Inicio de la batalla

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-Es la hora.

Aziraphel, ahora el Arcángel Supremo dio la orden e inmediatamente las filas de ángeles gritaron extasiados, la guerra estaba dando inicio y ellos tenían la ventaja.

Frente a todos se encontraban Aziraphel justo en la punta, seguido por Miguel y Uriel, cada uno a su lado.

Mientras tanto en la librería ángeles y demonios discutían sobre armar algún plan y el cómo sería prudente avanzar, Muriel opinaba que era mejor esperar, no creía que el señor Aziraphel sería capaz de iniciar la guerra, Beelzebub, queria llamar a los demonios que aun quedaban para que los ayudaran, Gabriel solo asentia a lo que su demonio decia y Crowley, Crowley solo queria que se cayaran para poder pensar, en pocas palabras no tenían un plan, Crowley estaba ya arto y cansado de escuchar a todos discutir cuando de pronto. Silencio.

Muriel y Gabriel se quedaron pasmados, sin articular una palabra, parecían haber entrado en algún tipo de trance, Beelzebub llamaba repetidas veces al antiguo arcangel, sin éxito, hasta que los dos hablaron.

- el mando de Guerra. - pálido, contemplando a los ángeles Crowley empezaba a temer por el significado de esas palabras. – Ya empezó, ya vienen, todos los ángeles, vienen en camino.

Crowley luchaba para mantenerse de pie. Había perdido las fuerzas. Tenía los dientes apretados, aunque no había forma de decir si era de miedo o ferocidad.

Un disparo se escuchó a lo lejos, todos cayeron, no tenían idea de lo que estaba pasando, volvieron a levantarse, muy lentamente, y luego avanzaron hacia adelante, fuera de la librería.

Los humanos estaban parados sin moverse, viendo como un resplandor bajaba del cielo.

- ¡Ataquen! –

Gabriel corrió a Proteger a su demonio.

-Crowley tenemos que irnos – dijo Gabriel

-De que hablas, tenemos que luchar, ¡van a atacar a los humanos! ¡los mataran! – grito Crowley con desesperación

- ¡Ya viste cuantos son! ¡Nos van a aniquilar!

- ¡No puedo dejar a Aziraphel solo!

- ¡Y yo no puedo dejar que maten a la persona que amo!

- ¡Gabriel! - llamo Beelzebub – venimos hasta aquí para ayudar a Crowley y Aziraphel, ¿lo olvidas?, no podemos dejarlos solos

-Pero...

-Ellos te cuidaron cuando perdiste tu memoria, ¡Aziraphel arriesgo su existencia por ti! ¡se los debemos!

Por primera vez Crowley veia verdadero terror en los ojos del peli negro, tenia miedo de perder lo unico bueno que le habia pasado en la vida

odiaba admitirlo pero el se encontraba igual ¿Qué pasaria si no podia salvar a Aziraphel?

-Esta bien, te ayudaremos. - hablo Gabriel – pero si te encuentras en peligro te juro que te cargare y te sacare de aquí – murmuro mirando a los ojos a su demonio.

-No serias tu si no lo hicieras.-lo tomo entrelazando sus manos- ahora a patear algunos traseros celestiales.

Una especie humo se empezó a esparcir por el lugar como si de niebla se tratara.
Los ángeles se habían alineado mejor y volaban uno tras otro. La mayoría de los humanos ahí presentes habían corrido (bien por ellos) alejándose lo más que podían algunos de ellos que se encontraban en la mira directa de los ángeles habían caído al suelo, provocando a si su captura por parte de estos, otros tratando de escapar a rastras, sin éxito eran alcanzados por los ángeles, aquello se volvía en un mar de gritos y lamentos por parte de los humanos.

-Tenemos que hacer algo. – hablo Crowley.

-No te preocupes, ya estoy en ello.

Del suelo una niebla verde empezó a emanar dejando ver a unos seres saliendo de la tierra.

-Demonios - hablo Muriel

-Si, aún tengo algunos subidos confiables, espero poder hacer frente con ellos.

-Genial - la cara de asombro de parte de Muriel le dio ternura al ex duque.

-Bien, que ellos ayuden a los humanos a escapar, Gabriel se quedara aquí con Beelzebub, creo que pueden encargarse ustedes solos de los angeles que vienen bajando, mientras tanto Muriel y yo iremos al cielo, debemos detener a Metatron y encontrar a Aziraphel.

Cada quien tomo su lugar, Beelzebub y Gabriel tomados de la mano, viendose a los ojos en señal de aprovacion avanzaron para poder ayudar a los humanos que eran arrastrados por los angeles.

Crowley y Muriel subian al cielo, despues de mucho tiempo habia abierto sus hermosas alas negras, su tamaño descomunal a comparacion a las de Muriel llamaba la atencion de los angeles.

Volaron a toda velocidad, encontrandose con angeles que los atacaban, viendolos de cerca el demonio se percatode que sus pupilas estaban dilatadas en exceso, alguien los tenia controlados.

-Tenemos que encontrar a Metatron, esta manipulando a todos los angelesaqui.

Al llegar a la cima lo primero que observaron fue a Miguel y Uriel cada uno con su arma.

-Porque no me sorprende, quien diria que serias un traidor. – hablo Miguel confrontando a Muriel - no sabes cuanto voy a disfrutar el desaserme de ti.

-Dejala en paz Miguel – Dijo Crowley lanzando una rafaga de aire provocada por el aleteo de sus alas -

-siempre tan prepotente, demonio, tu no eres digno de estar aquí

- Bueno, de no serlo, no estaria aquí.

-Basta de hablar.- hablo Uriel al fondo - desagamonos de ellos para seguir con el plan del jefe.

Los arcangeles lanzaron una rafaga con el propocito de desascerse de los intrusos pero una luz brillante detuvo su ataque.

-No se los permitire – una voz al fondo distrajo a todos

- Saraqael

- No dejare que hieran a Muriel

- Pero... ¿por qué?

-Soy un arcángel, pero, no estoy de acuerdo con lo que hacen, Crowley ve a hacer lo que viniste a hacer, yo le ayudare a Muriel con estos dos.

-Estas segura anciana, no creo que a tu edad y en una silla puedas hacer mucho. – bromeo Crowley

-Te sorprendería lo que puedo hacer.

-Bueno, te lo encargo, hasta la vista inútiles.

Crowley se alejó volando con rapidez hacia las oficinas centrales.

-Estas lista Muriel

-No... - dijo asustada.

-Pues prepárate porque ahí vienen.

La batalla para defender la tierra empezó con ángeles colaborando con demonios en la tierra con la única intención de salvar a los humanos. Y en el cielo la batalla de ángeles daba inicio.

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