Capítulo 2

1.4K 62 15
                                    

Los oídos me zumban y el corazón bombea mi sangre a una velocidad máxima. Es de esos momentos en los que puedes sentir como la sangre corre por tus venas, el órgano más importante del cuerpo se contrae y se generan pulsaciones en partes específicas.
Ella está aquí. La mujer que dejé atrás hace años está detrás, a solo un par de metros de distancia.       

¿Qué se hace en los momentos como este?

¿Saludo?

¿Desaparezco?

¿Cómo lucirá?

¿Habrá reescrito su vida?

Son muchas preguntas que pasan por mis pensamientos en cuestión de segundos.

—¡Mierda! ¡Ah! — Chilla Rebecca. Su grito me saca de mi burbuja.

—¿Qué demonios te pasa? — muerdo mi lengua para no reír.

Arrnie me observa curioso así que lo fulmino. Lo último que necesito es que él diga una estupidez.

—El estómago, creo que voy a vomitar.— Lloriquea con la voz más fingida que jamás he escuchado. — llevame a casa, por favor.

Podría jurar que tiene los brazos a los costados de su cadera y lleva el ceño fruncido. Es algo que Olivia siempre hacía sin percatarse, mas bien era inergico.

—Te detesto. — aún con la música la escucho resoplar.

—Me amas. — Responde confiada.

Durante años creí que Rina había adaptado la actitud de Rebecca, puesto a que era muy pequeña cuando Arrnie nos presentó a su novia. Fue un momento que la marcó, ya que después de pasar un mes a nuestro lado; Rina adaptó la personalidad de Diva y la forma de vestirse de Rebecca. Mi hermana solía ser como la copia pequeña de su inspiración. Fue por ello que las alejé, sin embargo, ya había sido muy tarde. Rina, nunca la imitó, ella nació para ser así. 

—Ya cállate... — El bartender está por hablarme, así que lo fulmino. — vamonos.

Dejo de escucharlas, cuento hasta cinco y me doy la vuelta. Es entonces que por fin la veo.

Olivia Blanchart.

Los años la han puesto donde debe estar. Ella luce un vestido rojo obscuro ceñido a su cuerpo y su cabello se ve de un tono tan claro como el rubio. Si no fuera porque puedo ver su perfil dudaría que es la mujer con la que un día compartí vida.

Los hombres la observan al pasar y no los culpo, pues si antes era sensual, ahora su seguridad hace que reluzca entre la multitud.

Sus caderas se mueven aun estando envueltas en el ajustado vestido y mi vista no se aparta de ese punto hasta que la puerta se abre y ambas desaparecen. Instantáneamente un suspiro se me escapa.

—El domingo su casa desfila. — dirijo mi vista a Arrnie. — Es después de las seis y será en el hotel donde fue la boda de Cassandra Terrey y Daniel Scott.

Trato de recordar la boda y lo hago. Fue hace un par de años, tres exactamente. Yo fui invitado y pude llegar a tiempo solo para la celebración, sin embargo, Arrnie fue quien disfrutó más, pues fue el día en que se reconcilió amorosamente con Rebecca. El hotel no es muy espacioso, no obstante es un establecimiento de lujo y perfecto para festividades y desfiles de moda.

—No iré al desfile, si es lo que insinúas. — Respondo sin desviarme al tema.

—Deberías. — se acaricia el ojo morado. — Ambos sabemos que tienen una platica pendiente desde hace cinco años.

Y vaya que la tenemos, sin embargo, creo que ya es muy tarde para eso. Olivia inclusive ya debe haber formado una familia y Tal vez yo debería hacer lo mismo.

sin restricciones (#2 bilogia Greenwood) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora