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—hola, soy jang heesoo —se presentó haciendo un recorrido visual por todo el aula —es un placer.

al final, las chicas del aula quedaron algo decepcionadas al ver que no era un chico la persona que se uniría, pero aún así estaban curiosas por conocer a su nueva compañera de clases.

—¿eso es todo? —preguntó el profesor —vamos, preséntate bien.

la chica se quedó pensando unos segundos hasta que finalmente habló.

—bueno, antes vivía en taebak, en gangwondo, me gusta comer patatas y el maíz. el acento de gangwondo no es raro, así que no me obliguen a hacerlo. en nuestro último semestre llevémonos bien —sentenció.

—bien, hay un asiento vacío al frente de seungyoun... seungyoun ¿otra vez estás durmiendo en clases? —preguntó con cansancio al ver que el chico tenía los ojos cerrados y su cabeza estaba apoyada en la ventana —no le des una mala impresión a tu compañera nueva ¿quieres? —lo regañó.

—lo siento —se disculpó seungyoun abriendo sus ojos de manera perezosa y levantó su mano derecha —aquí —señaló el asiento vacío delante de él.

heesoo lo miró con sorpresa, pero aún así sonrió. caminó hasta sentarse y empezó a sacar su estuche y cuaderno de su mochila.

—oye —la llamó seungyoun, haciendo que la chica le prestara atención —si escuchas algún ronquido no te asustes —le advirtió.

heesoo, algo divertida, levantó sus manos en señal de paz hasta que se fijó en bongseok, aquel chico que le había ayudado a pagar el autobús en la mañana. le sonrió de la manera en que sabía hacerlo y se giró para prestar atención a lo que estaba diciendo el profesor.

si tan solo heesoo supiera que esa era la principal razón por la cual nadie se sentaba frente a él.

—tenemos una alumna nueva, así que sean amables. ahora volvamos a clases.

—¿podemos saltárnosla? —preguntó una chica.

—es el último año.

—¡por favor! —suplicaron algunos.

—bien, solo por hoy —sentenció resignado.

seungyoun escuchó como sus compañeros comenzaron a celebrar, y luego, sin más preámbulos, dejó caer su cabeza contra su pupitre, haciendo un ruido sordo que asustó un poco a heesoo y a bongseok.

no sabía cuanto tiempo había pasado hasta la segunda clase del día, pero fue inevitable no despertar cuando escuchó a bongseok murmurar un sinfín de números. no comprendía absolutamente nada. como tenía la cabeza apoyada en sus brazos, abrió un poco los ojos y se dio cuenta de que solo estaban ellos dos en el salón.

con los ojos entrecerrados y sin emitir ningún sonido que indicara que estaba despierto, observó como su compañero de clases comenzaba a flotar poco a poco en el aire.

—tres, coma, uno, cuatro, dos, cinco, dos...

bongseok seguía murmurando, sintiendo su corazón latir con fuerza. la chica nueva hacia que todo a su alrededor se viera diferente ¿le atraía? definitivamente sí. la había ayudado a pagar el autobús y desde aquel momento en que la vio con sus auriculares puestos, no pudo evitar encontrarla atractiva.

cuando dejó de flotar, inspeccionó que seungyoun no estuviera despierto. si alguien lo descubría, su madre se enojaría muchísimo con él y no quería verla molesta. por suerte, el chico seguía durmiendo como siempre lo hacía, y estaba agradecido por ello. lentamente, tomó algunas cosas que necesitaba de su mochila, se levantó de su asiento y salió del salón, dejando a un desconcertado seungyoun con muchas preguntas en su cabeza.

𝐓𝐄𝐋𝐄𝐊𝐈𝐍𝐄𝐒𝐈𝐒, moving Donde viven las historias. Descúbrelo ahora