DE CUENTO A LA REALIDAD.

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¿Has oído sobre la historia de la princesa y los dos caballeros?

Permíteme contarte el relato.

«puedes bailar conmigo en la oscuridad»

El hombre le había dicho a la mujer.

La propuesta sonó tentadora en su cabeza, bailar sería tan romántico... Pero después de tanto que lo habían propuesto se volvió patético, ella quedó insatisfecha ante eso.

En su lugar, llamó a dos caballeros, les dijo que aquél que fuera capaz de pelear por ella y quedar ganador podría pedir casarse tan rápido como fuera posible. No sólo ganarían eso sino también su lindo rostro, su lindo cuerpo y tan mala manera de amar... ¿Pues quién no querría a una mujer pelirroja de lindas curvas y buena altura? Si cabello tan lindo como el fuego de la tentación.

Sacaron su espada de la funda y los golpes de estratégia sonaron recios, cargados de poder, como si una onda magnética arremetiera contra la tierra moviendola. Ella miraba todo apoyada en su ventana, con los ojos brillando por la emoción que se instalaba delicadamente. Algo tan entretenido como lleno de adrenalina. Un poco de diversión para revivir al corazón, ¿No?

La tensión se apoderó del momento, el sonido ya no parecía llegar al pueblo, se asustó inmediatamente pues todo pasó en cámara lenta.

No espera que se apuñalaran, ¡Ambos! La sangre bajó por las aperturas del metal que los vestía, mancharon más de un extremo de pasto, las frutas cosechadas se ensuciaron, las manzanas de los árboles dejaron de ser sólo verdes. El maíz parecía gotear salsa, los tomates se volvieron más colorados, brillando con la sangre casi oscura... Tan apetecible como el vino. Todo se tiñó de color que no debían tener pero que se alguna manera llegó. La inmadurez de la bella mujer no sólo haría así los alimentos sino también lo que le quedara de vida, llenando de sangre cada segundo de su mísera existencia.

Las armaduras se rompieron por la fuerte intromisión haciendo un sonido poderoso, como si se despidieran así, poderosos, como un grito... Quedó estupefacta, sus brazos se pusieron laxos y los llevó a su boca pues las arcadas no tardaron en llegar con la vista de la sangre sobre sus alimentos. Flores comenzaron a salir sin aviso del pecho de ambos hombres, resplandeciendo entre tintes del atardecer, con marcas de rojo como un bebé recién salido de su madre. Aterrador y hermoso. La sangre se veía tan poderosa, tal vez si la tocabas serías capaz de quemarte la piel y llegar al paraíso de la biblia, quizás el diablo con las flores se llevó las almas, a manera de disculpa dejo en lo terrenal algo grotescamente hermoso, casi perfecto.

Todo parecía un acto demoníaco, sacó flores del cuerpo muerto como si tierra de abono se tratara.

Y rompió a llorar... No creía que ella hubiera ocasionado tal desafortunado acontecimiento, jalaba su cabello en señal de pánico y desesperación, intentó gritar por ayuda pero su voz se quebraba, nisiquiera podía con tal volumen.

Linda mujer, ¿Qué hiciste? ¿Bailarás ahora? ¿Con quién?

Dejó de comer de un día para otro pues cerraba los ojos y aún podía ver su alimento cubierto de tan fino color rojizo, dejó de dormir durante días para no soñar con lo que vió, las caras asustadas de ellos la atormentaban por la noche, los médicos del pueblo sólo la podian dar por perdida porque perdida tenía la cabeza, algo dentro de ella se apagó, tal vez su penitencia así pagó, pero se fue... Su cuerpo ardía verde y azules el día de su muerte y bruja no era.

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