Trato

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Crowley se encontraba en un dilema mental que excedía sus límites de paciencia, por un lado, estaba, no molesto, lo que seguía con aziraphel, como era posible que se dejara engañar de tal manera, era obvio que el viejo solo quería causar destrozos en la vida del ángel.

Desde el primero momento se había dado cuenta de que las cosas no estaban del todo bien, su ángel jamás le pediría que dejara todo con tal de regresar al cielo y otra cosa con mayor peso ¡el jamás dejaría su librería!

Al verlo sentado en esa silla, confundido no pudo evitar sentirse mal por todo lo que había pensado (su enojo lo había hecho pensar cosas que no debería), su ángel lo necesitaba, y si eso significaba que todo podía volver a como era antes no dejaría pasar esta oportunidad.

Esto indudablemente le recordaba a lo que habían pasado con Gabriel (Jim) no hace mucho.

-tu, me estas pidiendo que te ayude, después de todo lo que me hiciste, ¿quieres que solo lo olvide y te ayude?

-escucha, no sé qué fue lo que te hice, pero pareces ser alguien gentil, no tengo a nadie más, en el cielo son muy serios y no creo que nadie ahí me quiera, solo me tienen para dar apariencias, aunque tenga problemas para recordar, se puede ver que desde antes no les caía bien, en especial a miguel. Yo nunca quise ser asi, me vistieron como quisieron con la justificación de dar el ejemplo, pero, no me siento cómodo, me veo muy raro así.

-está bien

- ¿está bien?

-sí, está bien, te ayudare.

-pensé que dudarías más.

-eres muy persuasivo ¿sabes? -la decisión ya estaba tomada desde el primer momento solo quería ver un poco preocupado al ángel- y concuerdo, te veías mejor antes.

-estupendo – el ángel se paró de una y fue directo a abrazar al demonio – no sabes cuanto te lo agradezco.

Crowley se quedó estático, su corazón empezó a latir al 1000, no pudo evitar sonrojarse un poco, extrañaba demasiado al ángel y el que lo abrazara era lo mejor del mundo.

-oh lo siento, debes sentirte incomodo.

-no, está bien – dijo volteando hacia otro lado – ahora dime que recuerdas.

-claro......- Aziraphel se quedó viendo hacia el techo unos segundos tratando de recordar - nada – dijo desanimado – los recuerdos vienen y se van lo único que no he olvidado es que alguien me llamaba "ángel" y que ese alguien era muy especial para mí, cada que lo recuerdo mi corazón late muy rápido y me entra un sentimiento extraño, podría decirse que es... amor.

-interesante, pues, tenemos que trabajar en algo para que recuerdes a esa persona, no crees – dijo el demonio acercándose un poco con una sonrisa pícara. - empecemos entonces.

En ese momento el ángel sintió un fuerte dolor de cabeza que lo hizo cerrar con fuerza sus ojos tratando de controlar las punzadas que lo aquejaban.

-me llama, Metatron me llama, debe estar buscándome, tengo que volver.

-pero como que debes volver, no querías recordar las cosas.

-si Metatron se entera de que estoy aquí podría hacerme algo peor, es mejor que siga pensando que yo no recuerdo nada, debo regresar rápido, en cuanto pueda regresar te avisare.

-como esperas que sepa cuando será eso

-oh – en ese momento aziraphel apareció una especie de teléfono celular transparente-esto servirá, lo usan los arcángeles para estar comunicados en el cielo, una de las ventajas de ser el arcángel supremo es poder hacer lo que quieras sin preguntas, puedo hacer esto y más. Solo sirve para recibir mensajes.

Y ahí fue cuando desapareció dejando a un confundido demonio. 

 

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