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ALEXANDER ENTRÓ A SU CASA TRATANDO DE NO HACER RUIDO, había llegado diez minutos tarde después del toque de queda

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ALEXANDER ENTRÓ A SU CASA TRATANDO DE NO HACER RUIDO, había llegado diez minutos tarde después del toque de queda. Sabía que su papá estaba enojado.

—¿Dónde estabas, gusano?— le preguntó de mala forma su padre

—Estaba ayudando a la señora Tozier, necesitaba que subiera unas cajas.— mintió

—¡Si me llegó a enterar que mientes!— le gritó Oscar— Dame una cerveza, ahora.— le ordeno y el chico hizo la acción, se la entregó y sin darse cuenta su papá apagó su cigarrillo en el brazo del menor. Este hizo una mueca de dolor, no iba a gritar o llorar.

Alexander subió a su cuarto, estaba pensando tranquilamente cuando escuchó un grito.

—¡Maldito mentiroso!— gritó Oscar desde abajo— ¡Ven aquí, Alexander!— le ordenó y él nombrado bajo sin renegar— Llame a la señora Tozier y me dijo que no estuviste ahí, maldito mentiroso. ¡¿Qué tienes para decirme?!

Sin darse cuenta Alex ya estaba en el piso, recibiendo la peor golpiza que su padre le había dado. Fue mucho peor que las que su padre le daba a Henry, era mucho peor que todo lo que había vivido.



























ALEXANDER SE LEVANTÓ, anoche había vendado su mano, puesto pomada en sus cicatrices y hielo en su ojo. Su ojo terminó morado.

—¡Lex a desayunar!— gritó Henry desde abajo

Alexander bajo rápidamente y se sentó en una silla, todas las miradas fueron hacia el al ver su estado.

—¡Santa mierda! ¿Qué carajos te pasó?— el primero en preguntarle fue Víctor

—Llegue diez minutos tarde ayer.— dijo cabeza abajo

—Nunca llegaré tarde a mi casa, jamás.— dijo Belch asustado, el chico frente a él se veía demasiado mal

—Debes ir a un médico.— dijo Patrick mirándolo con notable preocupación

—No, no puedo.— dijo moviendo la mano con dificultad

—Debiste decirme ayer que te curará.— dijo Henry regañándolo

—Lo siento, es que me cure y me dormí.— dijo Alex cabeza abajo

—Debemos revisar tus heridas y cicatrices.— dijo Hockstetter parándose y yendo por el pequeño botiquín que tenía Alexander bajo su cama— Pon los brazos.— ordenó una vez sentado enfrente de él

Patrick puso pomada de nuevo en cada cicatriz, puso pomada en su ojo, lo reviso bien hasta que lo curo muy bien.

—Ya, ya estás mejor.— dijo el más alto para guardar el botiquín, en este punto ambos estaban sentados en la cama del menor de los Bowers

𝐒𝐔𝐌𝐌𝐄𝐑𝐓𝐈𝐌𝐄 𝐒𝐀𝐃𝐍𝐄𝐒𝐒, richie tozierWhere stories live. Discover now