Capítulo 9.

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Febrero.

Sofía saboreó la cucharada de lentejas con sorpresa, era increíble que su padre hubiera mejorado tanto en la cocina en tan pocos meses. El plato humeante de lentejas tenía chorizo picante, patatas y zanahoria, y aunque no le llegaba ni a los talones a los platillos que cocinaba su abuela, tenía que admitir que no estaba nada mal.

-¿De verdad tengo que ir a ése congreso contigo?- Preguntó. Cristiano tenía un congreso sobre investigación en arte y patrimonio cultural muy importante en la universidad de Valencia durante tres días y quería que ella lo acompañara, eso significaba que faltaría al instituto, cosa que no le molestaría de no ser porque tenía un examen de historia con la agradable profesora Caterine Guiberteau.

-¿Hay algún problema, acaso no quieren acompañarme?- El tono de preocupación en la voz de su padre era tan desesperante que se apresuró a calmarlo:

-No, no papá. Nada de eso, es que tendría que faltar al instituto y...- Si había algo que realmente no quería era verse obligada a pedirle a esa mujer que le hiciera el examen otro día. Se dijo a sí misma con una mirada incómoda.

-Si lo que te preocupa es el examen que me comentaste, no te preocupes. Yo mismo voy mañana a hablar con tu profesora, estoy seguro que comprenderá la situación- sonrió: -aquí las personas no suelen poner trabas, siempre quieren ayudar a solucionar las cosas- trató de tranquilizarla.

Siguió comiendo, aparentando estar lo más tranquila posible, aunque con cada cucharada de la sopa se repetía una vez más que ojalá Cate estuviera de buen humor en el momento en que hablara con su padre.

Como si febrero no fuese lo suficientemente frío, ésa mañana de martes era aún más fría que de costumbre, la niebla cubría todo a su paso, dejando pequeñas gotas de agua helada que se condensaban en su cabello y ropa. Por un momento agradeció haberse sujetado el pelo con una pinza, aunque la mezcla de nervios y frío no ayudaban a que se sintiera tranquila.

¿Cómo era posible que una profesora lograra infundir tanto miedo en sus alumnos? Lo pensó por un momento, era eso o que simplemente era ella a la que le atemorizaba su actitud grosera y su mirada de desprecio. A veces no sabía quién era peor, si ella o Félix.

Subió los tres pisos tramos de escaleras hasta llegar a su clase, se sentó y respiró profundamente. Lo bueno de los martes era que tenía arte a primera hora, lo malo era que Asunción venía sin su practicante de mirada curiosa.

|...|

Como profesor catedrático de universidad, Cristiano Gomes nunca se había sentido irrespetado por nadie, ni en su trabajo ni en la calle. Tenía que ir a hablar con una profesora de su hija a un instituto de mala fama como el Laforet para que lo trataran de una forma tan grosera.

La mujer, a quien se había encontrado en la jefatura de estudios tomándose un café mientras hablaba con otro profesor, se había negado a recibirlo, alegando que "era su hora de descanso y no de tutorías, que si necesitaba hablar algo sobre el progreso académico de su hija pidiera previa cita y por favor no interrumpiera su horario de trabajo".

Aquello le había chocado tanto que tuvo que retroceder y apoyarse en la pared por un momento. ¿Acaso esa mujer trataba así a sus alumnos? Tenía años dando clase y jamás se había dirigido a sus estudiantes ni a ninguna persona del ámbito de esa manera tan desagradable. ¿Trataría así a Sofía? Se le pusieron los pelos de punta al pensarlo y al mismo tiempo entendió, por eso su hija tenía tantos nervios al hablar de ella.

-¿Cristiano?

Esa voz le resultó familiar, aún confundido por el momento, volteó a ver quién le hablaba, encontrándose con Sergio Carrasco, uno de sus alumnos de la facultad. Se pasó la mano por el rostro y le dirigió una sonrisa a pesar de todo:

Sofía (Temática Lésbica)Where stories live. Discover now