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Un año tomó que la paz se restaurara en su imperio y que el mundo humano retomara su ritmo. Sin demonios alrededor que los acosaran, los humanos podían trabajar más tranquilamente y dedicarse a sus antiguas actividades, muchas de las cuales habían cambiado cuando los demonios comenzaron a invadir sus terrenos. Ahora sin ellos, todo recobraba su paz inicial.

De vez en cuando, un demonio escapaba, pero ahora sus hijos, que se habían dedicado a la cultivación, se hacían cargo de exterminarlo. Todo igual a como había sido de antes de unir los dos mundos. Algunas de sus esposas y concubinas, que habían sido cultivadoras, retomaron su profesión tras la separación de los mundos. Sha Hualing, por otra parte, había terminado en el reino demoniaco, en el Palacio de Invierno que originalmente había pertenecido a ese lugar. Todavía debía cumplir su condena de cincuenta años y, al salir, la estaría esperando Mobei-jun para indicarle de qué tendría que hacerse cargo que a él no le gustara encargarse.

Dentro de esa nueva paz que se había instalado en el mundo humano, hubo menos problemas que el emperador debía solucionar y eso le concedió más tiempo para poder dedicarse a sí mismo y a las personas que quería. Por eso, después de un año, Luo Binghe marchó hacia el antiguo territorio que alguna vez perteneció a Cang Qiong. Con la separación de los mundos, los doce picos majestuosos y el natural terreno donde había estado la secta, se reconstruyó una vez más. Solo que no eran más que doce picos, con hermosa vegetación y sin construcciones humanas. Binghe dio un recorrido por el antiguo territorio y dejó de lado los malos recuerdos que tenía de esta secta. Podía ver el bosque de bambú, verde y fresco brillando en el segundo pico de la secta. Vio el primer pico, tan alto y poderoso como lo recordaba. No había ninguna casa ni nada donde habitaran discípulos. Solo una gran cueva espiritual que, por cuestiones de la unión de mundos, había sido contaminada con energía demoniaca y ya no servía para cultivar. Todo el territorio había sido contaminado y la energía espiritual que la había enriquecido alguna vez, ahora estaba manchada con energía demoniaca. Tomaría de cincuenta a cien años que Cang Qiong retomara su energía pura.

Binghe miró la entrada de la antigua secta y, para proteger el terreno, instaló una matriz fuerte que no permitiría el paso de ningún demonio que pudiera seguir contaminando el territorio.

Ideas rondando su mente. Pero para llevarlas a cabo, solo necesitaba tiempo.

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A raíz de la paz que estaban experimentando, Luo Binghe no necesitaba involucrarse en tantas guerras y, por ese motivo, Shen Jiu no necesitaba crear tantos planes. Ahora solo se podía dedicar a seguir instruyendo a sus cinco discípulas favoritas y a sus hijos más jóvenes, que seguían aprendiendo bajo su tutela, mientras los más grandes habían decidido salir y ganar experiencias por cuenta propia. No había nada de malo en eso, cada tanto enviaban cartas para comunicarle que estaban bien y contarle en que zona estaban. Algunas cartas venían con comentarios como Este paisaje humano es muy hermoso o El atardecer ahora es más claro. Los nuevos paisajes también ayudaron a que las clases de pintura fueran más entretenidas. Con nuevas imágenes para retratar, aquellos que disfrutaban de pintar se sentían renovados. Los otros simplemente tomaban todo como un desafío e intentaban recrear el atardecer con todos sus colores. Muy pocas veces, Shen Jiu se les unía y pintaba. Luo Binghe solo pudo verlo hacerlo en dos ocasiones y se había quedado tan embelesado mirándolo, que Tao-er se rio de él.

Pero ¿cómo no quedarse como idiota mirando a Shen Jiu pintar? ¡Ahora entendía por qué era el maestro del pico Qing Jing! Claramente manejaba el qin qi shu hua a la perfección. Sin embargo, solo lo había visto tocar el guqin y había jugado con él al weiqi. Su caligrafía era impecable también, eso lo sabía por los planes que escribía para él, pero pintar era algo que nunca antes lo había visto hacer. Tampoco había leído ninguna de sus composiciones poéticas. Al menos ahora sí lo vio pintar.

Yuanfen (BINGJIU)Where stories live. Discover now