verdad, y ustedes la ven —me señala —, está bien.

—Este es el único problema —me señalo las partes calvas de la cabeza, donde están las cicatrices.

—Eso crece —dice mi padre sin importancia, como la misma última vez.

Eso crece.

¿Cuánto tiempo durará para llegar al raz del resto?

¡Ah! ¡Ya sé!. Nunca, porque a medida que el crece el resto también lo hace.

Va a tener que ser igual que la última vez, cuando tenga un largo aceptable, me lo alinean todo.

—Claro, como tú tienes el cabello corto, para ti es fácil decirlo —me levanto para irme a mi habitación, pero me mareo y caigo de nuevo en el sofá.

Arrecha y tal.

—Sigue pues —me dice Amelia, casi riendo.

—Amelia —le reprende Adeleine.

—Sigue pues —me burló de Meli, y ella hace una mueca —. Quiero ir a mi habitación.

—Yo te llevo —se ofrece ella.

Mi Oscura VerdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora