¿Enamorado? ¿Yo? ¿Y de mi hermanastro?

Capítulo 24

Camus

Milo me tomó de la mano en todo momento mientras conducía, aún no me quería decir a donde íbamos eso me tenía ansioso pero la mano acariciando mis nudillos me tranquilizaba

—¿Ya vamos a llegar?
—Falta poco pero haremos una parada técnica por que tengo hambre y quiero ir al baño
—Yo también tengo hambre...

Milo tomó mi mano y le dio un beso, le sonreí para después mirar a través de la ventana como el sol se empezaba a poner de pronto el auto se detuvo

—Sabes la comida puede esperar
—¿Cómo?
—Bájate ya no soporto esto, necesito decirlo y ya no pienso callarlo

Me bajé asustado empecé a sobrepensar las cosas, miles de cosas pasaban por mi mente y el miedo se apoderaba de mi al ver a Milo buscar algo en la cajuela, tenía miedo de que me diga que nunca me amo, que sólo era un juego

—¡Mira el atardecer!

Regresé a ver el atardecer, el cielo se tornaba anaranjado, es un color muy bonito, un pensamiento llegó a mi mente, mi abuela solía decir que al ver un atardecer tenía que pedir un deseo, lo pedí quería estar siempre con Milo

—Quiero vivir la vida entera junto a ti...

Susurro Milo sentí su aliento cálido sobre mi cuello mientras pasaba sus brazos por mi cintura sus manos mostraron una cajita de terciopelo, la abrió e inmediatamente mis lágrimas cayeron

—Ya no me alcanzan las palabras para explicarte lo que siento yo...
—Milo...
—Se que he sido un idiota y que no he demostrado ser el mejor alfa pero prometo mejorar si aceptas ser mi esposo
—No...
—¿No?
—Claro que sí

Me di vuelta para ponerme de puntillas besando sus labios, un beso dulce lleno de todos los sentimientos que quería guardar pero que volvieron al instante cuando Milo me besó.
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Milo

Nos quedamos ahí mirando el atardecer abrazados cuando el cielo se empezó a cubrir de estrellas tomando su color oscuro cuando finalmente la Luna apareció, Camus soltó un suspiro

—Es poco decir que en un beso tuyo siempre encuentro mi paz...
—Te voy a besar más seguido
—Sería un gran honor ahora que dices si te pongo el anillo y me dejas darte mi amor

Extendió su mano la cual acaricie para después darle un beso sacando el anillo y poniéndolo en su dedo, Camus repitió el proceso colocando mi anillo

—Ahora mi hermoso prometido vamos a comer me muero de hambre
—¿Por qué me trajiste tan lejos?
—Por que hay otra sorpresa pero vamos a llegar tarde

Camus sonrió subiendo al auto, avanzamos por la carretera llegamos a una gasolinera me detuve para cargar gasolina, ir al baño y luego comer alguna golosina

—¿Te quedas?
—No, quiero estirar mis piernas por que mi prometido me secuestro y no me quiere decir a donde vamos
—Pero yo se que a mí prometido le gusta el misterio y que cuando lleguemos me va a perdonar por dejarlo sentando todo el viaje
—Ya no siento mis piernas
—Bajemos

Ambos bajamos fuimos al baño y regresamos para escoger las golosinas por suerte había todo tipo de cosas, tomamos todas las golosinas que pudimos, volviendo al auto seguimos nuestro camino mientras Camus me daba de comer de las golosinas también hablamos de cosas triviales, cosas que nos hicieron reír hasta que por fin llegamos

—¿Dónde estamos?
—No seas curioso bebé
—Entonces ya dime que haremos
—Sólo entra a la casa pero antes ponte esto

Le di la caja que contenía un vestido pero le dije que no lo abriera hasta que este dentro de la casa y que cuando lo tuviera puesto baje que era la respuesta a la siguiente sorpresa.
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Escritora

Camus subió por las escaleras de la casa estas se iluminaron mostrando los pétalos de rosas, sonrió reprimiendo las ganas de llorar.

Siguió su camino hasta llegar a la habitación que estaba adornada de globos y fotos de ellos juntos, algunas no recordaba que las había tomado luego puso la caja en la cama, al abrirlo ya no pudo contener más sus lágrimas era un vestido blanco y una nota que decía: "Baja cuando estés listo" se vistió y maquilló un poco tomó su ramo para después bajar a la sala donde lo esperaba su ahora novio con su traje blanco también había recogido su cabello, se veía muy guapo caminó hasta quedar a lado de Milo; el juez ofició la ceremonia y ambos terminaron casados

—Ya puede besar al novio

Milo no espero y enseguida besó a Camus quien no dudó en corresponder mientras lloraba, habían sido muchas emociones en un día, si seguía llorando iba a terminar con los ojos hinchados.

Luego de la ceremonia nos quedamos en la sala con las luces encendidas, mi ahora esposo me abrazo dejando mi cabeza en su pecho escuchando los latidos de su corazón

—Ya somos esposos...
—No puedo creerlo aún siento que esto es un sueño del cual no quiero despertar nunca
—Te prometo olvidar mis cicatrices y devolver lo que he robado a tus dos ojos tristes...
—Te amo tanto
—No más que yo
—Mamá va a matarnos cuando se entere
—Mamá ya lo sabía...
—¿Cómo?
—Mystoria armó todo el plan y pues resulta que mamá escuchó, me dijo que te hiciera muy feliz, papá me prestó su auto y Dégel organizó todo esto
—Vaya ¿todo eso pasó en dos horas?
—Sí, apenas me di cuenta que te estaba perdiendo no quería dejarte ir

Camus sonrió levantando su rostro le dio un beso a Milo, un beso dulce que poco a poco se volvió en una lucha de saber quién explorará la boca del otro, lucha que terminó ganando Milo, los dos se estaban dejando llevar por los sentimientos encontrados y a pesar de querer avanzar, Milo sabía que aún no podían tener sexo por que Camus aún estaba convaleciente

—Te prometo que cuando salga de esto nuestra Luna de miel será la mejor
—Con tal de estar a tu lado mi vida vivo en una cueva

Camus sonrió acariciando las mejillas de Milo para luego fundirse en un beso.

Continuará...

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Holis guapuritas...

Espero disfruten este capítulo, me siento algo sensible por que el amor no es para mí jajaja y es inspirado en una de mis fantasías más personales.

Den gracias a Pablo Alborán, Axel, Justin Bieber y Mago de Oz jajaja por inspirarme para hacer este capítulo

Ahora la pregunta importante: ¿Quieren Lemon? 7w7