♠️No estas sola ♦️

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No había forma de alejarse de él. La comprensión golpeó a Katia a casi cinco millas bajando por una carretera de montaña sinuosa.
No era solo que su cuerpo se había convertido en traidor en algún lugar del camino, ya que sus piernas se negaban a correr, que brazos se negaban a luchar.

También estaba la cuestión de su tamaño.
Kai era enorme. Solo la amplitud de sus hombros ocupaba tanto espacio que Katia tuvo que hacerse lo más pequeña posible para evitar rozarse contra él.
Y estaba segura de que no quería volver a hacer eso. No después de lo que acababa de suceder.
No eran solo sus hombros. Todo sobre él era enorme. Sus grandes manos prácticamente se tragaban el volante. El ancho de sus muslos empujaba en su lado de la cabina.
Katia tuvo que torcerse como un pretzel incómodo, con un brazo apoyado contra el parabrisas y el otro en la parte trasera de la cabina solo para mantenerse firme. Estaba incómoda como el infierno, pero funcionaba.

Al menos lo hacía... hasta que Kai giró bruscamente fuera del camino y se dirigió hacia un camino de tierra. Las ruedas golpearon con fuerza contra la superficie irregular, y Katia salió volando. No pudo sujetarse contra la fuerza y salió lanzada hacia adelante... justo al lado de Kai.
Todo el calor fluyó de vuelta en un instante una mezcla de pertenencia y necesidad.

Katia se apartó y se alejó antes de que la sensación pudiera tragársela por completo.

⸻Lo siento —murmuró, volviendo a su esquina.

Observó el cuerpo tenso de Kai, sus dedos hincándose más profundamente en el volante forrado en cuero. Un ruido sordo sonó en su garganta. No tenía ni idea de si era un gruñido de molestia o deseo.
Todo lo que sabía era que no podría soportar la tensión mucho más.

⸻¿Cuánto más lejos? —preguntó.

Él no la miró. Sus ojos se quedaron fijos en el camino fuera del parabrisas, sus labios presionados juntos.

⸻¿Cinco minutos? ¿Una hora? —intentó.

Su mandíbula se tensó.

⸻Unas pocas millas más.

Katia tragó saliva con fuerza. No se atrevió a presionarlo para obtener más información.
Giró la cabeza y miró por el parabrisas.

La vista no hizo nada para calmar sus nervios. Katia nunca había estado en un lugar tan remoto. A su alrededor había un denso bosque salvaje, oscuro y profundo.
Intelectualmente, sabía que los Bosques de las Montañas cubrían cientos de millas cuadradas, pero de alguna manera estar en medio era diferente.
Se sentía interminable. Abrumador. Sus dedos comenzaron a dar golpecitos nerviosos contra el panel de cristal.

—¿Impaciente? —preguntó Kai, mirando su mano por el rabillo del ojo.

—Aterrorizada —dijo con sinceridad. Después de todo, no tenía sentido mentir. Kai ya había dejado claro que podía oler sus verdaderas emociones.

Sus cejas se arquearon.

—¿Tienes miedo del bosque?

Tenía miedo de todo ahora. Había estado en un constante estado de miedo desde las doce del mediodía de esta tarde, y cada hora que pasaba traía nuevos horrores. Pero en este momento, era más fácil concentrarse en el bosque.

—Por supuesto —dijo—. Es muy oscuro. No puedes ver más allá de los árboles. Cualquier cosa podría estar ahí afuera. Solo esperando.

Un destello de una sonrisa apareció en la cara de Kai.

—No hay nada ahí afuera.

—Pero no puedes saber...

—Lo sé. —Su voz era la confianza misma.

°Kai° "Finalizada"Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin