⛩Una Familia☯️

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Katia trató de no moverse demasiado en su asiento cuando Kai dio la vuelta a la carretera pavimentada y se dirigió hacia las pistas de tierra poco profundas que conducían a través de los árboles. Si ella viviera aquí en los Bosques de las Montañas durante otros cincuenta años, todavía no entendería cómo los Alfas parecían saber instintivamente cómo navegar a través de este denso páramo.

Para ella, todos los árboles y colinas parecían iguales, solo un mar de verde interminable, pero no para Kai. A pesar de que ninguno de estos caminos de graba estaban marcados, sabía qué camino conducía a qué territorio Alfa. Sabía dónde se dibujaban los bordes no dibujados.

Recordaba cada arbusto, cada roca, cada cresta.
La camioneta se sacudió cuando las ruedas golpearon un agujero, y Katia se agarró a la barra sobre su cabeza. Al instante, la mano de Kai ahuecó su rodilla, tranquilizándola.

⸻Estás nerviosa —dijo.

⸻¿Puedes culparme? —preguntó ella—. No conozco a estas personas. Y nunca he conocido a otra Omega en mi vida. Me preocupa que esto no salga bien.

⸻Saldrá bien —le aseguró.

Era fácil para él decirlo. Estaba acostumbrado a este mundo, pero para ella todo esto era completamente nuevo. La idea de tener una verdadera amiga en los Bosques de las Montañas emocionaba a Katia, pero ¿qué pasaría si no se llevaban bien? ¿Qué pasaría si la otra Omega no tenía sentido del humor, o pensaba que Katia era demasiado ruidosa y descarada, o...?

⸻Te preocupas demasiado. —Kai levantó su brazo y se lo echó alrededor del hombro, atrayéndola hacia su costado.

Una sensación de profunda satisfacción la invadió cuando dejó escapar un suspiro. Pasó el resto del viaje simplemente disfrutando de la sensación de su cuerpo duro apoyando el de ella.

⸻¿Alguna vez has estado aquí antes?

⸻¿En la casa de Randall? —Sacudió la cabeza—. Nunca.

⸻¿Por qué no?

⸻Nunca antes he sido invitado.

Katia echó la cabeza hacia atrás y le lanzó una mirada inquisitiva.

⸻¿Supongo que nunca aparecéis en la puerta del otro sin previo aviso?

⸻No si quieres mantener la cabeza unida a tu cuerpo —dijo—.
Mierda, no hubiéramos podido doblar por el camino que conducía a casa de Randall si no nos hubiera invitado expresamente a su propiedad.

—Y me preguntas por qué estoy nerviosa —murmuró, principalmente para sí misma.

Él respondió a su preocupación apretando su abrazo a su alrededor, y otra de esas inexplicables olas de calma la inundó.

Habían pasado un par de días desde que intercambiaron mordiscos en las aguas termales detrás de la cabaña, y ella todavía se estaba acostumbrando a la repentina profundidad de la conexión entre ellos.

Esperaba que esta visita con otra Omega la ayudara a aclarar algunas cosas en su mente.

Se enderezó cuando él detuvo la camioneta al lado de un claro cubierto de hierba. A unas pocas docenas de pies de la carretera había una casa de madera bien mantenida que no podría haber sido más diferente que la de Kai.

Donde su cabaña era sólida y rústica, esta casa de dos pisos era casi elegante en comparación. La madera estaba cepillada y lijada. Un sinuoso camino de rocas conducía a la puerta y a un jardín de flores silvestres que corría a lo largo del borde del patio. Parecía francamente civilizado.

Katia parpadeó asombrada mientras lo asimilaba.

⸻Guau —dijo, saliendo de la camioneta—. Esto no era lo que esperaba.

°Kai° "Finalizada"Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu