4. Bonito Castillo...

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Harry admiraba el palacio con ambición, imaginando el día en que todo eso sería suyo. La noche anterior no había hablado casi nada con el príncipe, lo cual había sido técnicamente un fracaso en su plan. Pero no estaba desesperado, esta mañana daría su siguiente paso.

Llegó al comedor con un semblante soberbio, y allí ya se encontraba Louis, nadie más que él. Se sentó justo frente al pecoso y empezó a servirse té sin saludar, al igual que el príncipe. Hasta que vio cómo la mano del menor iba en busca de un pan, y Styles fue en busca del mismo. Sus manos se encontraron y se miraron fijamente.

—Es mío —protestó el menor—. Yo lo agarré antes.

—Pero yo también lo quiero —sonrió infantil.

—Solo quisiste agarrarlo porque yo lo hice, admítelo. Lo haces para molestarme.

—No tengo por qué molestarte. Es fácil, quien logre mantener la mirada sin pestañear por más tiempo se queda con el pan —lo miró directamente a los ojos.

Harry sonrió con confianza mientras sostenía la mirada de Louis, quien, aunque encontraba infantil el desafío propuesto por el mayor, decidió aceptar y mantuvo la mirada sin dificultad.

Los dos jóvenes se mantuvieron fijos en sus asientos, con sus manos todavía rozándose mientras se miraban intensamente. La tensión entre ellos era palpable. Ambos estaban determinados a no ceder. Harry concentraba toda su energía en los ojos de Louis, tratando de mantener el control. Por otro lado, Louis mostraba una determinación inquebrantable; sus cejas se fruncieron ligeramente, concentrado en la competencia silenciosa que habían establecido.

Una chispa de diversión apareció en Styles, su semblante soberbio se transformó en una sonrisa traviesa que apenas se asomaba en sus labios. Sabía que estaba disfrutando del juego y que en realidad no le importaba tanto el pan como el desafío en sí mismo. Así que, dispuesto a ganar, sopló en la cara del menor, logrando que Louis, sorprendido por el repentino soplo en su rostro, no pudiera evitar pestañear y soltara una risa nerviosa. Harry, satisfecho con su pequeña victoria, se inclinó hacia atrás en su silla triunfante.

—Veamos quién tiene ahora el pan —dijo con una sonrisa burlona mientras tomaba el pan y lo colocaba en su plato.

—¡Hiciste trampa! —gritó con algo de enfado.

—¿Trampa? No, solo utilicé mis habilidades para ganar. No especifiqué las reglas, así que todo vale en este juego, Louis.

Louis frunció el ceño, claramente molesto por haber perdido.

—Esto no es justo. Solo estabas tratando de distraerme.

Harry se encogió de hombros, disfrutando de la situación.

—Bueno, eso es parte del juego, ¿no? A veces tienes que usar diferentes estrategias para ganar. Además, siempre estás tan serio, Louis. Pensé que te vendría bien un poco de diversión.

Louis suspiró, sabiendo que no podía hacer mucho al respecto. Harry había ganado justamente según sus propias reglas.

—Está bien, puedes quedarte con el pan. No es tan importante.

Harry sonrió triunfalmente y dio un mordisco al pan, saboreando su victoria momentánea.

. . . . . . . .

A Zayn le gustaba el palacio, no tenía la misma ambición que su primo, pero sabía encontrarle la belleza a las cosas. ¿Su parte favorita del lugar? Especialmente los jardines, extensos y largos, donde podía perderse por horas sin tener problemas.
Caminaba pacíficamente por ellos hasta que sintió a alguien chocar en su espalda y un líquido caliente caer sobre su polera.

—¡Mierda! —se dio la vuelta—. ¿Acaso no ves por dónde caminas? —Sus reacciones no eran las mejores.

Se acomodó los lentes sobre los ojos y miró de arriba a quien tenía enfrente, un castaño de similar estatura a él lo miraba con los ojos abiertos. Ambos se reconocieron al instante de aquella noche en el baile.

—Lo siento, lo siento —se disculpó con su taza chorreante en la mano. Su ropa también estaba sucia.

—Un "lo siento" no va a enmendar las cosas. Mi polera está arruinada.

—¡Oh, vamos! Fue un accidente. No es como si lo hubiera hecho a propósito —respondió el castaño, visiblemente enfurecido por el comportamiento del castaño contrario.

—¡Deberías tener más cuidado! ¡No es tan difícil mirar por dónde caminas! —respondió Zayn, frustrado por la situación.

—Lo siento de verdad, fue un accidente —contraatacó a la defensiva.

Zayn frunció el ceño, sintiendo aún más rabia por la actitud tranquila del castaño.

—No necesito tus disculpas vacías. Solo quiero que pagues por la polera que arruinaste. Y no intentes escapar de tus responsabilidades.

El castaño pareció ofendido por la acusación y levantó su taza, mostrándola a Zayn.

—Mi taza también se rompió, ¿sabes? No eres el único que ha salido perjudicado en esta situación.

—¿Y qué quieres que haga al respecto? —replicó Zayn con tono sarcástico—. No es como si pudiera arreglar tu taza o mi polera con solo decir "lo siento".

—¿Entonces debería yo pedirte que pagues por mi taza?

—¡No! Porque no fue mi culpa.

—¡Mía tampoco!

Ambos se miraron con un pequeño odio, hasta que un tercer castaño llegó gritando.

—¡Liam! ¡Liam! —El tercero los miró a ambos, dejándole saber a Malik el nombre de su pequeño oponente.

—¿Qué pasa, Alex? —Liam preguntó sin despegar la vista de Malik.

—Lou me pidió que te busque, nos quiere ver, Harry, Harry Styles, llegó aquí ayer y Lou quiere hablar con nosotros —hizo una pequeña reverencia a quien consideraba el asistente del "Rey Styles".

—Bien, vamos —le dedicó una mirada tranquila al menor.

—Antes de que te vayas, por lo menos lávala —Zayn se quitó la polera rápidamente y la arrojó en el pecho del castaño antes de irse.

—¿Qué pasó? —Alex preguntó mientras caminaban en dirección a la alcoba del pecoso.

Liam miró la polera sucia que ahora reposaba en sus manos y frunció el ceño. No entendía por qué Zayn se comportaba de manera tan agresiva.

—Bueno, estaba caminando por los jardines con mi taza en la mano cuando accidentalmente choqué con Zayn. El líquido caliente de la taza cayó sobre su polera, y él se enfureció de inmediato. Intenté disculparme, pero él no quería escucharlo. Empezamos a discutir sobre quién tenía la culpa, y ninguno de los dos parecía dispuesto a ceder, ahora quiere que lave su ropa como si fuera alguien más de la servidumbre —explicó frustrado.

—¿Y la vas a lavar?

—Ni en sus más grandes sueños.

El menor rodó los ojos.

—Harry llegó ayer y Lou quiere hablar con nosotros al respecto. No sé los detalles, pero parece ser algo importante.

—Seguro es para quejarse —sonrió de costado

—No tengas dudas de ello.

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Entre La Mafia Y La Corona  {L. S.}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora