𝘀𝗲𝗱𝗶𝗰𝗶

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La noche había caído y ellos se sentían tan cómodos bajo el mismo techo, Sunghoon se sentía tan feliz que no dudó de que había sido la mejor decisión de su vida.

Ambos en algunos meses vivirían juntos, y si la sensación en el pecho consistía en eso, estaban impacientes por sentirlo a diario.

— ¿Qué hora es, Hoonie? —preguntó el rubio, quien estaba secando y acomodando su cabello en el peinador.

Ambos habían tomado una relajante ducha en la gran tina que había en la habitación.

— Faltan cinco minutos para las once, bebé. —contestó, Sunghoon se encontraba acostado, observando cada movimiento de su amado.

— Ya es tarde, debemos irnos, tus padres se van a enojar conmigo.

— Para nada.

— Acabe, ahora ven y cárgame, que me duele demasiado el trasero. —le extendió los brazos, Park río con ternura y terminó atacando la orden del mayor.

Sunghoon con mucho cuidado se dirigió a la primera planta con un Jake cargado estilo princesa.

— Fue una increíble tarde, ¿no crees, cosita? —el mayor de sonrojó un poco, asintiendo a sus palabras.

— Eres un brusco.

— Pero te encanta. —le guiñó el ojo. Jake rio, no pudiendo negar aquello.

Lo subió con cuidado al asiento del copiloto, siempre que se veían Jake hacía pequeños berrinches para no ser él quien manejara, y Sunghoon no se negaba al conducir para el rubio.

— Tal vez en unos dos meses la casa quede lista para poder irnos, Hoonie. —mencionó el rubio, quien iba mirando la tranquila noche desde la ventana.

— No puedo esperar a dormir contigo todas las noches. —sonrió de lado, sin dejar de mirar al frente. Jake se sonrojó, volteando hacia el lado contrario.

— Dios, una de esas noches voy a quedar en coma.

La risa de Sunghoon fue lo único que sé escucho, y Jake realmente amo aquel sonido, tan puro y lleno de sinceridad. El rubio lo volteó a ver embobado.

— No lo decía en ese sentido, pero si quieres que te haga mío todas las noches no tengo problema, cosita. —volteó a verlo solo para guiñarle.

— Ah, basta. —gruñó, tapándose de nuevo el rostro por la vergüenza. — Mejor dame tu celular para poner una de tus playlist.

Sunghoon asintió aún con una sonrisa, sacó su celular del bolsillo del pantalón y se lo entregó ya desbloqueado. Jake también sonrió como el niño consentido que era y empezó a buscar una canción para el momento.

Jake encontró una canción con la cual se había sentido identificado desde que las cosas mejoraron con Sunghoon.

Dandelions — Ruth B.

— Hace tiempo que no escuchaba esa canción. —habló Sunghoon, tenía un montón de listas de reproducción musical que a veces se olvidaba de algunas canciones.

— ¿Sí? Está canción es una de mis favoritas en este momento. —sonrió, escuchando las primeras letras de la melodía. — Me recuerda a ti.

Sunghoon lo miró sorprendido, sonriendo en grande segundos después, aquello había sido tan tierno.

And I've heard of a love that comes once in a lifetime. —cantó en alto, volteando a ver al peliplata que seguía sonriendo. — And I'm pretty sure that you are that love of mine.

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