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- Y cuando terminó él dijo "¿Y si nos tiramos de aquí?" Yo le dije que era imbécil y que no lo haríamos, obviamente. Entonces comenzó a jugar tambaleándose, le grité que dejará de hacer eso pero no me hizo caso. Entonces la señora que vivía allí salió y nos comenzó a tirar piedras diciendo que llamaría a la policía por allanamiento. Al intentar escapar casi nos caemos y cuando llegamos al suelo nos reímos por lo cerca que estuvimos de morir.

Iba por la cuarta copa y el de ojos azules ya estaba considerablemente borracho. El ruso se percató de esto en cuanto comenzó a hablar de su vida amorosa. Se molestó en cuánto llegó a la parte de su relación con el japonés, pero para que no se notará decidió esperar unos cuantos minutos para decirle:

- Querías saber dónde encontré a tu compañero de cuarto, ¿cierto? - volvió a sacar el tema -.

- Oh, sí, ¿ya me lo dirás? Espera, ¿qué haces? - dijo al ver cómo sacaba su teléfono del bolsillo - Oh dios mío, ¿grabaste lo que estaba haciendo? - rió -.

Le enseñó el video, y mediante avanzaba la reproducción, la sonrisa del pelirrojo se fue desvaneciendo. Ahora brotaban lágrimas que se esforzaba en retener.

- Hijo de perra...

- Hmm... sí, bueno, sé que estás triste pero, no creo que... A ver, no conozco muy bien a tu pareja, pero seguramente no quería hacerte daño. Vamos, que en su estado mental no creo que esté del todo preparado como para tener una relación seria. No me malinterpretes, hacéis una linda pareja, pero supongo que no es el momento para él.

Escuchaba al ruso y al mismo tiempo no. No quería aceptar lo que vió, él ya sabía que su novio solía pedir salir a mujeres, y que lo hacía porque era su manera de hacer amistades. Muy raro, sí, pero esa era su forma de socializar. No es que estuviera necesitado hacer amigos, pero a veces le entraban ganas de hacerlos. Sin embargo, siempre lo rechazaban por considerarlo un "loquito" y porque pensaban que se refería a un noviazgo. Una vez una chica sí aceptó, Dazai pensó que por fin había conseguido una amiga, y como podrá ser obvio, la mujer pensaba que era para ser pareja, cuando se enteró de que era gay no se lo tomó del todo bien, le dijo mil crueldades y no volvió a saber nada ella.

Pero esta vez no fue así. Su novio coqueteó con ese hombre, bailaron, y después, le besó...

- ¿Sabes, Chuuya? Me pareces alguien demasiado lindo e inteligente. Y creo que yo... Creo que yo podría ser quién te ayude a superar esto. Me refiero, yo no me iré por ahí sin decirte nada, yo no desapareceré sin decirte dónde estaré, te daré un número de contacto para localizarme... Soy firme con esto, yo sería mucho mejor que Dazai.

Chuuya intentaba analizarlo. ¿Le estaba pidiendo salir? ¡Pero si se acababan de conocer! Aunque... ¡No! No, no. Sabía que Dazai tenía sus defectos, todos los tenemos, ¿cierto? Podían arreglarlo, quizá todo fuera un malentendido... Existía esa posibilidad, ¿verdad?... ¿Verdad?

Su mente de persona con mucho alcohol en sangre quería creer que sí.

Comenzó a dolerle la cabeza.

- Agh... - cerró los ojos y llevó una mano a su cráneo por el dolor - Yo...

Antes de que pudiera decir nada más, el ruso se acercó a él peligrosamente, pasó por sus labios hasta llegar a su oído y le dijo "Él ya te puso un cuerno, si le pones tú uno a él ya estaréis en paz, ¿no crees?"

- ¿...Sí? - dijo algo perdido por el alcohol-.

- Solo será una vez, aunque si después rompes con él, podríamos formalizar esta relación.











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