Conversación

934 48 84
                                    

holaa, bueno, en mis planes estaba subir esto hasta el siguiente libro (sorpresa!!!) pero siento importante y necesario que sea ahora que sepan la versión que le dio Cody a su hijo, la cuál es la que sabe Alice, y pues quién mejor para contarlo que él mismo!!!

──────── ❁ ─────────

Lucas

Cuatro años atrás

Acababa de esconderme debajo de las sábanas con los ojos cerrados y soltando un suspiro de alivio cuando mi padre llamó a mi puerta pidiéndome ir a su oficia para tener una conversación. Maldije por lo bajo mientras me levantaba, no había hecho nada para molestarlo, así que estaba curioso sobre que tenía para decir.

Observé la puerta frente a la mía decorada con una estrella rosada en el centro. Me preguntaba si Alice ya estaba dormida. Mamá me había dicho que irían por ella al centro deportivo cuando volvieran de los misteriosos viajes a otra ciudad que hacían una vez a la semana.

Entré a la oficina de papá conteniendo un bostezo, para él eso era una falta de respeto. Había tenido problemas con él por eso antes, por un jodido bostezo.

Tenía sueño, demasiado, me sentía cansado por la rutina de ejercicio que tuve por la tarde antes de que mis amigos vinieran a casa. Me estaba esforzando para ser el mejor en natación cuando entrase al equipo que tenía la Universidad Egluemore y luego probaría suerte para escalar lo suficiente y estar en unas olimpiadas.

Era mi sueño.

Mi mayor meta.

Podía imaginarlo bien.

Los reflectores sobre mi rostro, el podio debajo de mis pies, la medalla brillante alrededor de mi cuello, los aplausos y ver en el rostro de mi madre la misma sonrisa de orgullo que tenía cuando veía a Alice ganar algún partido, anhelaba eso con tanta fuerza.

Papá se acercó a su asiento dándole un sorbo a su vaso con licor. Hizo el respaldo hacia atrás provocando un chirrido y se sentó con cada movimiento calculado. Parecía que estaba a punto de soltar fuego por la boca. Me obligué a matar una risita al imaginármelo como un dragón.

—¿Sabías que tu hermana está viéndose con uno de tus amigos? —lanzó la pregunta como si fuese cualquier cosa. Una presión abordó mi pecho. No usaba el termino tu hermana al menos que fuese algo grave.

—¿Qué? ¿Con quién?

—Blasen—dijo cada letra como si le costase trabajo pronunciarlo—. Jefferson Blasen.

Lo primero que sentí fue emoción, porque de tantas personas en el mundo la única que sabía que sería incapaz de lastimar el corazón de una mujer era Jefferson. La idea de que termináramos siendo familia casi me sacó una sonrisa, tuve que reprimirla también.

Luego vino la preocupación. Teníamos una regla que Owen me propuso al ser los únicos con hermanas. Quería proteger a la suya de alguno le rompiese el corazón, no me pareció tan mala idea así que se la propuse al resto y aceptaron sin problema alguno.

Si se enteraban de que podían romper la regla como si nada, Owen iría contra mí y no tenía la suficiente paciencia como para aguantar a Owen quejarse todo el rato.

—No tenía idea.

—Bueno, entonces harás que se separen.

—¿Qué? —exclamé, casi grité.

—Lo de ellos no puede ser—añadió, apoyando los codos sobre la mesa.

—¿Por qué no?

—Escucha, Lucas—entrecerró los ojos—. Lo que voy a decirte no es fácil para mí, y tienes que comprender que una vez que lo sepas tu única responsabilidad será proteger a esta familia y mantener a tu hermana lejos de cualquier persona con el apellido Blasen. ¿Entendido?

TOMEMOS UN PASEO © [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora