─────BOYMEETSEVIL; ❝ Mi pagana apasionada, boca sucia con voluntad de acero se había roto.❞
Rhaenyra Targaryen x Oc masculino.
La casa del dragón.
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❝ ¿Podemos estar para siempre asi de cerca? ❞
¡NO LECTORES FANTASMAS, POR FAVOR! :C
━━ ˓ ֹEL SANGUINARIO. Asi era como denominaban al primogénito de Lord Corlys Velaryon y la princesa Rhaenys Targaryen, un apodo que hacia justicia a la nueva faceta que ejercía fue entonces que poco a poco el "deleite del reino" se convirtió en una mancha de su pesado. Quienes se osaban a dar de lengua suelta colocando en tela de juicio la paternidad de los vástagos del heredero de Driftmark, la cabeza era lo que perdían....Desde luego el temor era tanto que era escaso los susurros de duda incluyendo silenciar lo siseos de la fracción ajena, los verdes.
Rhagnar, vivía orgulloso de aquellos niños , fruto de su amor, por lo que, de vez en cuando lograba escapar del consejo con tal de pasar tiempo con su familia (Viserys, hacia de vista gorda ante las fugas de su yerno pues, le recordaba a una juventud extinta) incluso, forjo una amistad muy estrecha con el protector de Rhaenyra, Harwin Strong, generando que la cercanía de ambos hombros causara uno que otro cotilleo en la corte aunque este siempre fue silenciado.
— Papi, ¿podemos volar en tú dragón? — una voz infantil se coló en el despacho de Rhagnar.
El hombre apartó con agilidad los papeles que leía con una notable flojera, sin embargo, en el rostro de le reflejo una automática sonrisa. Jacaerys, se infiltro sosteniendo el dragón de peluche que le obsequió desde que era un bebé.
— ¿Podemos, hijo mío? — cuestionó.
— El pequeño Luke tambien quiere — intervino deprisa, colorado por olvidar el hecho de que su hermano prácticamente le rogo.
— Hablaré con tu madre— dijo al momento de levantarse del asiento, estirándose— ella le agradaría viajar con alguno de ustedes en lomos de Syrax, asi competiríamos.
Jacaerys, se le iluminó la mirada e inmediato dio unos ligeros saltos por la propuesta.
— ¡Yo ire contigo, padre! — exclamó con entusiasmo— ¡le avisaré a mami y a Luke!
Con esa misma energía el menor se marchó. Rhagnar solo vislumbraba la dirección en la que desapareció su primogénito, definitivamente, esa felicidad no la cambiaba por nada del mundo ni por las mejores guerras, su lugar era ese. Quizás, en el 118 d.C se trató de una de las épocas doradas para la casa de dragón porque en los cielos se veía a menudo a esas bestias revolotear, competir, juguetear y no eran difícil reconocer a los jinetes.
— ¡Te ganaré, esposo! —rugió con violencia la princesa y en el acto Syrax aumento la velocidad.
Jacaerys pataleó por la ventaja que su progenitora los adelantó como señal del berrinche, debido a esto Rhagnar no tardo en complacer al más joven, compitiendo a la par con Syrax ganándose uno que otro rugido por las bestias aladas y siendo un espectáculo digno.
