𝗱𝗼𝗱𝗶𝗰𝗶.

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Winter era una persona seria en el trabajo, siempre era admirada por el esfuerzo sincero que ponía en cada de sus proyectos o el trato amable con cada uno de sus empleados, era responsable, por eso la mayoría de la empresa quedaron algo confundidos al ver como la mujer agarraba su bolsa y salía del lugar en horario de trabajo.

— Winter, de verdad, muchas gracias por recibirme, prometo que solo serán unos días los que me quedaré en tu casa, mientras pongo al corriente a mis padres sobre lo sucedido.

— Sabes que puedes quedarte el tiempo que quieras, eres una gran amiga, así que no es problema para ninguno de los tres, ya verás. —le sonrió, siguiendo con su atención a la carretera de enfrente.

— Por eso te amo, sé que siempre puedo contar contigo.

— Supongo que todo esto paso porque te escucho en la llamada conmigo, ¿no? Ya sabes, que por definitiva quisiera separarse. —Karina la volteó a ver ofendida, negando.

— No, aquí el malo es él, me engañó, ¿puedes creerlo? Si nos vamos a divorciar es por esa persona que se interpuso en nuestro matrimonio, y Jake de estúpido como siempre se dejó seducir, lo que más me repugna es que haya sido un hombre.

— ¿Si hubiera sido con una mujer sería menos doloroso?

— Con una perra también me habría enojado tanto, pero con un hombre me da asco. —la contraria sólo negó, su amiga siempre había tenido aquel fuerte carácter.

Winter finalmente entró a su residencia, dando con su casa a unas dos cuadras de la entrada, ambas quedaron confundidas y se voltearon a ver cuando vieron un segundo coche aparcado justo al lado del de Sunghoon.

— ¿Qué mierda? Ese es el coche de Jake. —Karina habló con rabia. —¿Acaso me está siguiendo?

La señora Park se quedó en blanco, analizando la situación que tenía enfrente, esperaba con toda su alma que Jake se encontrara ahí por asuntos de Karina.

Ambas se bajaron y prácticamente corrieron hasta el carro, pero no había nadie dentro.

— De seguro Sunghoon lo recibió, ¿él ya está aquí?

— Sí, mi hijo debería haber llegado hace unas dos horas.

Cuando ambas entraron miraron a todos lados, pero no había rastros de ellos, hasta le preguntaron a unos cuantos sirvientes, pero estos aunque habían sido testigos de lo que vieron no abrieron la boca.

— ¡Sunghoon! ¡Hijo! ¡Ya llegué! ¡Baja, por favor!

Sunghoon bajó las escaleras apresuradamente, hacer esperar a su madre nunca era buena idea, cuando la visualizo le sonrió para ir a recibirla, pero cuando llegó a la sala inmediatamente su sonrisa se desvaneció al ver a cierta pelinegra a pocos me...

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Sunghoon bajó las escaleras apresuradamente, hacer esperar a su madre nunca era buena idea, cuando la visualizo le sonrió para ir a recibirla, pero cuando llegó a la sala inmediatamente su sonrisa se desvaneció al ver a cierta pelinegra a pocos metros de él.

— ¿Qué hace ella aquí?

— También es un gusto verte, Park pequeño. —él nombrando rodó los ojos, y abrochó los últimos dos botones de su camisa. — ¿Dónde está mi Jake?

せ ₍M₎om's friend.Where stories live. Discover now