Cuarentena MSBY VS ADLERS

3. Reencuentro de sentimientos

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Azotea del hotel

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—¿Y bien?

El pequeño tragó saliva y comenzó a jugar con sus manos. —Pues... la verdad es que...

—Ve al grano, por favor...— Kageyama evitó la mirada levemente, parecía dolido aunque su voz no lo determinaba.

—Claro...— Hinata suspiró. —Lamento que te enteraras que regresé de esa forma.

Kageyama arqueó una ceja y cruzó sus brazos. —¿Por qué no me lo dijiste? ¿No se supone que somos amigos?

"Amigos..."

Hinata sintió una punzada en el pecho, sentía sus manos sudar y las limpió sobre sus muslos.

—Quería sorprenderte, quería que... todo sea como antes. Ya sabes... enfrentarnos en la cancha, como prometimos alguna vez. —Contestó tranquilamente el peli naranja, Tobio prestó atención a sus palabras, suavizando su rostro.

—Ya veo, pero pudiste escribir.

Hinata entonces levantó la mirada y frunció el ceño levemente. —Pero estabas ocupado, ¿no?— dijo con segundas intenciones.

—¿Qué quieres decir?

Hinata negaba levemente con la cabeza, no quería discutir, no ahora. Pero aquellos días en Brasil extrañándole le causaron mucha ansiedad y preguntas. Si no obtenía respuestas ahora, ¿entonces cuando?

—Nunca me respondiste. Te escribí mientras estaba en Rio pero nunca atendiste llamadas ni contestaste mis mensajes. Yo solo... dejé de insistir.

Kageyama abrió los ojos ante la acusación, la cual no intentó negar. Con pena y algo de vergüenza, contestó. —Yo... estar en la V-League es demandante. Lo debes saber ahora, no fue personal.

Kageyama mentía. Ocupado estaba, pero mentiría si dijera que el corazón no se le arrugaba cada vez que veía los mensajes de Hinata.

Hace dos años, él se hizo una promesa a sí mismo. Tobio debía olvidarse de sus sentimientos por Hinata, estaban lejos y toda oportunidad de estar juntos se perdió en el viento. Fue duro para el pero la mejor forma de desenamorarse era alejarse del sol radiante.

Luego, escuchó rumores de un romance entre Hinata y Oikawa-san, por lo que corto cualquier tipo de comunicación y, próximamente, buscó romance en otra persona. Obviamente, fallando.

—Claro, lo entiendo. — el pequeño no estaba satisfecho para nada con esa respuesta.

Ambos evitaron la mirada levemente, tantas cosas que decirse y sus mismos orgullos no les dejaban hablar de lo que realmente necesitaban.

La verdad es que los dos tuvieron dudas desde aquel beso que compartieron una noche en el gimnasio del Karasuno en su último año.

El único y último beso antes que Kageyama fuera aceptado en los Adlers y Hinata fuera a Brasil.