May abrazó suavemente el cuello de Ash, sintiendo cómo sus cabezas se acercaban aún más. Sus cabellos se entrelazaron mientras un suspiro escapaba de sus labios, y el palpitar de sus corazones resonaba en el aire.
"M-May"...balbuceó Ash, pero sus palabras fueron silenciadas por un dulce beso que May depositó con ternura en sus labios. Los segundos se fundieron en un cálido abrazo, donde el tiempo pareció detenerse y solo existían ellos dos.
"Tranquilo," Ash, susurró May con cariño, mientras acercaba su rostro al suyo. La suavidad de su voz calmó los nervios de Ash, quien se dejó llevar por la cercanía reconfortante de May.
Los dedos de Ash temblaban ligeramente mientras acariciaban con delicadeza el rostro de May. Su conexión se intensificó mientras sus miradas se encontraban, revelando todo lo que sentían el uno por el otro.
Con un susurro apenas audible, Ash murmuró: "Yo... no sé qué decir." Las palabras quedaron suspendidas en el aire, pero no hacía falta hablar. Sus acciones hablaban por ellos, expresando el amor y la pasión que habían estado creciendo en su interior.
Los dos jóvenes se perdieron en un momento de intimidad, dejando atrás cualquier incertidumbre y preocupación. Sus corazones latían al unísono, sellando un vínculo que trascendía las palabras y se manifestaba en cada caricia y cada mirada compartida.
El beso apasionado continuó mientras May se deslizaba con suavidad hacia el borde del lavamanos, sintiéndose tentadoramente atraída por la cercanía de Ash. Con cuidado, ella se sentó en uno de los baños, atrayendo a Ash hacia ella mientras sus labios seguían explorando cada rincón con pasión.
El pulso de Ash se aceleró al sentir la proximidad íntima de May. Sus dedos temblaron ligeramente mientras recorrían la tela de su camisa, y con manos ansiosas comenzó a desabotonarla lentamente. Cada botón liberado parecía aumentar la tensión en el aire, mientras su respiración se volvía más profunda y errática.
El suave suspiro de May se mezcló con el aire cuando sus labios se separaron por un instante, permitiéndole admirar el corpiño negro que quedó al descubierto. La piel de Ash se ruborizó intensamente, su rostro adquiriendo un tono carmesí que contrastaba con su cabello oscuro.
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May sonrió con dulzura, su mano acariciando la mejilla sonrojada de Ash antes de deslizarse con ternura hasta su cuello. Los latidos del corazón de ambos parecían sincronizarse mientras el deseo y la complicidad llenaban la habitación.
Sin palabras, sus labios volvieron a encontrarse, fusionándose en un beso que transmitía la pasión y la admiración que habían estado ocultas durante tanto tiempo. Cada contacto, cada roce de sus cuerpos, hablaba de la conexión profunda que compartían.
La timidez de Ash comenzó a disiparse ante la confianza y el amor que sentía por May. Sus manos, ahora más seguras, se posaron en la cintura de May, acariciando la suave piel expuesta mientras se dejaban llevar por la pasión del momento.
