Imagina | Matthew Sturniolo

En busca de atención

Luana:

Hoy tenía una video llamada con mi grupo para terminar un trabajo de la universidad. Estaba tan concentrada en lo que estábamos haciendo que derrepente me senté encima de Matt.

—¿Cómo carajos terminaste abajo de mí? —pregunté en un susurro porque tenía el micrófono prendido—

—No sé, pero quería ver qué estaban haciendo de interesante. —respondió de la misma manera mientras acomodaba sus manos en tus caderas y su mentón en tu hombro—

Matt:

Tenía una idea algo malévola, pero comencé despacio. Mientras ella estaba resolviendo unas cosas yo comencé acariciando sus muslos y besando su cuello, luego con una mano levemente levanté su top para acariciar su espalda, mientras que la otra seguía en muslo. En ningún momento se quejó, entonces seguí acariciando su espalda hasta que intencionalmente desabroché su sostén para ver lo que hacía y en eso intentó abrocharselo pero no la dejé.

—Bebé no estoy para juegos ahora. —susurrando—

—Déjame consentirte un rato, te prometo que no haré nada más que acariciarte.

—Eso espero..

Me reía inconscientemente porque después de eso comencé a acariciar su torso y cuando tuve la oportunidad subí hasta sus pechos.
En eso ella apagó la cámara y se silenció, para después mirarme fijamente.

—Matt ¿Qué te dije?

—Has estado tan distante de mí que me he sentido tan excluido.

—Bebé, sabés que estoy estudiando, no era mi intención excluirte. Enserio.

—¿Entonces?

—A mí me gusta tener nuestro tiempo para hacer nuestras cosas, pero no me falta mucho para terminar.

—Tu novio y su amigo te necesitan.

—Te prometo que apenas me desocupe tendremos nuestro tiempo solos ¿Si bebé?

—Está bien, pero me quedaré acá hasta que termines.

—Bueno

—No prendas la cámara y dejá que quede en silencio el micrófono para que no te escuchen.

—Solo te pido que no hagas nada raro.

Estuve un rato esperando a que terminara y cuando lo hizo se dió vuelta dejándome ver su hermoso rostro. Rodeó sus manos en mi cuello y me besó.

—Que calentura la tuya.

—Todo mi ser te necesita urgente.

—Y ¿qué quiere tu ser?

—Que me toques.

Ella no lo pensó dos veces y solo me besó para después seguir...